Jennifer Hermoso desenmascara a Rubiales

El escándalo ha sido internacional. Miles de mujeres se han sentido identificadas de alguna manera con Jennifer Hermoso: las capitanas de las principales selecciones le han ofrecido sus respetos. Retratado ha quedado el exseleccionador Luis Enrique, que no quería opinar pero opinó: «La gestión de Rubiales ha sido sobresaliente». Retratados los jugadores de la selección española masculina, mudos ante los excesos del dirigente. «No me duelen los actos de la gente mala», dijo Luther King, «sino la indiferencia de la gente buena». No es el caso de Joan Laporta, tibio en la condena porque le debía favores al exjugador del Levante UD (la no sanción de la UEFA al Barça por el caso Negreira).

Este señor ha sido el jefe de los árbitros a través de su súbdito Medina Cantalejo, aplaudidor en la asamblea póstuma del viernes, junto al árbitro Gil Manzano, fieles servidores de 'Rubi', como le conocía Gerard Piqué, 'Geri', socio en los negocios de la Supercopa de España. Recordemos el trato de Rubi al Valencia CF, que le caía mal: reparto mínimo del dinero de la Supercopa de 2020, sanción a Gayà con cuatro partidos por unas críticas a los árbitros (impunes cuando las pronunciaron otros como Ancelotti) y cierre de una grada de Mestalla con cinco partidos por insultos racistas a Vinicius.

Este señor ha sido patrón de las selecciones nacionales: con qué fruición le aplaudían los dos seleccionadores, Jorge Vilda y Luis de la Fuente, quienes un día después condenaron «sin paliativos» a su ídolo 24 horas antes. ¿A qué clase de mequetrefes regalaron el banquillo de España? De la Fuente y Vilda abandonaron el barco horas después de que la FIFA enseñara el pulgar hacia abajo a su admirado líder. Les falta decencia para seguir en el cargo.

Este señor ha comprado a las territoriales con sueldos de hasta 150.000 euros anuales para sus dirigentes. ¿De qué lado está el presidente de la valenciana, Salva Gomar (170.000 euros anuales)? A su reciente renuncia a la vicepresidencia de la federación le faltan explicaciones.

El presidente del humilde Sant Andreu, Manuel Camino, ha marcado el camino de la regeneración. Hace falta gente competente y honrada. Existe. Ha sido posible en el baloncesto con la gestión de Jorge Garbajosa. El Gobierno, consentidor del presidente caído, debe llegar hasta el final. Y limpiar de una vez la casa del fútbol, la casa de todos.