Fernando Carro: «Estos Juegos serán muy distintos, pasarán a la historia del deporte»

El atleta olímpico compara la cita de Tokio con la de los atentados de Munich o Berlín 1936 y desliza: «Hemos visto que el sistema de burbuja funciona en el deporte»

Sábado, 30 de enero 2021, 23:09

Fernando Carro, camino de los 29 años, ha iniciado en Valencia la temporada que este verano le debe llevar a sus terceros Juegos Olímpicos. El plusmarquista nacional de los 3.000 obstáculos (8:05.69) se vino a entrenar huyendo de 'Filomena' y participó hace una semana en la maravillosa carrera de 3.000 metros, dentro del mitin celebrado en el Luis Puig organizado por la Federación de Atletismo de la Comunitat Valenciana, en la que se impuso Nacho Fontes.

Publicidad

–¿Se plantearía venirse a entrenar a Valencia?

–Una buena amiga de aquí siempre me dice que tengo casa... Me gusta residir cerca de los míos, pero ahora que la Casa de Campo ha estado cerrada y en el CAR no podías usar la pista, he descubierto un paraíso que me gustaría haber tenido como segundo lugar de entrenamiento.

–En su caso, fue una verdadera pena cuando se desató la pandemia, en un gran momento, en el que el nombre de Fernando Carro sonaba a todo el mundo...

–Sí, es una lástima porque me pilla en una año maravilloso y en una edad plena para el deporte, pero tampoco tenemos que mirarnos sólo a nuestro ombligo. Lástima ha sido todo lo que hemos tenido que vivir en general. Se lo he visto pasar muy mal a muchos allegados con el trabajo y con la familia, gente que lo tenía todo estructurado y una vida tranquila, y les ha cambiado la perspectiva. A mí no me ha cortado la continuidad, he logrado mantenerla a pesar de las adversidades. Es cierto que hemos perdido un Europeo suculento en el que habríamos estado muy arriba y unos Juegos que habríamos vivido de forma mágica. Estoy seguro de que habrá en 2021, pero serán muy distintos. Pasarán a ser historia del deporte, como los de Múnich por unos desgraciados atentados, o los de Berlín de 1936.

–¿Apostaría por que habrá Juegos este verano en Tokio?

–Yo creo que sí porque hemos visto que el sistema de burbuja funciona en el deporte, por ejemplo en la NBA. No es un tema logístico. El año pasado podrían haberse celebrado, pero el movimiento olímpico implica equidad. No todos los atletas iban a llegar en igualdad de condiciones porque la pandemia empezó más tarde en unos continentes que en otros. En 2020 no se podía, pero yo pienso que este año se puede presentar una oportunidad de transmitir un mensaje de calidad de haber superado una pandemia global... y qué mejor forma de hacerlo que con unos Juegos Olímpicos, el gran evento del deporte mundial.

–Se hace difícil pensar que para este verano pueda haber una villa olímpica con todos los deportistas como siempre...

–Eso sí que lo he leído... y que al verano se puede llegar con el 70% de las personas inmunizadas. Pero como en todo hay varios escenarios y alternativas, y uno de ellos es no coincidir en la villa, o hacerlo por deportes.

Publicidad

–¿Cómo se plantea el año?

–Tengo la mínima y la cuarta mejor marca mundial del año pasado, es muy complicado que esté fuera de los Juegos. He de entrenar con el foco puesto en Tokio. Yo en 2020 estaba en un momento dulce. La pandemia me benefició con respecto a los países africanos, que la tuvieron más tarde y en la Diamond League me vi muy arriba, a la altura de los mejores del mundo. Con esas circunstancias, habría estado más cerca de la medalla que este, que llegaremos en igualdad... pero bendita normalidad y lo que tengo que hacer es dar mi mejor versión para estar en un puesto óptimo, que en mi caso sería finalista, como en el Mundial de Doha.

–Visto el nivel de aquella final, igual tiene que batir su propio récord nacional para eso...

