El jugador de béisbol Amir Garrett, lanzador de los Cincinnati Reds, inició el miércoles una de las peleas más multitudinarias que se recuerdan en las grandes ligas de Estados Unidos. El pícher estaba siendo insultado y, en un momento dado, se lanza contra el banquillo y la emprende a golpes con entre 10 y 15 rivales del Pittsburgh Pirates, antes de que lleguen sus primeros compañeros.
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La confrontación de las dos plantillas formó una monumental tangana de más de 35 personas; entre ellos destacaba el entrenador de Cincinatti, David Bell, que ya había sido expulsado y volvió al campo.
La trifulca apenas dura menos de un minuto, antes de ser disuelta por los agentes de seguridad, equipos técnicos y jugadores de ambos equipos. Cinco jugadores de los Reds acabaron expulsados.
«A veces, dejas que las emociones se apoderen de ti. No me gusta que los niños vean eso en el béisbol. El béisbol es diversión. La violencia no debería formar parte», lamentó tras el partido Garret, californiano de 27 años. «Al fin y al cabo, se trata de proteger a tus compañeros y a ti mismo».
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