Los Juegos Olímpicos siempre dejan historias diferentes. Detrás de cada deportista hay una vida de entrega y sacrificio para poder estar en la que es la cita deportiva más importante. Un ejemplo de superación ha sido el Anders Lind, jugador de ping pong danés que estuvo a punto de no volver a caminar y ahora ha llegado a la cita en París.
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Todo comenzó en marzo de 2021, cuando tuvo un accidente de coche en el que se rompió dos vértebras, tal y como recoge el diario 'Marca'. Lind conducía a 100 kilómetros por hora y chocó contra un vehículo cuyo conductor se durmió al volante, recuerdan desde la International Table Tennis Federation.
Los médicos pronosticaron que probablemente no volvería a caminar y su prometedora carrera parecía que llegaría a su fin: «Nadie pensaba que pudiera volver a jugar. Lloré durante una semana seguida», declaró tras ganar en octavos al portugués Marcos Freitas en el Arena 4 de París Sur.
Tras una operación y tres meses con un corsé en la espalda, poco a poco fue pudiendo volver a los entrenamientos. El proceso de recuperación fue lento y doloroso. Pasó entre tres y cuatro semanas postrado en una cama: «Comencé caminando poco a poco 20 metros al día, luego 40 y después 60. Al cabo de unos meses, podía trotar poco a poco», señaló.
Tan solo seis meses después del accidente pudo ganar el bronce europeo gracias a dos varillas metálicas para sostener su columna vertebral. Y el año pasado llegó a cuartos de final en la categoría individual del Mundial.
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Su constancia también tuvo reconocimiento con el premio 'Nada es imposible' que recibió en 2021 en la Gala de los Premios Estrella, que celebra los logros más destacados del deporte danés en 2021. «El premio se concede a un atleta que ha desafiado todos los pronósticos, ha hecho lo imposible y ha luchado de forma extraordinaria y persistente para lograr grandes resultados durante el año», señalaron. Ahora, ha cumplido el sueño de estar en los Juegos Olímpicos de París.
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