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Cerca de las 5 de la madrugada, Eusebio Cáceres ha despejado a los miles de locos por el atletismo que pasaban sueño este lunes desde España. El atleta de Onil completaba su brillante concurso de salto de longitud en los Juegos Olímpicos con la tercera marca de la temporada de la mañana en Tokio: 8.18. «Siempre se agradece cualquier apoyo que tengamos detrás. De todas formas, que nadie se equivoque, hacemos esto porque somos ambiciosos, los atletas queremos superarnos y aunque nadie nos apoyase el día de mañana, seguiríamos porque es nuestro sueño», ha comentado en el micrófono de Televisión Española tras acabar la competición. En ese momento, Miltiadis Tentoglou ya había llegado hasta el 8.41 en el último intento, colgándose el oro y apartando al alicantino del bronce.
Cáceres iguala así el mejor resultado de un atleta nacido en la Comunitat, el cuarto puesto de Domingo Ramón Menargues en los 3.000 obstáculos de Moscú 1980. Volverá de Tokio con la rabia de haber acariciado el bronce, como en el Mundial de 2013. Pero también deja clara su ambición por seguir adelante, por completar ese asalto a un podio internacional que se le resiste. Lo ha dejado claro cuando se le ha preguntado por los siguientes Juegos Olímpicos, dentro de tres años. «Yo soy muy cabezón. Y no sólo está París, sino otras competiciones como Mundiales y Europeos. Tengo hambre... ¡porque no me he comido nada!«, ha exclamado.
Se expresaba con la sinceridad que le caracteriza. Personas que lo conocen desde hace muchos años señalan a Eusebio Cáceres que dice las cosas como las piensa. Y su sonrisa no ha podido ni ha pretendido esconder el regusto amargo con el que ha abandonado el estadio olímpico. Al final , se ha quedado a tres centímetros del bronce, el de Maykel Massó (8.21). Infortunio también el de los dos cubanos, que aunque han subido al podio, ambos han terminado lesionados. La plata ha sido para Juan Miguel Echevarría (8.41). Tentoglou, con la misma marca y un segundo brinco de 8.15 (frente al 8.09 del norteamericano), se ha colgado el oro.
Eusebio Cáceres ha completado un gran concurso en el que ha ido de menos a más, aunque su primer salto al borde de los 8 metros (7.96) ya le ha dado cierta tranquilidad. El segundo, de 8.09, era ya marca de la temporada y, sobre todo, le afianzaba entre el tercer y cuarto puesto, garantizándole casi la mejora. O lo que es lo mismo, tener los tres brincos de lucha por las medallas con licencia para soñar y con el diploma olímpico casi en la mano. Muchos habrían firmado como bueno el desenlace, sin saber aún el final digno de la mejor película de suspense que el concurso tenía reservado. No sólo para Cáceres, sino para cuatro atletas.
Con la mejora garantizada, el de Onil ha arriesgado y ha hecho nulo. Claro. Un respiro de cara a la mejora, donde también ha tocado la plastilina. JuVaughn Harrison (8.15) le ha desplazado al cuarto puesto antes del quinto salto de Cáceres: 8.12, de nuevo marca de la temporada aunque fuera del podio. Ha acabado el turno quinto, porque Tentoglou también ha alcanzado en esta ronda el 8.15 que a la postre sería definitivo para el oro. El alicantino lamentaba la ejecución de su brinco, donde se ha dejado el pie atrás y con él, algún que otro centímetro. «Físicamente me siento perfecto, aunque técnicamente sigo dando tumbos», decía después.
Y la locura se ha desatado en el último turno, ya con los cubanos lesionados. Massó, desde el segundo brinco (8.05), aunque el primero (8.21), no sólo le abría de par en par las puertas a la mejora, sino que ha acabado dándole el bronce. Echecarría se ha lesionado en el cuarto (el primero de la ronda final), pero también contaba ya con el 8.41 que le ha valido la medalla de plata.
En ese podio ha estado durante unos instantes Cáceres. En el último intento ha llegado al 8.18. Tercera marca de la temporada consecutiva. Ha rendido en el día D y la hora H. A Harrison no le ha dado para llegar a las medallas y el sueco Montler ha hecho nulo. Quedaba Tentoglou, en ese momento con un mejor brinco de 8.15. El alicantino ha salido del foso serio. Pensando quizás que le habrían hecho falta esos cuatro centímetros que siente que tiene para haber superado a Massó.
Y porque sabe de sobra de lo que es capaz el griego, campeón de Europa indoor este año, en el que ha llegado a saltar 8.60. No ha llegado tan lejos pero sí a ese 8.41 que ha desplazado a los dos cubanos pero, sobre todo, ha dejado a Cáceres con la medalla de chocolate. Echevarría, lesionado, ha intentado la heroica pero ha renunciado a mitad de la carrera. Al menos él inicia la recuperación con una plata, con un podio internacional que al de Onil se le resiste.
«Mi mejor momento siempre va a ser dentro de la pista, compitiendo. Me voy triste, obviamente, pero muy motivado. Soy muy cabezón y tengo muchas ganas», ha proclamado. Juan Carlos Álvarez, su entrenador, ha grabado la competición en una tableta. Esos vídeos son una joya para, después del merecido descanso, ponerse de nuevo manos a la obra. Porque Cáceres ha demostrado que, sin lesiones, es capaz de ser competitivo frente a los mejores del planeta.
La madrugada también ha dejado el adiós de la alicantina Liliana Fernández y Elsa Baquerizo en voley playa. La pareja española ha perdido en octavos con claridad frente a las canadienses Sarah Pavan y Melissa Humana. Las norteamericanas, campeonas del mundo en 2019, se han mostrado superiores y han terminando ganando en dos sets, 21-13 y 21-13.
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