Roberto Merhi: «Mi sueño sigue siendo ganar un GP de Fórmula 1»

Ralph Boschung le hizo a Roberto Merhi el regalo de su vida. «Para él no tiene que ser nada fácil la situación, cuando por fin tiene un patrocinio estable. Y más si el piloto que te sustituye hace resultados mientras estás lesionado», comenta el de Benicàssim. El castellonense y el suizo se hicieron amigos en el box, algo complicado porque en las carreras ya se sabe que el primer y más encarnizado rival es el compañero de equipo: «Luego tuvimos nuestras cosas porque yo soy muy ambicioso, pero vio que soy honesto».

Esa amistad se vio reflejada en una llamada del suizo, piloto del Campos Racing en GP2 –la antesala de la Fórmula 1– que lesionado en la espalda no podía correr la carrera de Austria: «Roberto, quiero que te subas tú al coche». Con la autorización de la escudería el castellonense volvió, mucho tiempo después, a subirse a un fórmula y completó la memorable carrera de la que tanto se ha hablado: adelantó a 19 pilotos que luchan por llegar a la Fórmula 1, le privaron la de victoria por una absurda sanción –la FIA ha llegado a admitir que no hay evidencias de que traspasara los límites de la pista– y se la retiraron, subiendo al podio.

«A mí realmente el podio me da igual. Quedar segundo o tercero me da igual, yo lo que quería era ganar. Como si hubiera abandonado en la última vuelta porque se parase el coche. Yo estoy satisfecho por lo que pude demostrar», comenta Roberto Merhi, quien admite que el primer sorprendido por lo ocurrido en Austria fue él mismo: «Ahora llevo tiempo corriendo en coches con control de tracción o con dirección asistida. Hacia mucho que no me ponía a los mandos de un bicho de estos y las sensaciones fueron mejores de lo que esperaba, estoy contento».

Y más que está, pues la desgracia de Boschung es una oportunidad para él. Con el suizo todavía convaleciente, Merhi correrá este fin de semana en Paul Ricard con el objetivo de volver a llamar la atención. «Me he dado cuenta de que mucha gente no sabía de lo que soy capaz de hacer con un coche en condiciones», lamenta. Este año corre la Super GT de Japón con un coche europeo frente a una parrilla de automóviles de fabricación asiática, hechos a conciencia para el campeonato.

Sí, se trata de un certamen por el que han pasado pilotos como Pedro Martínez De la Rosa o, más recientemente, Álex Palou. Pero sólo en una carrera de GP2, Merhi se ha reivindicado más que en todo el campeonato japonés. «Mi sueño siempre ha sido ganar un GP de Fórmula 1 o un Mundial, y es por lo que me esfuerzo. Está claro que es complicado, pero en 2013 pensaba que no iba a correr en la F-1 en mi vida y luego fui piloto oficial», recuerda: «De aquella experiencia aprendí que nunca hay que rendirse, sino intentar conseguir las metas. Poco a poco, cuando ya estás cansado de picar piedra, sale a la luz todo el esfuerzo».

Y con esa filosofía continúa, tratando de ahuyentar los fantasmas que le recuerdan lo complicado que es el paddock del Gran Circo. «¿Una oportunidad? No lo sé, la Fórmula 1 es muy política, hay que tener apoyos», reflexiona: «Pero igual esto sí que me abre las puertas a conseguir un buen asiento. Quién sabe».

Roberto Merhi le tiene echado el ojo a varios campeonatos de cara a 2023, para cuando aún no tiene firmado un destino. «Japón, la Indy, la Hypercar, la Fórmula E... son campeonatos que me gustan», enumera. Estuvo en la carrera que se celebró en Marrakesh el 2 de julio y salió satisfecho de la experiencia.

Como de Austria. Ahora tiene otra oportunidad, pero sus rivales ya están avisados de que ese piloto de 31 años, bastante mayor que muchos de ellos, no es un sustituto que sólo viene de paseo. «Nunca se sabe lo que puede suceder», comenta Roberto Merhi. De momento, a poco que se descuiden, el fin de semana en Francia dará otra exhibición. La GP2 le debe una.

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