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Alejandro Agag enmudeció al deporte. El empresario al que el automovilismo absorbió por el entusiasmo de Adrián Campos anunciaba el fallecimiento del expiloto de Alzira. Con 60 años. Joven. Con mil proyectos por delante. Con miles de amigos y admiradores que al conocer el fatal acontecimiento hacían llegar sus respetos a un visionario del automovilismo. Adrián Campos Suñer moría aquejado de una afección coronaria, según desvelaba su equipo, esa escudería prolífica en títulos y en pilotos. Tenía en la capital de la Ribera su cuartel general. De allí al mundo. Entre motores, gasolina, tuercas, ingenieros y técnicos creó un entramado que le llevó a tener un equipo en Fórmula 1, en otros muchos campeonatos y, sobre todo, a crear figuras. La más grande, sin duda, fue Fernando Alonso. Le bastaron unas vueltas en Cheste para comprobar que el asturiano tenía cosas diferentes. Pero antes que el bicampeón fue el propio Adrián Campos el que corrió en el Gran Circo. Fue el primer valenciano en hacerlo. Éxitos y más éxitos. El automovilismo español ha perdido a una de sus figuras más relevantes de los últimos cuarenta años.
Con unos minutos de conversación ya te había ganado. Poseía ese don de generarte atención. Conocía las tripas del automovilismo. Le encantaba mostrar su nave en Alzira. Su creación. Te describía cada coche, cada motor y se le iluminaba la cara cuando te hacía pasar al despacho, donde lucían todos sus recuerdos. Cascos, motos, copas. La vida. En los últimos tiempos dedicaba su tiempo a perfilar un nuevo equipo para Fórmula 1 que la pandemia bloqueó. La FOM anunció que ya se había hecho la preinscripción para el campeonato en asociación con Salvatore Gandolfo y la empresa Motorsport Increase Management. Pero también cosas mundanas, como empezar con los esbozos de sus memorias. Apuntaba cosas en una libreta y también se grababa en vídeo.
Muchas líneas a rellenar porque Adrián Campos desarrolló una carrera rebosante. Comenzó su contacto con el automovilismo en unas carreras de kart que promovía su abuelo, el conocido empresario Luis Suñer, el dueño de Avidesa. Con ocho años ganó una de las mangas y la final. El premio era quedarte el menudo coche. Allí lo tenía, en su guarida. Presumía de que fueron los primeros pedales que apretó con maestría. Mientras estaba en Inglaterra, donde están radicadas la mayoría de fábricas del motor, recibió la llamada de Giancarlo Minardi. Le ofrecía pilotar un Fórmula 1. Ambos, ya en Valencia, se dirigieron a la sede Lois en Ángel Guimerá. Si aceptaban patrocinar el equipo, el alcireño competiría donde brillaron Ayrton Senna o Alain Prost. Así lo hizo. Con ese coche amarillo y el nombre en grande de la fábrica valenciana de vaqueros. Disputó una veintena de carreras en dos temporadas, pero sólo pudo acabar en dos por los problemas técnicos de los monoplazas: el Gran Premio de España de 1987 (acabó en el puesto 14) y el GP de San Marino en 1988 (finalizó el 16). Cobraba 15 millones de pesetas al año y si el último plazo no era satisfecho, el piloto tenía derecho a quedarse el coche. Y ahí está, en Alzira.
Hoy es el día más triste en la historia de Campos Racing. Nuestro Presidente y fundador, Adrián Campos Suñer, nos ha dejado. Su corazón dejó de latir, pero su memoria será el motor que nos mantendrá a todos luchando por seguir su legado... Descanse en Paz. pic.twitter.com/W7tPSL8WHN
Campos Racing (@CamposRacing) January 28, 2021
Los resultados no llegaron y acabó fuera de Minardi. Pero al tiempo fue reclamado para participar en el Campeonato de España de Turismos. Participó con Fiat. Ganó. Pero en la cabeza ya le rondaba convertirse en director de una escudería. Y sus miras eran altas. En la Fórmula 1. Creó Bravo F1 a finales de los 90, con Jordi Gené como piloto. Fue un fracaso. Pero Adrián Campos aprendió. Mucho. Se dio cuenta de que necesitaba una estructura. Y creó Adrián Campos Motorsport, que participó en el Open Fortuna by Nissan. Por su equipo pasaron nombres que luego fueron ilustres. Antonio García, Marc Gené, Adrián Valles, Roldán Rodríguez y... Fernando Alonso. Al alcireño se lo recomendó Antonio García cuando Gené se marchó a Minardi. No tardó ni un segundo en convencerse de que tenía un diamante. Con Campos como manager, el asturiano participó en el Euro Open y F3000 antes de dar el salto a la Fórmula 1 con Minardi. Alonso vivió meses en casa del alcireño. Pero distintas diferencias provocaron que ambos separaran sus caminos, aunque no su admiración mutua.
Adrián Campos volvió a gestar un equipo de F-1. Fundó Campos Meta, pero antes de ponerse en marcha fue apartado y surgió Hispania Racing. Mientras, con Campos Racing siguió participando en Auto GP, F3 Europea, GP3, GP2 y Mundial de Turismos, además de promover el Gran Premio de Valencia de Fórmula 1. Briatore le presentó un día a Alejandro Agag y ambos compartieron equipo en GP2 y luego el empresario embarcó al valenciano en la Fórmula E. Mil historias. Mil éxitos. Una vida plena para un visionario del motor. Un campeón.
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