Los deportistas aún esperan los test y los clubes estudian cómo ajustar las instalaciones

Empieza la cuenta atrás para los deportistas profesionales y lo hace de una manera un tanto peculiar porque hay tantas ganas de reanudar la actividad como dudas e incertidumbre sobre las medidas que hay que tomar al respecto. Tampoco es lo mismo el deporte de contacto que el individual, ni las capacidades económicas de unos clubes y de otros para ajustar sus instalaciones. El fútbol y, en este caso, los dos clubes de élite de la ciudad (Valencia y Levante) tienen ciudades deportivas para su uso exclusivo que pueden adaptar con más posibilidades a las exigencias sanitarias mínimas en esta fase inicial. Otra cosa es si se podrá o no reanudar la competición a tiempo para acabar la temporada, como es el deseo. La previsión es para la segunda quincena de junio, a puerta cerrada en cualquier caso. No obstante, ayer la AFE trasladó a LaLiga la obligación de aplicar un plan de riesgos laborales ante la reanudación de la actividad.

Desde que se inició la cuarentena, los responsables deportivos de Valencia y Levante llevan trabajando en los diferentes escenarios. Hay comunicación directa entre los entrenadores, los responsables de los servicios médicos y también con los jugadores. Sus empresas se están jugando mucho dinero y hasta se han tenido que recortar los sueldos. En Paterna y en Buñol hay campos suficientes y también vestuarios para reanudar la actividad de los jugadores de manera individual para que eviten el contacto entre ellos, como en su día se especificó en el protocolo que hizo llegar la Liga a los clubes. Tanto Valencia como Levante están actuando con mucha prudencia, sobre todo porque esperan el pronunciamiento de la propia Liga, que es la encargada de gestionar que los futbolistas pasen antes de volver a la actividad los famosos y polémicos test. Ni tan siquiera se han atrevido los clubes a admitir si los jugadores van a salir este sábado a realizar carrera continúa.

Al Valencia Basket la luz verde definitiva le va a permitir exprimir las instalaciones que tiene en l'Alqueria. Eso sí, también sujetos a un trabajo individualizado de los jugadores.

Un equipo de motociclismo o automovilismo lo componen un grupo de personas, generalmente de diferentes nacionalidades, que viven el confinamiento en sus lugares de origen. Juntarlos a entrenar aún no es posible por motivos de movilidad, así que es algo que descartan los equipos. Tampoco el Circuit de Cheste espera actividad en pista para el lunes. Los pilotos podrán entrenarse en la calle como todos los ciudadanos desde el sábado o si tienen alguna pequeña pista para trabajar con moto de tierra.

La Fundació ya anunció el martes que inicia el protocolo para que los jugadores puedan entrenarse desde el lunes en los trinquets. Sería en solitario, pero se entiende que con el plan de desescalada existe la posibilidad de retomar la competición a partir de la segunda quincena de junio. Se priorizará en los torneos oficiales: Lliga (que estaba a medias), Copa e Individual, trasladado a final de año.

Los clubes de tenis ya están a la espera de si pueden abrir o no sus puertas, aunque en principio sólo existe la posibilidad de usar las pistas para que los deportistas de élite se entrenen en solitario. La Federación Valenciana y las academias de alto nivel están a la espera de que el CSD regule la desescalada, en particular en esta especialidad. Se entiende que los jugadores se entrenarán el lunes, pero queda por decidir dónde y si podrán pelotear con el entrenador.

Todo va a depender de una reunión de este jueves, donde se debatirá si vuelve la competición o se da por finalizada al estilo de Francia. En ese caso no tendrá sentido un regreso. El gran problema serán los jugadores extranjeros confinados en sus países de origen.