–Doha fue excepcional, que el quinto y el sexto hicieron 8:05 cortos. Con mi marca (8:12.31) habría estado entre los cuatro o cinco primeros en cualquier Mundial o Juegos Olímpicos. Lo importante es estar establecido. Yo conseguí hacer 8:05 en 2019, pero tenía mi marca media un poco por encima. El año pasado en Mónaco, en una carrera muy inferior hice 8:13 y eso significa que estoy bajando ese ritmo medio con garantías. Si consigo establecerme en 8:10 significa que voy a ser finalista y si se dan unos lances de carrera, puede pasar como hace dos años en Mónaco, que en el toque de campana estaba con ellos. Me gustaría que sucediera en los Juegos, puedes tener una oportunidad.

Publicidad

–¿Cuánto cree que vale en los 3.000 obstáculos? ¿Se ve capaz de bajar de 8 minutos?

–Sería el primer español y, posiblemente, récord de Europa (está en 8:00.09), que lo tengo escrito en una pizarra y cada mañana cuando me levanto lo miro. Se tienen que dar muchas condiciones, una temporada excepcional y llegar con un hambre voraz. En hambre lo tenía para hacer récord de España y no logré 8:07, sino 8:05. Ahora he de mantenerlo porque el cuerpo tiene a acomodarse, y tengo que estar ahí, para el día que alga la carrera. Por ejemplo, en 2020 la primera serie de los entrenamientos previos a Mónaco me salió mejor que la última. Pero finalmente Kipruto no pudo ir a asaltar el récord del mundo porque dio positivo por Covid-19 y la carrera se quedó desangelada.

–Ahora que se habla tanto de la tecnología en las zapatillas, ¿cuanto influyen en su prueba de los 3.000 obstáculos?

–La tecnología que ha implantado Nike dentro de su sistema I+D ha revolucionado el mercado, es un salto exponencial. No sólo encontramos mejores ritmos a la hora de competir, sino de entrenar, que fundamentalmente es lo que hace que te salgan mejores marcas. No es lo mismo entrenar con una zapatilla de clavos usual en una pista dura y rápida como esta (la del Estadio del Turia), que sufren los gemelos. Antes nos lesionábamos a menudo, ahora cada sesión de entrenamiento la puedes hacer a tope. Y eso nos permite rendir más.

Publicidad

–¿Y en competición?

–Por ejemplo, en el Mundial hablé con Girma, que había hecho marca personal y decía que le había ido mal, que habría sido mejor con otra zapatilla.

–¿Y a usted?

–Yo más que ir rápido, lo veo como algo ortopédico. No te hacer correr más, sino estar colocado. En una prueba de obstáculos, que necesitas fuerza, cuando pasan las vueltas tiendes a bajar el centro de gravedad porque estás cansado. Con estas zapatillas consigues mantenerlo colocado, no pierdes tanta fuerza.

–En su prueba hay muchos aspirantes a Tokio para tres plazas... entre ellos los valencianos Víctor Ruiz y Andreu Blanes...

–Es verdad que está complicado. El sistema que va a primar es el de las mínimas y 8:21 es una marca exigente. Para hacerla hay que ir a ciertos mítines, es difícil conseguirla en España. Va a ser una temporada interesante, porque si no la logran van a tener que intentar acercarse al máximo a los 45 primeros del mundo. Lo que pasa es que cuando se llega a ese cupo con tres atletas con mínima por país, se cierra... pero es que van a estar cambiándolo todo aunque en 3.000 obstáculos está complicado porque ya está copado.

Publicidad

–¿Cómo se plantea su carrera tras los Juegos de Tokio?

–Me pillará con una edad buena, con 29 años, y quedarían tres para los siguientes Juegos. No me planteo nada fuera de los obstáculos hasta después de París. Me quiero lanzar a dar el salto un poco antes que Jesús España, que fue a Pekín en 5.000 y a Río en maratón. Yo después de 2024 pienso asaltar el maratón, pero hasta entonces tengo paciencia. Quedan competiciones suculentas, Campeonatos de Europa para estar muy arriba, y dos Juegos Olímpicos para disfrutar.

–Decía que le gusta Valencia, no sé si es una opción que acabe debutar aquí...

–Probablemente. Este año tenía la intención de correr aquí el medio y se lo dije a mi mánager, pero con todo este sistema sanitario tenían las listas cerradas.

Noticia Patrocinada

–Vamos que fue de los que se quedaron a la espera...

