La final entre Nadal y Del Potro que creó escuela para Ariadna Ondo

El 11 de junio de 2020 fue el «día más feliz» de Ariadna Ondo: «Me comunicaron que me habían dado una beca para irme a Estados Unidos a estudiar y a jugar a tenis». Ese sueño también tiene una fecha concreta, aunque esta valenciana, hija de Jorge Ondo, bombero y regatista de la America's Cup, no la recuerde exactamente: «Mi padre por aquel entonces jugaba a fútbol y mi madre a baloncesto, y yo era deportista pero nunca había cogido una raqueta». Pero todo cambió: «Estaba viendo la final de la Copa Davis entre España y Argentina, se enfrentaban Nadal y Del Potro y me quedé fascinada». El balear sigue siendo su referente, como Serena Williams: «Al primero lo admiro por su capacidad de sacrificio, lucha, constancia, y a ella por lo mismo, el hecho de haber sido madre y volver a competir».

Reconoce que no le gusta perder ni un tanto y que su altura es uno de sus puntos «fuertes» pero sin duda, si hay algo que ha trabajado, es interiormente: «Mi padre ha influido mucho, me ha ayudado mentalmente. Me está haciendo madurar mucho».

Estudia una doble titulación Sports Managment y Relaciones Internacionales en Martin, una ciudad ubicada en el condado de Weakley, en Tennessee. De allí se queda con un detalle que le hace reafirmarse en su decisión de hacer las maletas y marcharse: «Me llamó la atención el trato hacia los deportistas, les ponen en valor». También ha aprendido a ver el tenis desde otro punto de vista: «Ya no juego por mí, lo hago por un equipo, esto es algo que no ocurre en España. Hago las cosas por mí pero también por mis compañeras. En los entrenamientos, la motivación se multiplica, porque la mejoría de una es la de todas también».

Lamenta la falta de apoyos que existen en España para la práctica del tenis: «La Federación debería apoyar más a jugadores y jugadoras en formación porque hay mucha calidad en la base y se les debe apoyar». Ariadna Ondo hace botar la bola tres veces en su primer saque y dos en el segundo servicio, pero no es por superstición. Es un método para concentrarse. El set de su vida lo completa punto a punto. Paso a paso: «Ahora mi objetivo es sacarme la carrera y mejorar a nivel deportivo lo máximo posible. A ver que pasa». El «sacrificio» lo lleva en la sangre.