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JUAN CARLOS VILLENA
VALENCIA.
Martes, 30 de julio 2019, 00:28
El Valencia CF salvó este lunes el cisma que hubiera supuesto la dimisión o el despido de Mateo Alemany y continuará hoy negociando con el mallorquín la fórmula para que el modelo siga vigente, con el peligro real de que una ruptura lleve como efecto colateral la salida de Marcelino y de su cuerpo técnico. Esa es la fotografía que en la madrugada española le trasladó Anil Murthy a Peter Lim hasta Singapur, para encontrar hoy una solución al problema generado por los roces en el actual mercado de fichajes.
El club estrenó en Lisboa su tercera equipación azul, un homenaje a la era noventera del club, y en las últimas horas el remake ha sido a algunas escenas oscuras de la reciente historia accionarial de la entidad que parecían cosa del pasado en un año pintado en los colores del centenario y del título de la Copa. Cuando el club había encontrado una fórmula de éxito, con Mateo Alemany, Marcelino y Pablo Longoria tomando las decisiones deportivas y Anil Murthy y Kim Koh sirviendo de nexo con Meriton, la decisión de Peter Lim de variar el modelo deportivo ha puesto en peligro la continuidad de todo el apartado de fútbol en un club de fútbol. Sirva la redundancia para conocer el alcance de un problema que, de no solucionarse, pasará a la historia como uno de los grandes 'tiros al pie' de una hemeroteca centenaria.
Anil Murthy tuvo que viajar de urgencia desde Singapur, donde tenía previsto participar en una reunión del Consejo, a Valencia para comunicar a Mateo Alemany la decisión de Peter Lim sobre los cambios en el modelo sabedor de que podían provocar la salida del director general, ya fuera en formato dimisión o despido. Tras cinco horas de reunión, en la que el presidente fue recibido con insultos de varias decenas de aficionados y una sede protegida por una importante presencia policial, la salida repitió la postal con Murthy pero no con Alemany. Un símbolo de la balanza de las emociones de la afición y que el tiempo dirá si es bueno o malo para reconducir la crisis, puesto que además de las discrepancias deportivas la fractura también tiene una deriva de egos, como ocurre en cualquier empresa deportiva donde el caramelo del carió es goloso para cualquier nacionalidad que ponga un pasaporte.
Mateo Alemany abandonó la reunión, tras reunirse durante una hora tras la salida del presidente con Pablo Longoria, visiblemente emocionado por el cariño de los seguidores que le esperaban en la puerta del club. Aunque no se descarta ningún final para la crisis, tal y como advirtieron fuentes oficiales, el Valencia y Mateo Alemany se dieron una tregua hasta hoy. Un avance significativo puesto que el día comenzó con un divorcio casi asegurado, confirmado por un tajante «No» de Anil Murthy cuando fue preguntado nada más aterrizar en Manises procedente de Munich sobre si había alguna opción de que continuara Mateo Alemany en su puesto. Tras encerrarse cinco horas con el director general, hoy el partido sigue abierto y continuarán las reuniones para intentar encontrar un consenso que evite lo que todos los estamentos que rodean a la entidad consideran un desastre.
Alemany, que controla los códigos del deporte, rompió el silencio, el presidente no quiso hacer declaraciones tras el cónclave, para lanzar un mensaje optimista a la afición: «Estamos hablando. Siempre me he visto dentro y siempre he querido estar en el Valencia. Es positivo que haya diálogo y se hablen las cosas y se busquen soluciones cuando hay problemas. Ellos piensan lo mismo que yo lo mejor para el club. Meriton tiene su punto de vista y en esa visión tenemos que encontrar puntos de coincidencia».
Con respecto a Marcelino, que sigue sopesando presentar la dimisión junto a su cuerpo técnico en bloque si el Valencia se desprende de Mateo Alemany, el directivo se mostró claro: «Espero que se quede, ojalá que sí». La figura del técnico cobró ayer mucha importancia en la crisis. Peter Lim ya sabe que en caso de prescindir de Mateo Alemany y de Pablo Longoria existe el peligro real de una dimisión en bloque de Marcelino y todo su cuerpo técnico, con los fisios, recuperadores y ayudantes incluidos. Un dominó que afectaría a la plantilla, que está como suele decirse 'a muerte' con Alemany y Marcelino. Dentro de las reuniones que se celebrarán hoy está previsto que Murthy se siente con el entrenador asturiano y con los capitanes del equipo, para intentar apagar un incendio que llega a tan sólo tres semanas del inicio de la competición oficial.
El modelo deportivo que defiende el gestor mallorquín, y que ayer volvió a dejar claro en la reunión de cinco horas con el presidente para que diera traslado a Peter Lim, el final del cónclave terminó en la madrugada de Singapur con lo que había que esperar a hoy para que Meriton opinara sobre las conclusiones de la reunión, de que su salida tan sólo se evitará si se sigue apostando por el modelo que ha funcionado en las últimas dos temporadas. En él, el límite del Fair Play financiero ha sido utilizado por las decisiones del apartado deportivo de la entidad para cuadrar la plantilla. La única forma de evitar el cisma es que se logre cambiar la opinión de Peter Lim, que estaba dispuesto el domingo a prescindir de la figura del director general.
En la hoja de ruta que presentaron Marcelino y el gestor balear al máximo accionista del Valencia la pasada semana en Singapur la previsión, con un Fair Play que rondará los 170 millones en la temporada 2019-2020 es que podían acometerse hasta cuatro fichajes basándose en el perfil propuesto, con Rafinha a la cabeza pasando por un central que cumpliera el rol de Roncaglia y la opción de apuntalar el lateral izquierdo y la delantera, con la puerta abierta a que Manu Vallejo pudiera ganarse el puesto como cuarto delantero. El temor del actual bloque deportivo de la entidad es que el cambio de modelo que propone Lim abra a la puerta de nuevo a las grandes ventas antes del 8 de agosto, el cierre de mercado de la Premier, y se cuadre la plantilla con apuestas de jugadores de menor coste.
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La situación límite a la que ha llevado Peter Lim al actual organigrama del club en los últimos días recuerda a lo ocurrido en 2015. Entonces, el desgaste interno se llevó por delante a Amadeo Salvo, cuyo rol podría asemejarse al de Mateo Alemany asociando al de Layhoon Chan con el de Anil Murthy, y a Rufete en la dirección deportiva, que perdió el pulso de confianza con Nuno, el entrenador que Peter Lim obligó a fichar para firmar la compra definitiva de la mayoría accionarial, en el verano de 2014, tras renegociar los créditos con Bankia. Aquel 'dedazo' que ejecutó Salvo al transmitirle a Pizzi, poco después de un viaje a Hong Kong, que dejaba de ser el entrenador fue la primera intromisión de Meriton en el apartado deportivo. La última, el intento de fichaje del lesionado Rodrigo Caio, con la intermediación de Jorge Mendes, fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Salvo y Rufete.
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