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Llenazo en la Marina de Valencia para la inauguración de la 33 Copa América en 2010. Jesús Signes

El PP acaba con la persecución de PSPV y Compromís a los grandes eventos

Mazón: "La Generalitat Valenciana luchará para que la Copa América vuelva a casa" | La Copa Davis, el Mundial de Gimnasia Rítmica y el Maratón alumbran la oferta deportiva de la ciudad a la espera del Roig Arena

Miércoles, 24 de enero 2024, 00:38

No hay mal que cien años dure. El impacto reputacional que dejó la Fórmula 1 en Valencia resonó durante años, hasta que los tribunales dictaron sentencia. Fue una de las persecuciones judiciales más absurdas de los últimos tiempos. La reclamación en el Tribunal de Cuentas ... que se empeñó el Botánico, liderada por Mónica Oltra, acabó en nada. Miento. Finalizó en mucho: un sonado archivo tras la retirada de Anticorrupción y pese a la persistencia de la Abogacía. La Generalitat persiguió un supuesto perjuicio -que nunca existió- y la realidad es que ha terminado pagando casi 800.000 euros. El primer pronunciamiento en contra del Tribunal de Cuentas supuso 489.000 más IVA, lo que suma 591.000 euros. Pero esa resolución no fue suficiente para la Abogacía de la Generalitat. La apelación -también perdida- aumentó la factura en otros 203.000 euros. Estas cantidades se han abonado hace unas semanas en las respectivas cuentas de los investigados. ¿Quiénes fueron? La Generalitat impulsó otro procedimiento en el Tribunal de Cuentas donde pretendía que altos cargos del Consell como Lola Johnson, y los exdirectivos de Circuito Motor, José Miguel Escrig Navarro, Julio García Gimeno, Blanca Tomás Carbó y Luis Lobón pagaran con su propio patrimonio a los 24 millones de euros que supuso la fusión por absorción de la empresa Valmor. De manera subsidiaria, la Generalitat solicitaba la condena a 14 millones de euros para la exconsellera Trinidad Miró y al resto de directivos por no perseguir el pago de la deuda que acumuló la empresa organizadora con la Generalitat. Nada de nada. Pero injuria, que algo queda.

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PSPV y Compromís se empeñaron desde la creación del Botánico en desechar todo aquello que sonara a gran evento. Ya fuera la Fórmula 1 o la Copa América. El impacto económico o turístico era lo de menos. Se trataba de un acontecimiento asociado al gobierno popular y había que denostarlos. «Nuestros grandes eventos son las fiestas y traciciones», vino a decir Ximo Puig. Y la oferta deportiva de alto nivel se dedicó a huir de Valencia. Al menos Cheste resistió para continuar con el Gran Premio de motociclismo más importante del mundo. El buen trabajo de todos los que componen el Circuit del Motor han mantenido la categoría de este evento. Y luego está el Maratón y el Medio Maratón, abrigados por la obstinación de Juan Roig en contar con unas carreras de prestigio internacional. Pero el empuje institucional quedó en nada. ¿Y qué ocurrió? Que otras ciudades se aprovecharon. Barcelona se empeñó en contar con la Copa América y ya la tiene. 1.200 millones de impacto económico tiene la competición de vela, según el informe de la Universidad Pompeu Fabra encargado por la Fundació Barcelona Capital Nàutica (FBCN). En Valencia, pese a contar con un campo de regatas excelso y unas instalaciones destacadas, nadie puso empeño. Joan Ribó se puso de perfil y ya cuando las negociaciones con Barcelona estaban a punto de concretarse, Puig hizo algún esfuerzo. En vano. Por supuesto. Y ahora Madrid tendrá su Gran Premio de Fórmula 1 a partir de 2026. Con una inversión totalmente privada y con una repercusión increíble con un circuito urbano que ni mucho menos podrá compararse con la estampa aérea que dejaban los bólidos a 300 kilómetros por hora por la Marina de Valencia.

