Las Leonas dominan a su antojo el Women's Rugby Europe Championship. Este fin de semana conquistaron de forma arrolladora su séptimo título consecutivo de ... los 21 que han logrado a lo largo de la historia. España es una pieza clave en el desarrollo de la mujer en el rugby. Por eso, esta selección tiene ante sí el reto de clasificarse para el Mundial que se disputará en Inglaterra en 2025. Además, con el éxito confirmado ante Suecia se jugará ante el sexto clasificado del Seis Naciones (actualmente Irlanda) un puesto en el nivel 2 del WXV, torneo de tres divisiones que gestiona por la World Rugby. En este grupo había dos jugadoras de la Comunitat, Claudia Cano y Valentina Pérez.
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Esta última, que milita en Les Abelles, está completando aún sus primeros pasos como jugadora internacional. En ese partido contra Suecia fue protagonista para bien y por un episodio algo más desagradable. Valentina se parte los dientes, de forma literal, por consolidarse como una más de Las Leonas. «Yo quiero formar parte de la selección. Llegar es difícil, pero quedarte, todavía más complicado», comenta la alicantina.
Así lo recalca después de haber recibido una sesión de fisio después del lance en la que se acabó para ella su partido contra Suecia. Eso sucedió después de que un ensayo suyo hubiera adelantado a España. Valentina estaba jugando el partido y, de repente, se vio en una cama de hospital: «He visto un vídeo en el que voy a placar a una rival y luego estoy en el suelo. Me golpeé en la cara con su cadeera». Pero el impacto fue brutal, tanto que se partió una de las palas.
«Ya tenía el nervio muerto y no me ha dolido demasiado. Por suerte me la pudieron recolocar, pero he tenido que estar casi un día sin comer ni beber», señala. Ahora tienen que extraerle la pieza y colocarle un implante, primero uno provisional y luego el definitivo. «Afortunadamente ha sido jugando con la selección y el seguro me cubre al menos el 50%. Estamos también hablando a ver si llega a todo», indica. Es la realidad del deporte de élite en modalidades que no son de masas.
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Pero a Valentina Pérez, como a muchas otras personas en España, le apasiona competir y su gran preocupación es poder seguir haciéndolo. Y por ello está en el alambre, ya que el motivo por el que acabó en el hospital fue que sufrió una conmoción cerebral. «Ya sufrí otra hace un mes, por lo que ahora tendré que estar parada por normativa tres meses. Si me pasara otra vez en poco tiempo, ya me tocaría esperar un año, así que espero que no ocurra. ¡Mi abuelo me ha dicho que juegue con casco de moto!», comenta entre risas.
Llegó a Valencia para jugar en Les Abelles después de haber empezado en el Alicante RC. «Mi hermano empezó a jugar a rugby por una de esas actividades que hacen de ir a los colegios para dar a conocer el deporte. A mí me gustó. Aunque en ese momento estaba haciendo pole dance, decidí probar», recuerda: «Yo siempre he hecho deporte… fútbol, atletismo, patinaje… en el rugby estuve hasta los 16 años jugando con chicos».
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Cuando Alicante y Elche se fusionaron en el ARAE, Valentina siguió jugando en este club hasta que le surgió la ocasión de venir a Les Abelles. «Quería competir al menos en División de Honor B», indica. Pero ahora no se conforma. El club valenciano afrontará en las próximas semanas la fase de ascenso a la máxima categoría, aunque el gran reto de inicio era lograr este objetivo en 2025, y para ello se está preparando ya el equipo de la temporada que viene.
Valentina Pérez juega de 8. «Pero ya me han dicho que en la selección me iría mejor de 1 o de 3», precisa. Y claro está, ella se está preparando a conciencia: quiere ser una más de las Leonas y no habrá conmociones ni rotura de dientes que se lo impidan. Compagina el rugby con los estudios. «El año pasado no pude entrar. En principio iba a formarme para el cuidado de personas mayores, pero al final he entrado en Educación Física», señala.
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Porque en este tiempo se ha enamorado aún más del balón ovalado. «Esta carrera me va a dar la oportunidad de seguir vinculada al rugby», precisa. Y en ese sentido sueña alto. Tiene claro que su lugar no está en el seven, a pesar de que esto implica la opción de ser olímpica, sino en el quince. «Me encantaría jugar el Seis Naciones con España, o probar en el futuro una liga extranjera… ¡pero no para quedarme, que aquí se vive muy bien!», concluye.
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