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David Doria es un runner de la generación del estado de alarma. «Años atrás había hecho deporte», precisa. Pero cumplidos los 39, lo tenía un poco dejado con la penitencia del sobrepeso que esto conlleva. El confinamiento le pilló en su segunda residencia, en Marines: «Allí tenemos más espacio y, sobre todo, contábamos con tiempo libre... así que seguimos un plan de ocho semanas para empezar a correr que hizo Sanus Vitae por Instagram». Gracias a esa iniciativa, ha perdido 15 kilos. «Aún quedan... ahora me he puesto en manos de un nutricionista», señala este nuevo corredor que ahora realiza actividad física diaria y que ya ansía, como miles de valencianos, que la pandemia sea historia para poder ponerse un dorsal.
Este caso concreto sirve para poner rostro a una tendencia que han percibido varios profesionales que participan de un modo u otro en el deporte: el auge de la actividad física a al aire libre a raíz del confinamiento. Unos lo achacan a las limitaciones o al miedo a acudir a recintos bajo techo y otros a la ansiedad generada por el encierro. Pero lo cierto es que deportes como el ciclismo y la carrera a pie (con gran auge en la Comunitat) ha ganado miles de adeptos. Por ventas de material, ese ascenso, ese nuevo 'boom del running' puede cuantificarse en hasta un 45%.
Los médicos, en general, recomiendan esa inercia hacia el deporte y, en este sentido, hay que abordar un tema que ha generado cierta controversia, como es el uso de la mascarilla. Pero yendo por partes y para ponerle alguna cifra a esta nueva moda del running: los datos más exactos los arroja el Circuit 5K del Jardín del Turia. Ese canal, promovido por la Fundación Trinidad Alfonso, arroja un dato candente, que prueba la tendencia social a la práctica deportiva a pesar del cierre de instalaciones decretado por la Generalitat: sus 61.708 usos en enero frente a los 55.268 del mismo mes en 2020, cuando aún no se había iniciado la pandemia en la Comunitat. Del 21 al 31 -los días de 2021 con las los gimnasios y otros centros deportivos clausurados-, por ese sendero han transitado 29.175 corredores frente a los 20.077 en el mismo tramo de 2020. Esto arroja un incremento del 45%.
Cifras similares las han cuantificado, de modos más o menos exactos, otros profesionales relacionados con la carrera a pie. Por ejemplo, en el sector de la venta de calzado deportivo, María José Casinos es corredora y regenta la tienda Amateur Sport, en el centro de Valencia. «Sobre todo notamos el incremento al final de la primera ola, que llegó a ser del 50%, ahora se ha estabilizado. Eran sobre todo zapatillas para salir a correr o caminar, gente que hacía deporte por salud. Sí que están paradas las ventas de los modelos para competición, pero es que no hay», comenta.
«Se ha notado un incremento de gente que quiere hacer ejercicio al aire libre. Si han cerrado instalaciones deportivas, la hostelería... correr es barato. También hemos percibido que se entrena a menor intensidad porque no tienes la presión de un objetivo como preparar una 10K para esa semana, o un medio maratón», argumenta Rubén Gadea, que regenta Sanus Vitae, un centro que ofrece servicios de entrenamiento personal, nutrición, podología y fisioterapia. Se instituyó por La Petxina, acaba de abrir un segundo local en Valencia y también se creó un equipo de running satélite.
Ese plan para empezar a correr en ocho semanas rescató a David Doria del sedentarismo: «También se han enganchado mi cuñada y a sus amigas». La tendencia del ejercicio al aire libre queda demostrada también cuando se consultan los datos de empresas tecnológicas vinculadas al deporte. «Tenemos el caso de un cliente muy importante a nivel nacional que en 2020 el 20% de sus ventas eran 'wearables' (dispositivos de medición, desde pulseras de actividad a sofisticados relojes). En 2019 este tipo de artículos sólo alcanzaban el 4%», comenta Marta Aresta, responsable de Suunto en España.
Los clubes de corredores y, sobre todo, las carreras son dos las partes del engranaje del running que más están sufriendo la pandemia. Los colectivos tienen que mantener la ilusión sin un objetivo más allá de mantenerse en forma: entidades como Runners Ciutat de València han organizado carreras internas manteniendo las restricciones del momento. Las carreras han apostado por ediciones virtuales y por pedir fecha tras el verano. Destacar los retos de RunCáncer, el circuito 100% solidario que ha lanzado uno online (el tercero desde la pandemia) para este semestre.
Greg Vermersch, de Strava -la red social deportiva más utilizada en nuestro país- destaca que en mayo se produjo un incremento del 45% en las actividades registradas al aire libre, que han experimentado el mismo auge todos los meses, con octubre como único lunar. «Tras el confinamiento se disparó como nunca el registro de sesiones de running y de ciclismo. Nosotros intentamos motivar compitiendo con amigos gracias a los retos, los segmentos... en deportes que son individuales. Es una experiencia como de un videojuego, pero en la realidad», indica.
Precisamente, en los últimos datos de Strava queda reflejado que el Circuit 5K del río tiene siete de los diez segmentos más transitados en España durante 2020. Y esto sirve para abordar el otro tema, el más ácido: la obligatoriedad del uso de la mascarilla para hacer deporte decretada por la Generalitat desde las 10 hasta las 19 horas. En espacios que en ciertos momentos se pueden masificar, cualquier medida de prevención es aconsejable.
Óscar Fabregat, jefe del servicio de cardiología del hospital IMED de Valencia, apoyándose en diversos estudios, señala que la mascarilla quirúrgica no afecta «demasiado» a los parámetros fisiológicos. Si se observa hipercapnia, un exceso de dióxido de carbono, cuantificado alrededor del 8%: «Antes de una intoxicación se producirían síntomas como mareos, cefaleas o vómitos... Con la práctica deportiva normal eso no suele darse y si ocurre, basta con bajarse unos segundos la máscara, hiperventilar y así limpiamos el aire».
La OMS (Organización Mundial de la Salud) desaconseja las mascarillas en el alto rendimiento. Óscar Fabregat incide en que «no afecta demasiado» al corredor popular. Lo que sí censura es dejar de practicar actividad física: «A mis pacientes se la prescribo, para mí es fundamental. En el hospital tenemos un plan de rehabilitación cardíaca y estoy viendo que gente que les cierran el gimnasio, se pone a correr». El médico considera que el riesgo de contagios en el deporte al aire libre es remoto.
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