El día que Lorenzo Carrió le dijo a su hermana Mónica que en lugar de limitarse a verle competir probase la halterofilia, le cambió ... la vida. Él no lo sabía, pero aquella «flaca», como le llamaba cariñosamente, iba a ser la máxima guardiana del legado del primer español en ganar una medalla para España en unos Mundiales de este deporte.
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Su penúltimo servicio, porque a sus 44 años a Mónica le queda mucha trayectoria, será a través de la vicepresidencia de la Federación Española de Halterofilia, cargo que acaba de asumir y que ostenta con tanto orgullo como compromiso. «Lo que vivo ahora, la experiencia es un grado y saber más y ocupar este lugar quiero disfrutarlo y aportar lo mejor que tengo como deportista y como directiva», señala Mónica Carrión.
Debutó en unos Juegos en Sydney. Allá por el año 2000 era la levantadora española más laureada de la historia, había conquistado el bronce en el Campeonato del Mundo de Tailandia en el 98 y un año después fue subcampeona. Recuerda a una jovencísima y también alzireña Estefanía Juan en su gimnasio: «A ella le tengo un cariño especial, a mí siempre se me quedará esa espina porque no pudo ir a unos Juegos, pero nadie duda de su papel en la halterofilia de este país».
Parecía impensable que en en los incipientes 2000, Mónica decidiese «colgar las botas». Un paréntesis que le duró menos de lo que pensó en un principio: «En 2003 participé en mi último campeonato de España con 26 años. El seleccionador, Peter Poletaev, me animó para que siguiese, pero decidí que no, por aquel entonces vivía en Madrid, en la residencia Joaquín Blume, pero yo quería volver a Alzira, donde había otra vida que también quería disfrutar».
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Araña horas al día para dedicárselos a su hijo de siete años, a su marido, y a su madre y hermanos por los que siente gran devoción, reconoce que entrenar a pequeños halteras le llena especialmente. Policía Nacional es su profesión, un uniforme que luce, cómo no, gracias a la halterofilia: «Entrenaba en un centro en Alzira y me animaron a hacer oposiciones». Mónica es una deportista con mayúsculas que asumió los valores del deporte como el compañerismo, que también es fundamental en actividades más o menos individuales, y el sacrificio.
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