La vida real tras la moda de la película Campeones

Todos los vecinos de Burjassot se habrán cruzado alguna vez con Paco Sánchez con un balón bajo el brazo. No se separa de él. Su historia es una de las que se refleja en Campeones, puesto que es uno de los jugadores de aquel mítico equipo de la docena de títulos en España. A sus 49 años, sigue en activo. «Llevar en el pecho un escudo que ha representado tanto para la discapacidad es algo muy grande. Se ha hecho todo más visible y para mucha gente es como decir que ahora somos personas», reconoce, emocionado, sobre el parquet. Se le ilumina la mirada al recordar que durante el torneo vio a otros integrantes de aquel Aderes histórico. «Estaban también Ramón, Toni o Richi», evoca antes de dar la verdadera clave del asunto: «No fue el hecho de ganarlo todo en aquellos años sino la amistad que se generó entre todos. Es algo que aún mantenemos entre nosotros. Ganar títulos está bien pero lo mejor es el esfuerzo del camino». Paco aún recuerda el día en el que compartieron la pista con los actores de la película y lo hace con el humor que nunca le ha abandonado: «El personaje que reflejaron es más guapo que yo y la canasta imposible que se intenta en la película está basada en una que metí. En un entrenamiento nos dijeron que nos pusiéramos a correr por las escaleras y yo subí con el balón. Desde la grada lancé el balón y metí la canasta».

La historia de Campeones también esconde un drama, aunque se contó edulcorado. El personaje de Román, interpretado por Roberto Chinchilla, está inspirado en Ramón Torres. Jugador del Aderes, de Burjassot, que ganó en los Juegos de Sidney 2000 la medalla de oro. Era uno de los dos únicos jugadores de España que realmente tenía una discapacidad intelectual. El resto jugaron con papeles falsos. Un escándalo. El COI les retiró la medalla. También a Ramón, que sigue en activo y que jugó en el torneo de L'Alqueria con el Units Godella. Su cabeza nunca lo entendió. «Más de dos décadas después lo que realmente es injusto es que lo que ocurrió no tenga visibilidad. Es algo que se tapó totalmente y es muy triste que no se sepa toda la verdad. No me parece correcto que esté tapado», denuncia Alberto Dolz, entrenador del actual Aderes.

El técnico va más allá: «La foto es muy bonita pero cada año hay más equipos que no pueden afrontar los pagos y no vienen al Campeonato de España, aunque se han ganado la plaza, por no poder pagar. Es muy triste. Cuando salió la película vivimos un boom y eso sirvió para que se hablara del deporte para personas con diversidad funcional. Incluso gente de mi entorno que nunca se habían interesado me preguntaban. Como todas las modas, se pasó esa página. Alguno hay veces que te dice que ya no vienen los de la tele pero notas que están orgullosos de que su historia es la historia que se cuenta en Campeones».

La realidad de sus jugadores es que, tras la pandemia, necesitan incluso más ayuda de todos: «Tenerlos en casa encerrados tanto tiempo fue muy perjudicial. Cada uno tiene una necesidad específica de trabajo psicomotriz. El confinamiento para ellos fue como dar tres pasos atrás, hubo momentos en los que se desesperaban por no poder salir». Ahora vuelven a sonreír y a abrazarse con el rival tras perder un partido. El resultado no importa. Recuerden las palabras de Jesús Vidal; inclusión, diversidad, visibilidad. Nunca las olviden.