Las causas de las lesiones de Nadal

Este es un reportaje orientativo, para el cual se ha consultado a personas que trabajan en el mundo del tenis y otros expertos en lesiones deportivas. Sin embargo, hace falta un diagnóstico pormenorizado para saber el origen de la lesión de Rafa Nadal. No obstante, hay dos razones que se apuntan: una la fisonomía del propio tenista balear y la otra la primera gran lesión que sufrió, una rotura por estrés en su pie izquierdo 2005.

De aquella le viene la necrosis en el escafoides tarsiano de la que tanto se habló cuando ganó Roland Garros de 2022. La empresa de ropa deportiva que le patrocina a Nadal le preparó entonces unas zapatillas y unas plantillas especiales. Hay quien piensa que el tenista modificó su pisada y que aquello pudo ser el origen de sus problemas de rodillas que le apartaron unos años después muchos meses del circuito, durante los cuales pasó en distintas ocasiones por el quirófano.

Esas mismas personas consideran también que ahora la lesión en el psoas iliaco puede estar relacionada con compensaciones posturales a la hora de realizar gestos durante los partidos de tenis o los entrenamientos. Sería, por lo tanto, un capítulo más de esa pesadilla que comenzó con aquella fractura por estrés hace ya casi 18 años. Los especialistas consultados, sin descartar totalmente este motivo, apuntan a otras causas. «Por supuesto que puede haber una compensación porque él no se sienta totalmente a gusto del pie, pero no creo que sea el motivo», indica el fisioterapeuta Luis Viu. Juan Rodríguez tampoco considera que esta sea la principal causa de esta rotura: «Puede tener una pequeña influencia, pero no creo que sea la principal. No se pueden establecer unas causas exactas por las que se rompe un músculo. Creo que tiene que ver más con la genética, hay personas que son más elásticas y con menos tendencia por lo tanto a sufrir este tipo de lesiones».

«Las personas más voluminosas tienen un mayor porcentaje de fibras de contracción rápida y, por tanto, más propensas a romperse», explica. Es el caso de Rafa Nadal. En el polo opuesto está Novak Djokovic, que precisamente hace gala de su gran elasticidad en los partidos y que, además, practica capoeira. Juan Rodríguez avisa de que las lesiones musculares tienen el riesgo de que una vez se han producido una primera vez hay riesgo de que aparezcan de nuevo.

Luis Viu, que habitualmente trabaja con tenistas, apunta al saque. «El psoas es un músculo pequeño capaz de mover toda una pierna, y en el servicio de tenis hay una vibración brutal. He tratado a jóvenes que se han lesionado en el saque, porque el esfuerzo es muy grande», comenta el fisioterapeuta.

«Los deportistas deben hacer muchos estiramientos y calentar bien, que seguro que eso Nadal lo sabe porque es un hombre que está muy preparado», indica Luis Viu. «Si es zurdo, como es su caso, puede arrastrar una fatiga muscular muy grande y que al final se haya producido esa rotura». Incide en que no cree que haya influido una compensación, aunque precisa, como se ha apuntado en el inicio de este reportaje: «Para saber las causas concretas de esta lesión sería necesaria una prueba biomecánica y analizar los movimientos a cámara lenta».

Hay que resaltar que lo que seguro que no tiene nada que ver con la lesión de 2005 es la lesión abdominal que ha padecido Rafa Nadal ya en dos ocasiones. Esta viene relacionada con la búsqueda del límite en el saque, e influye más el hecho de que la musculatura del balear sea más voluminosa. De hecho, Carlos Alcaraz ya ha padecido la misma dolencia, después de ganar el US Open y de jugar la Copa Davis en Valencia, y tiene una fisionomía parecida a la del balear.

En cuanto a otros motivos, a Juan Rodríguez le llama también la atención el hecho de que Nadal haya cambiado la alimentación. «Es algo que comentó en una comparecencia y también puede influir en que aparezca una lesión», resalta. También opina sobre una conducta propia del tenista español: que acaba los partidos cuando se lesiona en una muestra de respecto al rival. «No es una decisión del todo correcta, ya que podría haberse agravado la rotura. Lo mejor es que hubiera parado», afirma Juan Rodríguez, que recuerda que las dolencias musculares tienen varios grados: «Una distensión necesita una semana; un grado I alrededor de tres; un grado II reposo de unas seis u ocho (el caso de Nadal); y con un grado III se suele intervenir quirúrgicamente». El especialista especifica: «Yo nunca he operado un psoas, es un músculo de difícil acceso y además, que no es tan habitual que se rompa».