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Paco Olmos, entrenador del debut del Valencia Basket en la máxima competición continental. Roberto Milán

Qué tienen en común Paco Olmos y Ricky Martin

El valenciano ha regresado a España tras nueve años de trabajo en México y Puerto Rico, donde dirigió a la selección en el Mundial de 2014

Juan Carlos Villena

Valencia

Domingo, 26 de diciembre 2021, 01:13

La historia de Paco Olmos tiene giros muy curiosos. Formado como técnico en la cantera del Pamesa, donde consiguió dos históricas medallas con el junior en los Campeonatos de España, sigue siendo el único técnico que se ha sentado en dos etapas en el banquillo local de la Fonteta y casi dos décadas después de que cogiera las riendas del Pamesa ha regresado a la ACB tras nueve años de exilio deportivo el otro lado del Atlántico y sigue siendo el único entrenador de la terreta de la Liga Endesa.

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«Puede que sea porque el baloncesto profesional de alto nivel en Valencia no lleva tantos años como en otras regiones. El de antes era el de los colegios o los pueblos. Yo me inicié en San Pedro Pascual. No le encuentro explicación a día de hoy pero es algo curioso», se sincera. El domingo volvió a pisar la Fonteta 3.627 días después de la última vez. Se emocionó con el cariño que le demostró una afición que no le ha borrado de su mente. La bandera de la ULEB Cup de 2003 seguirá recordando, hasta que alguien logre igualarlo, que sigue siendo el único técnico valenciano en hacer campeona a la entidad de Juan Roig.

Su segundo despido en el Pamesa, en enero de 2012, le llegó en mal momento. Con un deporte profesional en recesión por la crisis económica se abrió la opción de Puerto Rico. Su particular éxodo arrancó bendecido por Ricky Martin. El dueño de los Cangrejeros de Santurce, el primer club que le fichó al salir de España, era Angelo Medina, uno de los representantes musicales más importantes del mundo, donde Romeo Santos o los componentes de Maná van a presenciar sus partidos.

Hace unos meses, Bad Bunny ha entrado en el club como copropietario y con el sueño de encontrar la fórmula para encajar en una futura expansión de la NBA ya que el territorio caribeño está asociado a EEUU. «Allí conocí a mi actual esposa y la gente es buena. Tengo buenos amigos allí y ahora una parte de familia, con lo que me considero parte de Puerto Rico» reconoce Olmos. Sus padres siguen viviendo en L'Eliana y, como el resto de familia, no pudieron viajar a San Juan a una boda que se canceló al quedarse Paco junto a la que ahora es su esposa confinados en la isla por la pandemia.

Durante varios años, Olmos compaginó su trabajo en la isla donde llegó a disputar el Mundial de 2014 como seleccionador de Puerto Rico, con la aventura mexicana, donde consiguió en su periplo en Fuerza Regia (2016-2021) hacer tres veces campeón al equipo de Monterrey: «Lo que más me chocó de México son las diferencias de clase social.

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Si en España nos quejamos de que la clase media ha desaparecido, allí directamente no existe y eso hace que mucha gente sufra. Todo eso genera inseguridad y violencia. No tuve ninguna mala experiencia, aunque los apartamentos tenían triple seguridad. En Ciudad de México, la gente que se lo puede permitir se desplaza en helicóptero. Mi recuerdo de Monterrey es muy bueno, con muchos amigos en un club».

Lo más duro de su exilio deportivo que ha durado casi una década, un caso único entre los entrenadores de la rueda nacional de la ACB, fue el momento en el que tuvo que entender que sus hijos debían seguir su formación en Valencia: «Llega un día en el que, como me comentó Pedro Martínez, tus hijos ya no pueden formar parte de la maleta. Llegan a una edad, en la adolescencia, donde no puedes moverlos como cuando eran niños. Es una parte del ser entrenador que o no se sabe o no se valora. Lo peor es la distancia física con tus hijos, padres o hermanos. Es lo que se hace complicado. La idea de volver a España es venir para quedarme».

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Como le ocurrió en su momento al maestro Miki Vukovic, que cuando salió del Pamesa ya nunca más entrenó (en su casi ni en la ACB ni en ningún lado), con el paso de los años mucha gente del baloncesto español se preguntó los motivos del 'caso Olmos', que seguía sin recibir ofertas de su país. El valenciano confiesa que nunca le preocupó, que sólo quería disfrutar de un trabajo que es una pasión: «Lo que me queda es la experiencia de haber ayudado a generar estructuras deportivas. Me encontré un baloncesto menos profesionalizado que en España, con mucho talento y poco juego colectivo, e intenté dejar una filosofía. Nunca tuve frustración cuando pasaban los años y no llegaban ofertas de la ACB. Me sentía respetado y feliz».

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