–¡En efecto! Y mi mánager el pobre lo pasaba fatal. Preguntaba: '¿Cómo puede ser que no aceptéis a Fernando Carro?'. Yo lo entendí, no lo vi como nada malo, en otras competiciones se está dando. Es un tema de salud. Me habría gustado, pero tengo tiempo y las puertas abiertas.

–¿Sigue queriendo hacer un medio antes de dejar la pista?

–Sí, sí, me gustaría haberlo tocado ya. Hago volumen en invierno, no lo ve tan lejos. El maratón ya es otro rollo.

–Aquí lo tiene en octubre...

–Pues no sé cómo me va a cuadrar tras los Juegos. Cada año es una aventura porque llegas en el mejor momento y te planteas parar... tienes sensación de perder el tiempo. Después de Tokio me plantearé si surge una buena competición o necesito irme. Vamos a ir dejando miguitas de pan y posiblemente octubre pueda ser un buen momento.

Publicidad

–¿Dónde veremos a Fernando Carro tras el atletismo?

–He estudiado Ciencias del Deporte y mi objetivo tras la retirada es ser profesor de educación física... mi hermano es director de un colegio. Con los años te cambia la percepción, me veo como educador, pero también de entrenador o en federaciones. Y en 2020 me he rodeado de gente de fuera del atletismo... si puedo ayudar de cualquier forma que pueda hacer crecer nuestro deporte, me gustaría estar en ello.

 

Y, además...

«Lo de 'Súbete al carro' viene de que soy cinéfilo, me he tragado unos tostones...» | «Encontré a una perra mastín moribunda, con 18 kilos. Me fui de Soria a Madrid a por mi coche para recogerla. Se quedó en casa y ahora pesa 80»

Publicidad

El otro Fernando Carro es cinéfilo y aficionado a los animales: tiene dos perros y colabora con una protectora.

–¿De dónde surge ese tan popular 'Súbete al carro'?

–Cuando me creé la cuenta de Twitter buscaba un nombre con gancho, pero no tenía nada que ver con el atletismo sino con el cine. Me dio por hacer resúmenes de películas y colgaba el cartel, que no sé si estaba ni permitido, aunque me seguían cuatro, y lo que me transmitía. Mis amigos y yo somos un mundo aparte. Cogíamos a un director, Aronofsky, David Lynch por supuesto, George Romero... y nos lo veíamos todo. En mi casa de Paracuellos nos sentamos, tiramos de un hilo y empezamos: así nos hemos tragado películas pero de serie Z, unos tostones infumables. Llegué a plantearme estudiar algo relacionado con el cine y cuando entré en el grupo de Arturo Casado, me animó, aunque luego lo dejé. El deporte es lo primero y estoy en los años dulces.

–¿Hay algún genero o directo que le gusten en especial?

–No vamos por género, el cine es un arte que representa el estado de ánimo de cada momento. Mis compañeros de piso me odian porque les pregunto qué quieren y busco una película fuera de lo comercial. En ocasiones les acaba molando, otras se aburren y se enfadan. El otro día empezamos 'One Night in Miami', estaba muy interesante y me quedé solo. Me limitan en ese sentido pero me aportan mucho en otros.

Publicidad

–¿Dónde se confinó?

–En casa de mis padres y luego cuando pasé por Madrid pensé: '¡Menos mal!'. Si llego a quedarme en el piso de Canillejas... En Paracuellos tenía una máquina grande en el garaje, con todo abierto y también podía correr por el jardín. Sólo salí un día porque mi chica había pinchado la rueda de la bici con la que hacía rodillo y aprovechó para dar una vuelta con el perro.

–¿Cuántos perros tiene?

–Dos, ambos rescatados. La mastín estaba casi moribunda: pesaba 18 kilos y le habían pegado una pedrada en un párpado. Estaba en Santa María de las Ollas, en Soria, (el pueblo de mi novia) y su hermano, que es veterinario, recomendó que no nos la lleváramos porque podía poner en peligro al mío. Me volví a Madrid a por mi coche y ahí seguía, atada al árbol donde la habían abandonado. La cargué, la aseé y ya se quedó. Ahora pesa 80 kilos.

–¿Y el otro perro?

–Un pastor alemán, que habían llevado de cachorro a una protectora de Fuenlabrada con la que colaboro. Se nos había muerto el anterior que teníamos, mi madre estaba triste y se lo llevé.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad