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J. C. VILLENA
Sábado, 25 de marzo 2017, 00:10
valencia. El balance histórico del Valencia Basket frente al Unicaja en la Fonteta en la ACB es positivo (20-15) pero si hay una derrota que marcó un antes y un después en el rumbo del entonces Pamesa fue la del quinto partido del playoff de 2004 (68-87). El equipo de Paco Olmos llegaba a la cita con el objetivo de conseguir una plaza en la Euroliga tras el regusto amargo de la eliminación del torneo ese mismo año por las consecuencias de no viajar a Israel. Los malagueños se habían quedado fuera del Top 16 y en la ACB bordearon los puestos de descenso pero reaccionaron para meterse en playoff. Con esa piel de cordero, los jugadores de Scariolo (y de Chechu Mulero como segundo entrenador) asaltaron la Fonteta el 16 de mayo de 2004.
El técnico italiano fundió los plomos de los taronja defendiendo en zona 38 de los 40 minutos del partido. Una decisión arriesgada, y más teniendo en cuenta que llegaron a ir 50-36 al inicio de la segunda parte, pero que acabó desquiciando el ataque de un Pamesa al que se le encogió la mano (6 de 20 en triples) y donde la dirección de Robert Pack se estrelló contra una defensa a la cual no estaba acostumbrado en la NBA. El parcial de 26-55 en la segunda parte certificó la debacle en la Fonteta.
La derrota dolió tanto que cambió el modelo del club, que en los siguientes años realizó una travesía en el desierto buscando una identidad que no encontró hasta la llegada de Spahija. La frase esa noche de Lluis Muñoz, por entonces director general, fue premonitoria: «El único intocable en el club es el presidente (Juan Roig)». Un día antes de comenzar la siguiente pretemporada Paco Olmos fue despedido y se fichó a Pablo Laso.
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