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AFP
Jueves, 3 de octubre 2024
Una decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) este viernes 4 de octubre en el caso de Lassana Diarra contra el Lokomotiv Moscú ... podría dar un vuelco al sistema de traspasos en el fútbol permitiendo a un jugador romper unilateralmente su contrato.
«De algún modo el caso Lassana Diarra es el caso Bosman 2.0», estima el abogado belga Jean-Louis Dupont, que defiende a Diarra, y que había trabajado hace tres décadas para Jean-Marc Bosman, un caso que derivó en la ley Bosman en 1995, que puso fin a las cuotas de jugadores extranjeros en un club.
El Tribunal de Justicia de la UE consideró este viernes que ciertas reglas de la FIFA relativas a transferencias internacinales de jugadores son contrarias al derecho europeo. El TJUE consideró que las restricciones en la capacidad de un jugador de buscar empleo en un club tras haber interrumpido su contrato con otro «son contrarias al derecho de la UE».
Las normas de la FIFA determinan que un club interesado en contratar a un futbolista en esa situación debe asumir la compensación al club donde el contrato fue interrumpido. Pero en su fallo, el TJUE determinó que «las normas en cuestión impiden la libre circulación de los futbolistas profesionales que deseen desarrollar su actividad yendo a trabajar a un nuevo club».
Estas normas específicas, acotó la corte, «imponen riesgos jurídicos considerables, riesgos financieros imprevisibles y potencialmente muy elevados, así como riesgos deportivos importantes». «En conjunto, son tales que impiden las transferencias internacionales de esos jugadores», señaló. «Esas normas obstaculizan la libre circulación de jugadores y la competencia entre clubes», indicó el TJUE.
Otros juristas que conocen el caso son más moderados y no prevén un 'fallo Lassana Diarra' con el mismo impacto que el 'fallo Bosman'. El caso del jugador belga concernía a la libre circulación de jugadores e hizo estallar en pedazos todas las reglas de limitación de futbolistas de diferentes nacionalidades en los planteles de los clubes, liberalizando el mercado de traspasos en Europa.
El litigio del antiguo internacional francés con el Lokomotiv podría permitir a un jugador apartado del grupo romper unilateralmente su contrato sin que su próximo equipo pueda enfrentarse riesgos jurídicos ante la multa que podría recibir el jugador.
La historia se remonta diez años atrás. En 2014, 'Lass' se había enfadado con el club moscovita ya que no aceptaba una drástica reducción de su salario. El Lokomotiv le reclamó en principio 20 millones de euros (22 millones de dólares) por el perjuicio.
Según los normas de la FIFA, si un jugador rompe su contrato de forma unilateral y «sin causa justificada», debe abonar una indemnización que comprende su remuneración y bonus hasta el término de su contrato. Un club que fiche a ese jugador, podría verse afectado por esta indemnización.
Por su parte, el jugador reclamaba seis millones de euros a la FIFA, estimando que sus reglas en materia de traspasos le habían impedido ejercer su profesión durante la mayor parte de la temporada 2014-2015.
Con esta amenaza de indemnización, los clubes interesados en incorporar al jugador a sus filas dieron un paso atrás, como fue el caso del Charleroi belga.
Diarra, que aterrizó en el Olympique de Marsella en 2015 y antes había jugado en el Real Madrid, el Chelsea o el Arsenal, decidió llevar el caso ante la justicia belga, apoyado por el sindicato mundial de jugadores, FIFPro. Después de varios giros de guion, el tribunal belga asumió el caso, a pesar de que la FIFA consideraba que no era competente para ello.
A petición de la corte belga este caso llegó a la máxima instancia judicial de la UE, que este viernes resolverá sobre la legalidad o no del artículo 17.4 del Reglamento de la FIFA sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores (RETJ) de la FIFA, que establece que un club que quiere contratar a un jugador que ha rescindido su vínculo con otro equipo unilateralmente tiene que hacerse cargo del pago de la indemnización correspondiente de manera subsidiaria.
En esencia, el interrogante era: ¿el reglamento del estatus y del traspaso de jugadores es compatible con el derecho a la competencia y a la libre circulación de la UE?
Según el abogado general Szpunar, las disposiciones aplicadas por la FIFA pueden «desalentar y disuadir a los clubes a contratar al jugador por temor de un riesgo financiero».«Limitar la capacidad de los clubes para fichar jugadores afecta necesariamente a la competencia entre clubes en el mercado de adquisición de jugadores profesionales», indicó el jurista polaco.
Ahora habrá que ver el alcance de la decisión del TJUE y si los jugadores podrían, en caso de verse apartados, abandonar su club sin temor de verse inmersos en un posterior procedimiento judicial.
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