Iñaki Zubizarreta, exjugador del Pamesa Valencia, es un referente en la lucha para erradicar el bullying ·
El deportista ha reflejado su dura historia en el cómic 'Subnormal' y pretende que su lectura entre en los planes de estudios de la comunidad educativa
A mediados de los 80, Iñaki Zubizarreta Tellería (Madrid, 1972) sufrió en sus carnes la garra del acoso escolar. Una década y media después tocó el cielo deportivo con el Pamesa Valencia ganando la legendaria Copa del Rey de 1998 en Valladolid con el maestro Miki Vukovic, recientemente fallecido, en el banquillo. Esta semana se ha celebrado el 23 'cumpleaños' de aquella gesta, que sus protagonistas siguen recordando puesto que ningún equipo ha logrado igualar el hito de levantar ese trofeo en su primera participación. La historia de Iñaki, que sigue viviendo de sus fuertes manos pero cambiando la pelota de baloncesto por su actividad como masajista, es la de la superación del bullying. No todos lo consiguen y fueron esas historias anónimas de adolescentes que no pudieron soportar ese infierno en las aulas lo que le animaron a luchar de forma decidida contra el acoso escolar, impartiendo charlas en colegios sin poner ninguna censura al duro relato en el que se convirtió su vida desde los once años.
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Su última iniciativa, ya está preparando nuevos proyectos al respecto, ha sido la publicación de su historia en un cómic. Su título es 'Subnormal'. Sin cortapisas. Al grano. La palabra que le repetían constantemente en el colegio y que se convirtió en la gran espada que fue minando su cabeza. En el epílogo de la novela gráfica, define al bullying como «ese monstruo con cara de niño que destroza infancias, marca vidas y, en los casos más extremos llega a provocar que niños de corta edad atenten contra ellos mismos». Lo vivió en sus propias carnes. Harto de humillaciones, vejaciones, golpes e incomprensión por parte de su profesora y su centro escolar (lo refleja de una forma muy dura en el cómic) Iñaki se asomó a los acantilados de Getxo dispuesto a acabar con todo. Acabó dando un paso atrás, prometiéndose que nunca permitiría que sus acosadores ganaran la batalla.
Iñaki Zubizarreta firma en Bilbao un ejemplar del cómic Subnormal.
J. BERMEJO
La pelota naranja fue refugio, así lo reconoce a LAS PROVINCIAS: «El baloncesto me salvó la vida. Así de claro. Me salvó la vida y me dio vida, las dos cosas. En su momento fue la herramienta que encontré para agarrarme y salir adelante. Con el tiempo, el baloncesto además de salvarme me dio un modo de vida y unos valores». A través del baloncesto, y de la confianza que recibió de sus entrenadores que supuso un refuerzo para su autoestima tan golpeada en las aulas, fue cincelando una carrera deportiva que le llevó a la élite del baloncesto español, con el Cajabilbao, CAI Zaragoza y Pamesa Valencia como grandes exponentes. En la Fonteta, con Miki Vukovic como guía espiritual, llegó esa Copa del 98 donde el legendario técnico de Kraljevo contestó al menosprecio de Alfred Julbe al propio Zubizarreta y a Alfonso Albert en la previa de la final sacando a los dos en el quinteto titular.
La pasada temporada, Iñaki Zubizarreta fue una de las caras de la campaña Actuamos contra el Bullying que patrocinó la ACB. Las charlas, suspendidas por el confinamiento de marzo, se iniciaron en octubre de 2019 en una pista central de L'Alqueria repleta de jugadores y jugadoras de la cantera del Valencia Basket. Ahora, el deseo del exjugador es que su cómic Subnormal, que cuenta con el guión de Fernando Llor y las ilustraciones de Miguel de Porto, entre en el ámbito educativo. En los planes de estudio como una de las lecturas que fomenten el debate y den visibilidad a un problema real en el que los señalados deben ser los acosadores y no los acosados. Es la mejor forma de prevenir que, en la edad adulta, esos comportamientos se sigan evidenciando. «La base de cualquier acoso, ya sea violencia de género u otras violencias, siempre parte del acoso escolar. El acosador adulto ha sido acosador de niño, así que si cortamos de raíz el acoso del colegio estaremos educando para cambiar la sociedad del futuro. Lo que no tienen los niños son herramientas para gestionar sus emociones o sus sentimientos. Falta empatía, respeto e inteligencia emocional. Tenemos que comenzar desde infantil», sentencia Zubizarreta.
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