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La imagen de este Individual de escala i corda puede que esté en la semifinal: con el defensor del título, Puchol II, tumbado boca arriba en la escala, junto al recuadro del dau. Sin camiseta porque se la había despegado del cuerpo –literalmente, pues el sudor la había adherido a su piel– que ya era incapaz de sostener los gramos que pesa la prenda. Tampoco tenía fuerzas ya ni para celebrar la victoria. Quizás se había jugado su trono en el mano a mano a un último quinze. Esta vez le salió cara para derrotar a Marc. Lo cierto es que ya le había salido cara un par de tantos antes: el de Montserrat la había tenido para encararse a la galería, la había encontrado, pero el hormigón escupió la vaqueta hacia la cancha. La suerte del campeón.
Y la maldición del aspirante. Marc demostró en Vila-real, su trinquet fetiche, que está preparado para ganar el Individual. Pero este torneo cruel elige a sus vencedores. El resto de Montserrat lo hizo todo para acceder a la final. De salida, rompiendo desde el resto. De cabeza, cuando el campeón le remontó, le quebró dos veces seguidas y se fue y con opciones de seguir sumando desde la parte del dau (45-35).
Marc volvió a romper y puso los cimientos de la locura. Demostró que carga cuando juega de cara pero que tiene un rebote cada vez más depurado. Equilibró la partida y se le empezó a ver más solvente desde el dau que al mismísimo Puchol II. Y más peligroso en la parte del resto, en un trinquet donde no hay galería y eso supone cierta ventaja desde este lado del trinquet.
Su problema: que a Puchol II hay que matarlo varias veces. Marc tuvo tres val para cerrar la partida desde el resto y sólo perdió uno por un error no forzado. Y el escaleter de Vinalesa tuvo el mismo arrojo que su oponente, plasmó la experiencia que otorgan los cinco títulos y gozó de la suerte que siempre necesita el campeón. Como en aquella semifinal en Sueca, antes de su primer entorchado, cuando Santi le tuvo contra las cuerdas. Igual que entonces, aprovechó ese comodín para sumar ese agónico último juego (60-55).
Ya espera rival en la final de Pelayo del sábado 1. Saldrá de la partida de este domingo entre De la Vega y Pere Roc II. Antes, otra gran batalla, quizás la partida más esperada: la final del Individual de raspall. Tonet IV defiende su triple corona frente a Iván. La cita, hoy en Xeraco (17:15).
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