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Josep Prats
Miércoles, 12 de octubre 2022, 22:32
Pedro Llompart pasa a la historia del baloncesto español. Tras varias aventuras y una carrera profesional plagada de buenos momentos y no tan buenos, el ya exjugador balear decidió dejar el deporte profesional en activo el pasado mes de agosto tras rescindir su contrato con el HLA Alicante. Ahora afronta una nueva vida fuera de las pistas.
–¿Cómo lleva su nueva vida?
–Bien. La verdad es que la llevo bien. Aún estoy un poco confuso no sabiendo cómo reaccionar, pero vaya, yo tenía claro que el final estaba cerca y me he ido mentalizando y ocupando mi tiempo también con otras cosas.
–Con el Lucentum, ¿fue usted el que tuvo la iniciativa de no seguir o fue el club que no quiso renovarle el contrato?
–Bueno, en realidad tenía contrato, pero ellos decidieron que no iba a continuar y se finiquitó esa relación. A partir de ahí las ofertas que tenía estaban bien, pero era complicado a estas alturas de mi carrera cambiar. Entonces tomé la decisión de dejarlo.
–¿Tenía muchos clubes que querían hacerse con sus servicios?
–Sí, por suerte sí. Aún teniendo 40 años, la verdad es que la gente cree que todavía podía haber estado ahí dando el cayo. Yo también pienso que podría haber continuado, tanto física como mentalmente, pero llega un momento que tienes que evaluarlo todo con lo personal y lo familiar. Desde que me fui de Italia, que fue mi última experiencia a primer nivel, sabía que jugar en Alicante era algo que deseaba, con lo que quería finalizar mi carrera, pero jugar en Leb Oro era más que nada por jugar en un sitio donde tiene un sentido especial para mí.
–Hablando un poco ya de su primera etapa en el Valencia Basket, de esa etapa donde llegó muy joven, ¿qué recuerda con más felicidad?
–Lo recuerdo todo con mucha felicidad. Era una aventura tras otra, llegué con 14 años, entrenas a todas horas, vives en el piso con amigos que venían de Mallorca conmigo… Fueron cosas muy bonitas, pero sin duda el día del debut contra el Estudiantes para mí fue un día especial. Había estado muchas veces en el banquillo en la época de Miki Vukovic, pero eso era otro baloncesto. Rodilla jugaba casi 40 minutos. Yo subí por una lesión de larga duración de César Alonso, pero no llegué a debutar. Entrenaba todos los días como uno más, pero no debuté hasta más tarde con Paco Olmos y ese día del debut lo recuerdo muy bien.
–De la segunda etapa supongo que se llevará la Supercopa.
–Sin duda. Conseguir un título aunque fuese mucho más tarde de lo que había soñado en un principio. Levantar un título en el equipo que habías empezado y que había significado todo para mí tenía un valor incalculable. Además, también sabía que era mi recta final de carrera. No tuve una actuación principal, pero lo disfruté mucho.
–De los compañeros que recuerde, porque habrán sido muchos durante su carrera, ¿qué quinteto me haría?
–Haría un quinteto muy del Valencia Basket vintage. En el puesto de base me quedaría con Nacho Rodilla, y ahí pondría también a Montecchia, que para mí fueron dos jugadores en los que me fijé mucho y de los que aprendí muchísimo. Luego no podría dejar de poner a Antoine Rigaudeau, que fue un auténtico lujo poder jugar con él. Por dentro pondría a Fabricio Oberto y Dejan Tomasevic, que era excepcional verlos jugar juntos.
–¿Le han ofrecido algún puesto de asistente en algún equipo?
–He tenido opciones diversas, pero de momento no me he decantado por nada.
–¿Cuál es su objetivo a partir de ahora?
–No me he marcado ningún objetivo. Ahora estoy abierto a las cosas que puedan ir surgiendo del baloncesto.
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