Dos mochilas por la Calderona, 52 semanas, 52 cimas

Las protagonistas de esta historia que va más allá de un reto deportivo son Sam Walker y Carmen González-Meneses. Las dos son hijas adoptivas de Valencia y hace más de 20 años que residen en la capital del Turia. Las dos son unas apasionadas de las rutas de montaña y siempre tienen las zapatillas y la mochila preparadas para embarcarse en un nuevo desafío. Sus hijos les presentaron y la montaña las unió y la alegría de una fiesta hizo que planearan su primera aventura juntas, que compartieron con sus maridos y otros dos matrimonios, que se materializó en marzo de 2019, coronando juntos el Toubkal (4167 metros) en el Alto Atlas marroquí.

El seis de enero de 2020 los Reyes Magos hicieron su magia. Habían salido las dos de ruta por la Sierra de la Calderona junto a Javier, el marido de Carmen, quien les llevó a la cima del Moncudio de Náquera, de 529 metros. Durante todo el año anterior, antes y después del reto del Toubkal, ya habían hecho juntas muchas rutas por la Sierra Calderona, esta está muy próxima a sus domicilios y le habían cogido mucho cariño, fue entonces cuando gracias a esta magia, se les ocurrió que podrían convertir esas rutas en un reto. Y allá se lanzaron, cartografía en mano, a diseñar rutas para su particular reto, descubriendo que en la Sierra Calderona podían encontrar suficientes cimas de más de 500 metros para convertirlas en un reto.

Lo del número de 52 cimas les vino dado por el número de semanas del año pensando que sería un reto ambicioso alcanzar un promedio de una cima a la semana (lo que exigía coordinar sus apretadas agendas, lo que no era especialmente sencillo, al tener las dos marido, hijos y trabajo, que también requerían su tiempo). Empezaron el reto con mucho ímpetu saliendo varios días a la semana de ruta, y a mediados de marzo ya habían alcanzado 21 cimas. El reto estaba viento en popa a toda vela, cuando les sorprendió la llegada de la pandemia y el consiguiente confinamiento. Ahí se paralizó todo.

El día 10 de mayo del 2020, en pleno confinamiento por la pandemia Sam tiene un accidente «me caí de cabeza por el hueco de las escaleras de casa, desde la planta de arriba a la planta baja - una caída de unos cuatro metros - . Afortunadamente, tuve el reflejo de agarrar un escalón al caerme, rompiendo los dos huesos de la muñeca izquierda, pero girándose el cuerpo y salvándome la cabeza, la nuca, etc, de una lesión mucho más grave. Con el impacto al suelo me rompí el peroné y me destrocé el calcáneo del pie izquierdo. Mi primera reacción fue pensar - y sigo pensando - qué enorme suerte había tenido en poder agarrar un escalón. Me operaron tanto la muñeca como el pie a los dos días del accidente, y luego me tocó otra cuarentena - 40 días de escayola, en silla de ruedas, mientras se soldaron los huesos rotos con la ayuda de dos placas metálicas y numerosos tornillos». La primera de las historias de superación que contienen este reto estaba empezando. «Con una rehabilitación constante, tanto con los fisios, como trabajando sola en casa, me recuperé muy bien y empecé a hacer otra vez rutas suaves por el monte en septiembre. En ese momento, todavía estaba barajando la idea de retomar y terminar el reto ese mismo año, pero me di cuenta en octubre que no era realista y que tendría que forzar mucho el pie, y a lo largo, igual no era conveniente».

Tras las restricciones de movilidad debidas a la pandemia y el accidente de Sam, el 1 de enero de 2021 se reiniciaba el reto con el contador a cero y aún con muchas más ganas. 'Dos Mochilas por la Calderona', objetivo: conseguir coronar juntas, durante el 2021, un total de 52 cimas de la Sierra de La Calderona que tuvieran más de 500 metros de altitud. Longitud mínima de las rutas, 10 K, podían acumularse dos o más cimas en una sola ruta. Respirar aire puro, hacer ejercicio, completar la rehabilitación de Sam y disfrutar eran los objetivos que completaban ese reto.

El 31 de diciembre de 2021, un año después de empezar el reto, Sam y Carmen, junto a sus maridos y dos buenos amigos, alcanzaron sus dos últimas cimas: el Puntal del Salt (538 m) y el Puntal de la Mallada (551 m). ¡Reto conseguido! «Agradecemos la ayuda de todos nuestros amigos que nos han acompañado en nuestra aventura y que no desdeñamos, esta ayuda y colaboración es algo común entre los montañeros, y pienso que se debe potenciar y valorar», dice Carmen.

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