El Britannia y el New Zealand han pasado de luchar por la Copa América en Barcelona a tener que negociar la edición 38, a la que aspira Valencia. EFE/Quique García

Valencia deberá tener su propuesta de Copa América en el primer trimestre de 2025

La hipotética tercera edición en la capital del Turia centraría su estructura en tierra en la Marina Sur y tendría que celebrarse después del verano | El primer desafiante es el Ineos Britannia, lo que es un leve contratiempo porque no tiene ningún interés económico en traer la regata, al contrario que Alinghi o Luna Rossa

Jueves, 24 de octubre 2024, 20:20

Grant Dalton no suelta prenda. Más allá de prácticamente descartar que la siguiente edición de la Copa América sea en Barcelona y el enigmático 'Is Valencia next?' en la cuenta oficial en la red social X, por el momento se guarda silencio. En el ... centro de operaciones que aún está en el Port Vell de la ciudad condal abogan por ahora por celebrar lo ganado y analizar una 37 edición que ya se tilda como «exitosa». No marcan, por lo tanto, plazos para dar a conocer la sede de la próxima lucha por la Jarra de las Cien Guineas: todo indica que esta se celebrará en 2026. De momento Valencia se ha posicionado públicamente, mostrando un claro interés en acoger por tercera vez el evento. Las autoridades de la Comunitat y los empresarios, aunque nadie en el entorno del Team New Zealand vaya a pronunciarse por ahora ante un micrófono, saben que la candidatura debe estar presentada en el primer trimestre de 2025, mejor en enero que en marzo. En la Generalitat, el Ayuntamiento, y también en el Náutico de Valencia, ya están trabajando en traer de vuelta una competición que la capital del Turia acogió en 2007 y en 2010.

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Informe de impacto. Esta es una de las claves que marcarán el crecimiento de la Copa América después de su 37 edición. Hay uno encargado a la Universitat de Barcelona y la propia organización del evento encargará su propia auditoría. Los datos que se obtengan se presentarán en su momento. Se estima que este trabajo de análisis puede estar disponible en unos 90 días. De nuevo, como casi todo en Copa América, donde no se puede dar nada por sentado hasta que se firma, este plazo es orientativo. Y tampoco es vinculante a la hora de elegir la próxima sede.

Crecimiento. Más allá de los 2,56 millones de visitantes entre el 22 de agosto y el 19 de octubre, y de los 243 superyates atracados en Barcelona, Grant Dalton quiere poner el foco en el crecimiento de la Copa América, el experimentado en la ciudad condal y el previsto en los próximos años. Cuantifica en un 50% el objetivo de esa mejora en cuanto a audiencias en todo el mundo. Se considera que la competición femenina y la Youth America's Cup implementadas en esta 37 edición aportan un valor añadido al evento. Por eso, se deja clara la necesidad de más espacio del que se ha tenido en esta ocasión, pues para 2026, por ejemplo se espera que compitan más equipos.

Será en la Marina Sur. Esto es algo que tienen claro todos en Valencia. De hecho, los edificios que conformaron la base de operaciones de tierra en la Copa América de 2007 y 2010 están en la actualidad ocupados por proyectos totalmente consolidados. Tal es la convicción que respecto al Varadero, la nueva concesionaria que gestiona esta zona de la Marina Sur tiene en su contrato una cláusula de cesión de las instalaciones en el caso de que Valencia sea designada sede del evento.

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El Ineos Britannia, un problema leve. En las últimas semanas se ha dicho que la baza para que Valencia pueda traer de vuelta la Copa América era que ganase el Team New Zealand. Una vez el sindicato oceánico retuvo la Jarra de las Cien Guienas, se confiaba en que el Alinghi fuera el primer desafiante. ¿Por qué era importante esto? Porque entre el defender y el primer desafiante elaborarán el protocolo de la siguiente edición, que básicamente recoge la sede de las regatas y los barcos que se utilizarán. El Alinghi, que ya trajo la competición a la capital del Turia en 2007, sigue teniendo intereses comerciales aquí, igual que los italianos del Luna Rossa. Finalmente, el Ineos Britannia negoció con Grant Dalton y ha sido el primer desafiante. El equipo inglés navegó en Barcelona con el deseo de que la competición regrese por primera vez en casi 170 años a su lugar de origen, pero sabe que el New Zealand, en principio, no aceptará la desventaja que le supondría navegar en las islas británicas. El Ineos Britannia, por su parte, no pondrá mayores pegas en competir en aguas de Valencia, pero al contrario que Alinghi o Luna Rossa no pondrá nada de su parte para venir aquí.

Octubre de 2026, casi por obligación. El 2026 puede ser un año de la náutica en Valencia, ya que además del habitual Trofeo de la Reina en julio está ya más que confirmado el Mundial de las clases individuales olímpicas. Este evento no ha anunciado aún la fecha, que está perfilándose, pero en principio se cuenta con que tenga lugar en mayo. Esto aboca a programar el grueso de las competiciones de la Copa América en el segundo semestre, por lo que la Copa Louis Vuitton sería hacia finales de agosto y el pulso final por la Jarra de las Cien Guineas, en octubre… vamos, un calendario similar al de Barcelona.

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El silencio de Grant Dalton. En un principio no está previsto que el hombre fuerte del Team New Zealand hable públicamente a corto plazo. Se habla de un canon de 80 millones de euros, pero nadie en Copa América quiere hablar de una cifra económica, como tampoco de ningún plazo para designar la sede de la edición 38. Se sienten fuertes en la negociación y ahora se está a la espera d que otros destinos den el paso al frente que ya ha llevado a cabo Valencia. Como referencia, Barcelona aportó 70 millones entre inversores privados y dinero público, este entre el Ayuntamiento, la Diputación y el Gobierno central.

Estambul emerge dentro de su apuesta por los megayates. En el mundo náutico se habla de que Estambul va a pujar fuerte por la Copa América, como parte de su firme apuesta por los megayates. Cobra fuerza la ciudad turca por delante de Miami, Dubai o Yeda. El destino en Arabia Saudí cuenta con el lastre del rechazo social en Nueva Zelanda con los derechos humanos como gran obstáculo. Cuando se daba a Yeda como favorita para 2024, se avisó de que en su día se llegó hasta los tribunales contra los All Blacks por programar un partido en la Sudáfrica del Apartheid. Auckland quedó descartada entonces porque las autoridades no querían poner sobre la mesa dinero público. Ahora el alcalde neozelandés ha hablado de aplicar una «tasa por cama», algo así como la tasa turística que PSPV y Compromís se pelearon durante años por aplicar y de la que la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, no quiere oír hablar de momento.

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Pero el New Zealand sí tiene sus urgencias. Básicamente, la de tener que trasladarse de casa. Una vez se sabe que Barcelona no será sede de la siguiente Copa América, la estancia en el Port Vell debe acortarse al máximo. Y esta mudanza no es de llenar un camión o un par de furgonetas. Se requiere una importante organización logística y el lugar a donde moverse con vistas a 2026. La Generalitat y el Ayuntamiento tienen la baza de la sintonía actual entre instituciones (faltaría la pieza del Gobierno central), y al mismo tiempo con los empresarios y el Náutico como club organizador. También tiene en cierto modo el reloj, pues una candidatura que aspire a acoger el evento dentro ya de menos de 2026 debe tener ya muy avanzado el trabajo.

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