Llega Carlos Alcaraz a Valencia con una sensación extraña en su interior. Por un lado, el incontestable éxito en este 2024, donde conquistó su primer ... Roland Garros y segundo Wimbledon, además de la plata olímpica. Pero por otro, su batacazo en la gira americana. Primero despidiéndose en su debut en Cincinnati ante Monfils, y posteriormente diciendo adiós al US Open en segunda ronda tras caer claramente ante Botic van de Zandschulp.
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Sin duda, despedirse tan pronto de Nueva York fue un golpe duro para él, que aseguró no estar lo suficientemente bien mentalmente como para competir en un torneo tan exigente: «Venía de un verano espectacular, de Roland Garros, de Wimbledon, saliendo de ahí diciendo que mentalmente había un paso hacia adelante, que me había dado cuenta de que para ganar grandes cosas había que estar duro de cabeza. Vengo a esta gira y es como que he dado pasos hacia atrás: como que mentalmente no estoy bien, no estoy fuerte, ante los problemas no sé controlarme, no sé cómo gestionarlo. Y eso para mí, la verdad, es un problema», señaló tras caer ante el holandés.
Tras la decepción, el número 3 del mundo decidió desconectar unos días junto a familiares y amigos, e incluso viajó a Italia para disfrutar del Gran Premio de Monza de Fórmula 1. Tras ese 'reset', Alcaraz aterrizó el pasado viernes en Valencia para ayudar a España a clasificarse para las finales de la Copa Davis que se disputarán en noviembre en Málaga.
Tras la rueda de prensa pasó a la acción, entrenando a las 15:00 horas en la Fonteta junto al valenciano Pedro Martínez. Dirigido por David Ferrer, Alcaraz estuvo peloteando durante hora y media, ultimando su puesta a punto para el debut del miércoles ante la República Checa.
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En esa sesión, Carlitos no dudó en manifestar aquellos aspectos que más le preocupan de su juego. Uno de ellos, la dificultad que tiene para devolver las dejadas del rival. «Si yo jugara contra mí mismo me haría dejadas todo el rato», le señala a su cuerpo técnico. Pablo Carreño, desde el banquillo, ironiza para restarle importancia: «Eso es culpa de Juanki (Ferrero), que no te deja pegarle cruzado».
Pero avanza el entrenamiento y algunos golpes no terminan de salir «¡Por Dios y la Virgen!», exclama tras fallar una volea en un grito que escucha toda la Fonteta . «Vete a tomar por culo, pero a la mierda bien, Charly», se reprocha tras errar otro golpe.
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En cualquier caso, el vigente campeón de Wimbledon está listo y con ganas de sentir el cariño del público: «Ahora mismo me siento bien, motivado para jugar la Davis en casa. Tengo muchas ganas de sentir el cariño de la gente, de vivir otra Copa Davis, ya que no he podido jugar muchas». Más fuerte de cabeza y con ganas de liberarse de ese diablillo interior que en ocasiones le juega malas pasadas.
Alcaraz se enfrentará el miércoles al checo Jiří Lehečka, mientras que el viernes jugará ante el francés Ugo Humbert. El domingo, último día de competición, está previsto el choque ante Australia, equipo en el que finalmente ha causado baja De Minaur. Popyrin, verdugo de Djokovic en Nueva York, será por lo tanto su rival.
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