Ya en el ocaso del Botánico cedieron en su cerrazón. Había oportunidad de que llegara la Copa Davis y Ximo Puig sí puso empeño en negociar para ver a Djokovic o Alcaraz. Era curiosa la imagen de los políticos de izquierda aplaudiendo desde la grada. Y eso que de 2009 a 2015, el Ágora, ahora reconvertido a Caixa Forum, albergó el Open 500, un torneo de relevancia en el circuito, por el que pasaron tenistas de primer nivel. Por todas sus ediciones se abonó un total de 17 millones de euros. Una cifra que al PSPV, sin ir más lejos, le pareció «vergonzosa» que supuso «un uso del PP, sabiendo que esos grandes eventos no iban a tener ningún retorno económico». Pero, ahora para el actual Consell, la celebración de la Copa Davis en Valencia es una buena noticia. «Necesitamos buenas noticias, y esta es una magnífica noticia», dijo el presidente durante la presentación de la edición, que ya había pasado por Valencia en 2018, con un coste de 300.000 euros. Ahora, por albergar una de las fases de grupos, se pagan 2,5 millones de canon, que costean de forma íntegra las tres instituciones: el Gobierno valenciano, la Diputación y el Ayuntamiento de la ciudad. La cifra llegará hasta los 12,5 millones si se celebran las cinco ediciones pactadas. En el caso de que Valencia acoja algún día esa eliminatoria final, también se incrementará el canon a costear.

Con la derrota del Botánico en las urnas y la llegada del PP tanto a la Generalitat como al Ayuntamiento los grandes eventos vuelven a primera línea. Primero con la confirmación de seguir apoyando la Copa Davis, luego con la celebración del Mundial de Gimnasia Rítmica en Feria Valencia y el sueño continúa siendo recuperar la Copa América. Lo dijo el presidente del Consell, Carlos Mazón. “La Generalitat Valenciana luchará para que la Copa América vuelva a casa”. Así se manifestó durante su participación en el coloquio ‘Conocer para mejorar: Políticas comprometidas para avanzar’ en el 12º Foro Exceltur donde ha explicó los principales ejes en materia turística que se están llevando a cabo en la Comunitat Valenciana. Durante su intervención, el jefe del Consell defendió una Comunitat Valenciana abierta al turismo frente a la visión del anterior gobierno de Ximo Puig “porque un pueblo con los brazos abiertos crece más y mejor”. Así, puso en valor la supresión de la tasa turística en la Comunitat Valenciana con la que traslada a los turistas el mensaje de que “son bienvenidos y no molestan”, al tiempo que ha abogado por una política turística desarrollada “junto con el sector turístico y no en su contra”. El president de la Generalitat puso como ejemplo de infracción de un gobierno que actúa en contra del sector turístico la pérdida de la Copa América en Valencia. En este sentido, avanzó que “luchará para que vuelva a su casa” y defendió que la competencia es perfectamente compatible con cooperar como gran destino porque “competir nos hace mejores”.

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Las cifras dejan bien a las claras que la llegada de torneos de relevancia garantizan un beneficio económico. Por ejemplo, el torneo de tenis por países tuvo un impacto de 16 millones en la ciudad. Fueron 40.000 personas las que asistieron a los partidos en la Fuente de San Luis, la ocupación hotelera llegaba al 80% con 1.700 pernoctaciones hoteleras y el escaparate internacional se disparaba con una audiencia televisiva de 280 millones de espectadores.

La concejal del Ayuntamiento de Valencia Paula Llobet incide en la importancia del «posicionamiento de marca» y lanza un mensaje rotundo: «Apostamos por reforzar ese posicionamiento que Valencia tiene como destino de turismo deportivo. En nuestro caso se dejó pasar la Copa América, que desde luego fue un error. Haremos todo lo posible para que vuelva. Hemos tenido el Mundial de gimnasia rítmica, ahora la Copa Davis, el medio maratón, el maratón... Vamos a apostar por este tipo de eventos porque pensamos que es un turismo de calidad que tiene un impacto económico importante en la ciudad en sectores como la hostelería, el alojamiento, el comercio y el transporte. Estamos trabajando para traer eventos nuevos internacionales que ayuden a dinamizar la economía y tengan un impacto importante. Son eventos muy rentables».

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Y falta el Roig Arena. El año próximo estará en el gran pabellón pagado por Juan Roig de su bolsillo. Están previstos conciertos al máximo nivel y entre los eventos deportivos que se ansían está un partido de la NBA. Las gestiones ya están en marcha para que la ciudad atraiga el mejor baloncesto del mundo, algo que hasta ahora sólo han conseguido París y Londres.

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