Juan Carlos Ferrero es el mejor tenista de la Comunitat de la historia como fruto del trabajo y el sacrificio. Comprendió que la distancia ... entre ser bueno y el mejor podía estar en los pequeños detalles. Lo comprobó cuando Antonio Martínez Cascales le prometió que, si se trasladaba a Villena a trabajar con él, lo convertiría en un jugador top. Así fue. Con él llegó a la cúspide del ránking ATP, a ganar Roland Garros y a erigirse en héroe de España en la Copa Davis. Ahora trabaja para que, con los mismos valores, Carlos Alcaraz pase de ser la perla del tenis español a sucesor de Nadal... aunque ni al chaval ni a su entrenador les guste para nada ese calificativo.
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Se retiró en 2012, en casa, en el Open500 del que era copropietario con David Ferrer. Entonces se resguardó durante cuatro años en Equelite, su academia de tenis, en término municipal de Villena pero muy cerca del de su Ontinyent natal. Deportista desde la infancia siguió cuidándose: minucioso con la nutrición, continuaba jugando a tenis y a pádel, incluso haciendo sus pinitos en pachangas de fútbol. Se ha atrevido desde siempre con cualquier modalidad, incluso con la pilota. Ahora progresa en el golf.
En 2017, Ferrero se sentía ya capacitado para transmitir sus conocimientos y valores adquiridos como jugador a la faceta de entrenador. Desde que empezaron a trabajar mantuvo una estrecha relación con Cascales, que aún hoy es pieza clave en su proyecto en Equelite. Ferrero siempre ha sido serio, incluso algo áspero de puertas hacia fuera. Quienes le conocen lo achacan a su timidez porque para el trabajo le gusta formar equipos duraderos y donde la confianza mutua sea la piedra angular.
Así fue en su etapa como deportista y ha trasladado esa filosofía a su faceta como entrenador, en la que se caracteriza por ser estricto y exigente. En 2017 asesoró a Alexandr Zverer. Aquello se urdió en un restaurante italiano, durante el Conde de Godó. Coincidió con el equipo del alemán en un restaurante italiano cerca del Real Club de Tenis Barcelona. Charlaron y a los pocos días el valenciano ya aconsejaba a Zverev, que con ese respaldo ganó en Roma: dominó a Djokovic y se convirtió en el primer tenista nacido en los 90 en ganar un Master 1.000. Parecía que había empezado una relación duradera y con visos de ser fructífera.
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Había una grieta entre ambos caracteres. Ferrero es muy estricto y ordenado, celoso de la puntualidad... y Zverev no tanto, y menos antes de cumplir los 20 años. Empezó a llegar tarde a los entrenamientos y, a la tercera o cuarta vez, el valenciano dijo que hasta ahí. Era febrero de 2018 y por Equelite ya se pasaba un muchacho murciano, cuyo mánager es Albert Molina, que trabajó con David Ferrer y había llevado a Villena en su día a Almagro o Carreño. Percibió algo especial en aquel chico y decidió que iba a encabezar su equipo técnico.
Ontinyent. Localidad de la que es natural Ferrero, nacido el 12 de febrero de 1980.
Roland Garros. Grand Slam que ganó en 2003, tras haber perdido la final del año anterior. Ganó 16 títulos de la ATP.
Número 1. Ránking que ocupó el 8 de septiembre de 2003. Ese año también disputó la final del US Open.
Héroe de la Davis. Logró el punto definitivo de la primera Ensaladera para España, en 2000. También ganó la de 2004 y la de 2009.
Open500. Impulsó con David Ferrer el torneo del Ágora, donde recibió el homenaje tras su retirada en 2012.
Equelite. Su academia, en Villena, donde se entrenan tenistas de élite y promesas. Como entrenador ha guiado a Zverev y ahora trabaja con Carlos Alcaraz.
En aquel 2018, Ferrero tenía propuestas de tenistas top como Simona Halep, Del Potro, Tsitsipas o Dominic Thiem, que entonces parecía la gran alternativa al 'Big Three'. El austriaco le proponía que le acompañase 15 semanas, por lo que podría haber compatibilizado ese trabajo con el de Alcaraz. Dijo 'no'. Quería centrarse al 100% en la carrera de un chico al que vio con materia prima para ser un futuro número 1.
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El murciano ya ha debutado en la Davis. El valenciano debe ser en algún momento capitán del equipo español para tratar de alzar la Ensaladera que ya alzó como jugador. Sonó, de hecho, antes de que accediera al cargo Conchita. ¿Coincidirá esa etapa con la de Carlos Alcaraz como número uno en este torneo? Eso el tiempo lo dirá.
De momento, la idea es que la sociedad jugador-entrenador emule a la de Ferrero-Cascales. El chico, como su técnico, ya se ha aficionado al golf y va progresando con el swing. Tiene margen mucho de mejora como con la raqueta, donde el mejor jugador de la historia en la Comunitat no cesará en su empeño por conducirlo, sin prisa pero sin pausa, a la cima.
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