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Jaume Masià celebra su victoria en Motegi. GIGI SOLDANO/EP

La hora de la verdad para Masià

El valenciano cambió su modo de entrenar en 2019 para enfilar hacia el Mundial que persigue este año | «La intensidad no se negocia», señala el técnico Carlos Iborra, que en ocasiones dirige sesiones por videollamada de whats app al nuevo líder del campeonato de Moto3

Martes, 3 de octubre 2023, 01:52

Carlos Iborra es un entrenador valenciano que pone a punto a deportistas de élite. Son las 12 de la mañana y está a punto de iniciar una sesión personal. Su alumno la empieza a las 7 de la tarde, no grabada, sino en directo. El joven está preparado para emplearse a fondo en la habitación de un hotel. Iborra busca un lugar en su local para estar tranquilo, colocar el móvil y que nadie le moleste. Entra en la aplicación de whatsapp e inicia la videollamada: «¿Qué tal, Jaume?». Un breve saludo y al tajo. «La intensidad no se negocia, porque como entrenas, compites», recuerda de forma reiterada a modo de mantra. Y Jaume Masià, cuatro días antes de asumir el liderato del Mundial, lo comprueba una vez más en una habitación de hotel de Japón.

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El piloto de Algemesí cambió de entrenador en 2019. «Yo había estado con Arón Canet, había oído hablar de él, estuvimos charlando y llegamos a un acuerdo», recuerda Carlos Iborra: «Le hicimos un estudio de capacidades funcionales y le cambié todo… no porque estuviera trabajando mal, sino para aplicarlo a mi metodología. Y luego intentamos potenciar sus puntos fuertes y trabajar en las debilidades». Como virtudes, percibió que frenaba muy bien y que además en ese momento esto lo tenía potenciado por las características de la KTM, la moto que entonces pilotaba. «Nos centramos en fortalecer los hombros, los tríceps, los aductores… los músculos que más intervienen en le pilotaje. Y consideramos que debía mejorar la agilidad, no porque tuviera una necesidad exagerada, pero que era donde había más margen de mejora».

Y en eso están desde hace cuatro años, con una pandemia de por medio. Porque ahora Jaume Masià corre con Honda y es el piloto que lidera de Moto3 en una temporada de supremacía absoluta de KTM. Su contundente victoria en Japón, sumada a la de la India, y los segundos puestos en Montmeló y San Marino, le han catapultado al primer puesto de la general en detrimento del Daniel Holgado. Y eso que nada más venir de vacaciones sumó sendos ceros en Gran Bretaña y Austria. Ahora el alicantino ha reaccionado, fue tercero en Motegi y no es para nada una utopía que pueda haber una lucha fratricida por que vuelva a haber un campeón de la Comunitat.

Masià querría sentenciarlo en la inminente gira asiática, que ya ha empezado. De Japón vuelve a casa y estará unos días entrenando en casa, pero enseguida toca volver a volar rumbo al este: Indonesia, Australia, Thailandia, Malasia y Catar, todo casi de forma consecutiva, antes de poner el epílogo a la temporada más larga de la historia en el Ricardo Tormo. Vuelta por lo tanto a los entrenamientos a distancia, por llamada de whats app. «Si hay gimnasio en el hotel aprovechamos lo que tenga, pero ha habido veces que ha entrenado en la habitación con auto cargas», señala Carlos Iborra: «Es complicado, pero es que ahora cogerá un avión y ya no regresa a Valencia hasta antes de la última carrera».

El entrenador está pletórico por el liderato de Jaume Masià, pero niega que haya descubierto alguna pócima mágica. Al menos ahora. «No es mejor ahora ni tiene otro estilo porque es que no hemos cambiado nada. Ha mantenido desde el primer día una línea buena y con una gran ambición por ganar», indica Carlos Iborra, que añade: «Pero es que en el deporte de élite tienes que tener el componente de suerte, y esta temporada lo está teniendo. Hay menos caídas y en años anteriores a Jaume lo han tirado bastantes veces».

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Ahora quedan seis carreras y en cinco de ellas tocará trabajar un punto no muy agradable para los pilotos, pero necesario: la deshidratación. En Indonesia, Australia, Malasia y Thailandia la humedad es a veces extrema y en Catar las temperaturas del desierto también machacan sin piedad a los deportistas. «Le programo entrenamientos en las condiciones en las que le va a competir encima de la moto. En mi centro tengo un ventilador que les lanza aire caliente y vienen de casa con la ropa y el casco. Las sesiones son de 42 minutos, lo que vienen a durar las carreras. Debe adaptarse, porque la deshidratación afecta a la musculatura y a la toma de decisiones», explica Iborra.

De cara al GP de la Comunitat la preparación cambiará ante la perspectiva de un clima más benévolo el próximo 26 de noviembre. También dependerá de si Masià se juega o no el Mundial en esa carrera.

Igual para entonces ya está pensando en el futuro en Moto2, donde subirá en 2024. Pase lo que pase, tras Cheste se tomará un par de semanas de vacaciones. «Tiene que ganar tres o cuatro kilos y mejorar la calidad muscular, porque la moto pesa más. Enseguida que vuelva nos ponemos, para los test de pretemporada tiene que llegar como un toro», proclama Iborra. Recuerden, la intensidad no se negocia.

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