Martes, 31 de marzo 2020, 22:15
Hace casi un mes, ante los primeros positivos en Covid-19, en Missouri se decretó el estado de alarma. Iban a ser dos semanas en pausa. Un paréntesis en la acelerada vida en el estado estadounidense. Así es como se lo tomaron la mayoría de personas, entre ellas Teresa Bueso (Valencia, 1997).
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La internacional en rugby-7 cursa el último curso el grado de Sport Management en la Universidad Lindenwood. Allá por el mes de septiembre, su intención era, una vez concluidos sus estudios, regresar a España. Sin embargo, la pandemia le obligó a cambiar los planes. Unas semanas atrás, al suspenderse las clases, y para no pasar sola los 15 días en Missouri, se marchó con una amiga a Florida junto a la familia de ésta. Poco después del traslado, familiares de Teresa le llamaron: "Me insistieron en que volase inmediatamente a casa. En un principio no quería hacerlo, pensaba que en España era donde estaba el riesgo y me daba miedo viajar y volar a Madrid pensando en que iba al peligro en lugar de quedarme en Miami, donde en ese momento casi no había casos", reconoce la atleta del Proyecto FER. Aunque le "costó asumir" que sus allegados tenían razón y que debía regresar a casa antes de que cerrasen las fronteras, al final lo hizo: "Ahora soy consciente de que esto es mejor pasarlo en familia y en casa y no lejos, en un país que no es el tuyo".
Tras unos días para habituarse a su nuevo hogar que, en realidad, es el de siempre, Teresa afronta la recta final de su curso académico. "Por suerte, mi universidad americana lo ha organizado todo online con lo cual tengo trabajo todos los días y espero poder finalizar el curso con cierta normalidad", explica. "Si todo va bien me graduaré a finales de mayo", augura.
Teresa Bueso también tira de tecnología para reducir esa sensación de tristeza por haberse separado de sus compañeras de equipo: "Hacemos vídeoconferencias con las chicas, estamos inquietas y sin saber cómo actuar, además de echándonos muchísimo de menos". Respecto a la actividad física, la jugadora valenciana asegura que está intentando "entrenar y cumplir con las rutinas cada día".
Su experiencia vital y las dos operaciones de rodilla a las que se ha visto sometida, le han enseñado aquello de que los planes no siempre salen como se esperaban, así que relativiza su situación: "Ahora mi vida está llena de incógnitas, aunque imagino que como la de muchos jóvenes de mi edad". No sabe si será aquí o allí pero hay algo innegociable: "El rugby el deporte nunca lo dejaré. No podría renunciar. Llevo toda la vida jugando y se me hace difícil imaginarme la vida sin él. Me faltaría algo", concluye.
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