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El Desafío Español compite contra el Alinghi durante el Acto 13 de la Copa América de 2007. afp/ josé jordan

La candidatura de Valencia para la Copa América tenía un 60% de inversión privada

El Team New Zealand amplía el plazo para elegir la sede de 2024 ante los problemas para cerrar el presupuesto de las ciudades finalistas y las instituciones no firmaron el aval para poder negociar, donde su aportación estimada era de 32,6 millones

Viernes, 17 de septiembre 2021, 00:42

El protocolo de la 37ª Copa América, redactado por el Royal New Zealand Yacht Squadron, la marca con la que compite el actual defensor del trofeo, el Emirates Team New Zealand, marcaba que hoy debería anunciarse la sede para la prueba de 2024. No va a ser así. Cuadrar la financiación en plena pandemia está lastrando a todas las candidaturas menos a la de Jedda. Curiosamente, la menos preferida a nivel deportivo por el Defender y es por ello que han decidido prorrogar el plazo para la elección. Algo que puede servir a los finalistas europeos para intentar cerrar el presupuesto. Auckland fue la primera en caer, al no aceptar el gobierno de Nueva Zelanda la inversión pública de 58 millones de euros requerida. Algo parecido a lo que ha sucedido en Cork –donde la inversión, incluidas las infraestructuras, se duplicaba– y en Valencia. La candidatura presentada por el Real Club Náutico pasó el corte pero se retiró pese a ser finalista al no tener garantizado el apoyo de las instituciones. Con el evento sin sede, no se descarta que se puedan desempolvar los papeles ahora que el defensor ha ampliado el plazo para firmar el convenio.

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La candidatura valenciana, tal y como ha podido confirmar este periódico, estimaba en 81,5 millones el presupuesto del evento, con un 60% de inversión privada. Es decir, en esa primera tasación las arcas públicas debían aportar 32,6 millones. Una cifra que, de haberse firmado el aval institucional para poder negociar con el Team New Zealand, se estima que podría haber bajado hasta los 16,3 si se lograba el objetivo de máximos de un 80% de inversión privada. En la propuesta, incluso, se detallaba un calendario de pagos donde el primero era de 22 millones que debía ser efectivo hoy, el día estimado para la elección de la sede.

Una de las bazas con las que contaba la propuesta valenciana eran las infraestructuras, ya existentes de las ediciones de 2007 y 2010. Para la primera, el canon pagado por el consorcio institucional se disparó a los 90 millones y el gasto total a los 843. La de 2024, por tanto, era una edición que costaba en Valencia un 10% de la factura de la 32ª America's Cup. El impacto económico de aquella edición se disparó a los 2.700 millones. Para la que busca sede, en una economía en pandemia, la horquilla estimada está entre 500 y 600 millones. Al tener ya las infraestructuras, Valencia aseguraba que los equipos se pudieran instalar de forma inmediata y trazar una Copa América de tres años (2022-2024).

Tras pasar el primer corte en junio, la candidatura valenciana no pudo reunirse con las instituciones hasta el 18 de julio. Un primer aviso de escepticismo que se confirmó después del 16 de agosto cuando Valencia entró entre las finalistas. Ya no se produjo ninguna reunión. El mensaje institucional lo resumió el alcalde Joan Ribó: «La labor del Ayuntamiento y la Generalitat es aportar infraestructuras, la de las empresas es trabajar, entre otros temas, en la financiación. Este año el Ayuntamiento tendrá que pagar cuatro millones todavía de las deudas de estas infraestructuras (refiriéndose a las de las ediciones de 2007 y 2010)». Con la base estimada de 48,9 millones de inversión privada y la intención de crear la Fundación Náutica Valencia para el desarrollo del evento y de HUB Náutico para el plan Legado 2040, los impulsores de la candidatura siguen atentos a cualquier resquicio que permita tener aún alguna opción. El mundo empresarial, tal y como declaró ayer en LAS PROVICIAS Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial Valenciana, sí que apoyaba la celebración del evento.

España no cuenta con un desafío en una Copa América desde 2007, cuando Iberdrola apadrinó al sindicato que actuó como local en la 32ª edición del trofeo. La siguiente, en 2010 y también en Valencia, fue un mano a mano entre el Alinghi y el BMW Oracle. Con el triunfo americano, el evento se marchó a San Francisco. En la candidatura valenciana para la edición de 2024, la aparcada hasta nueva orden, estaba incluido el regreso de un equipo español a la competición y también la inclusión de un barco totalmente femenino que permitiría romper una barrera en la disputa por la Jarra de las Cien Guineas. La infraestructura de bases que ya tiene el puerto de las ediciones anteriores disputadas en aguas valencianas, y la bajada de costes, albergaba el objetivo ambicioso de los impulsores de la candidatura de tener a una docena de sindicatos peleando en la Copa América. No hay que olvidar que cada uno de los equipos paga un canon, con lo que a mayor número de participantes más repartida sale la financiación y los pagos a realizar.

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La propuesta incluía actuaciones en las marinas Sur y Norte de la zona portuaria y un plan de negocio para pasar de los 7 millones al año que factura en la actualidad la Marina a una horquilla de 40-60 millones durante los tres años del evento. Con la renuncia de Valencia surgió la idea de que Barcelona elevara una propuesta. Fuentes conocedoras del proceso indicaron a esta redacción que al no estar seleccionada en la fase previa una elección así podría incurrir en reclamaciones legales.

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