Bautista «Mi padre no me hubiese perdonado perder la ocasión de ser campeón de la Davis, es un sueño de niño hecho realidad»

El tercer tenista valenciano en inscribir su nombre como campeón de la Copa Davis, tras Juan Carlos Ferrero y David Ferrer –que consiguieron tres ensaladeras por cabeza–, jamás olvidará el carrusel de emociones que ha tenido que vivir en la última semana. Tras abandonar el viernes la concentración de España y fallecer su padre Joaquín unas horas después, Roberto Bautista Agut (Castellón, 1988) regresó el sábado a Madrid junto a sus compañeros y el domingo consiguió el primer punto de la final ante Canadá. La dedicatoria de Rafa Nadal, entre lágrimas, por su entereza ya forma parte de la historia del deporte español. El sábado pasará por el altar para casarse con Ana Bodí, que no pudo contener la emoción en la Caja Mágica.

–¿Cómo se siente el día después de haber ganado una Copa Davis?

–No tengo palabras para describir las sensaciones que tuvimos en Madrid al ganar el título ni las que tengo yo ahora mismo. Es algo que hay que asimilarlo poco a poco. Lo que vivimos en la pista todos los compañeros creo que es algo que no se nos va a olvidar en la vida. Es algo único. Ganar una Copa Davis es algo especial pero hacerlo en España con el apoyo de la afición, que estuvo increíble, lo hace más aún.

–¿El control mental en casos tan extremos como el suyo, con el fallecimiento de su padre, es clave en un deporte como el tenis?

–Sí, los tenistas estamos acostumbrados a trabajar mucho la mente y a intentar superar cada día los momentos difíciles. Nuestro deporte requiere de una concentración total y ese ejercicio de hábitos ayuda en unos días tan duros como los que he tenido yo con el fallecimiento de mi padre. Durante nuestra carrera pasamos por momentos muy difíciles, ya sean lesiones o derrotas dolorosas, y hay que sobreponerse a todo.

–¿Cuando tomó la decisión de jugar, de volver a estar disponible?

–El viernes por la noche estaba viendo en el sofá de casa la eliminatoria ante Argentina después de llegar a casa tras el fallecimiento de mi padre unas pocas horas antes y sentía que mi lugar estaba en Madrid, que aunque estuviera en ese momento en Castellón tenía ganas de estar con el equipo. El sábado por la mañana enterramos a mi padre y me subí al coche con mi novia y mi entrenador para volver a Madrid. Una hora antes de llegar paramos en un área de servicio a comer algo y me llamó el capitán.

–¿Qué le dijo al otro lado del teléfono Sergi Bruguera?

–Me dijo que el equipo estaba tocado, que Carreño y Granollers estaban medio lesionados, que volviera para Madrid y que cogiera los trastos. Le contesté que estaba a una hora, que llevaba las raquetas en el maletero del coche y que estaba preparado para ayudar. Estoy convencido de que mi padre me hubiera dicho que tenía que jugar. Seguro que hubiera sido el primero en decirme que volviera a Madrid a estar con mis compañeros y jugar. Mi padre no me hubiese perdonado perder la oportunidad de ser campeón de la Copa Davis. Para mí en concreto es un sueño de niño hecho realidad, conseguir por fin la Ensaladera y formar parte de la historia del tenis español.

–Así se escriben los renglones de la historia. Con esas decisiones.

–La verdad es que regresé a Madrid sin la intención de jugar, sólo por apoyar y estar con mis compañeros. Al final las circunstancias permitieron que jugara el punto de la final gracias al trabajo que hicieron todos los miembros del equipo durante una semana, que fue un esfuerzo muy grande. Nos tocó poner mucha pelea para superar todas las eliminatorias.

–Nadal se derrumbó al dedicarle el triunfo tras el título. Un deportista que lo ha ganado todo y que dejó claro en ese momento que lo más importante en la vida no está dentro de una pista.

–No voy a negar que fue un momento muy emocionante y un gesto por parte de Rafa que no voy a olvidar nunca. Es algo que recordaré siempre. Todo el equipo le está agradecido porque Rafa Nadal es un ejemplo, no sólo como tenista sino como persona. El poder vivir este nuevo formato de la Copa Davis toda la semana con él en Madrid lo ha hecho todavía más especial. Verle tan comprometido con el equipo, jugando todos los puntos posibles y en los que no estaba jugando con una intensidad desde el banquillo que se sentía desde la pista. Es un lujo para España tenerle.

–Cuando Juan Carlos Ferrero se convirtió en el primer valenciano en conquistar una Ensaladera usted tenía 12 años. ¿Lo recuerda?

–Sí, claro. Aquel partido lo vi por televisión en casa y recuerdo perfectamente aquel mítico passing de revés ante Hewitt y también recuerdo ir en 2009 al Sant Jordi a ver ganar a España la final contra la República Checa y se me quedó marcado el partido que remonta David Ferrer ante Stepanek y gana en cinco sets. Tengo muy buena relación con los dos y puedo disfrutar de mi amistad y de haber estado junto a ellos, compartiendo muchos momentos dentro y fuera de la pista.

–¿Soñó aquel Roberto niño con ganar con España como Ferrero o el Bautista ya con 21 años con emular la gesta de Ferrer?

–Sí, claro. En ese momento en el que Ferrero hizo el mítico passing claro que soñé con algún día hacer algo así pero hasta que no te haces profesional es algo que no puedes ni imaginar.

–¿Por qué es tan especial la Davis? Tenga el formato que tenga.

–Es algo tan especial por lo compleja que es la competición. No lo sabes hasta que te pones la camiseta de tu país y te pones a jugar en la pista. No tiene nada que ver con un torneo aunque te enfrentes a tenistas que ya conoces de muchos partidos. No tiene nada que ver.

–¿Para usted Rafa Nadal es el mejor deportista español de la historia?

–Rafa Nadal no es que crea que es el mejor deportista español de la historia, que lo es, sino que es el mejor deportista de la historia. Por encima de nombres como Michael Jordan. Así lo pienso. Para mí es el mejor, no es sólo un mito del deporte español sino mundial. No quiero gafarlo pero estoy seguro de que se retirará siendo el mejor tenista de todos los tiempos, por juego y por número de títulos. No hay nada comparable con él, está a años luz de los demás y por mucho que estemos cerca o muy cerca de él su figura es inalcanzable. En España nadie va a coger ese legado, simplemente los tenistas que estemos o estén cuando se retire seguirán con sus carreras lo mejor posible.