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Nadie podía imaginar hace cuatro meses –en la Copa del Rey de Málaga– que el título de la Liga Endesa iba a decidirse en un torneo con doce equipos, a puerta cerrada, bajo un régimen de concentración y en una ciudad que está terminando una desescalada por una pandemia mundial. Pues ha ocurrido. La competición arrancará el miércoles y para el Valencia Basket será el jueves frente al MoraBanc Andorra (15.30 horas). Como en cualquier playoff, el objetivo de los taronja es luchar por lo máximo. Desde 2017, el sueño legítimo es levantar un segundo título de Liga. Si ocurre será cosa de Dubljevic y Van Rossom. Dos capitanes enmascarados. Es lo que toca en el guión del coronavirus.
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«Es una locura, como definí aquella ACB de 2017 pero por una situación diferente. Vamos a disputar un torneo con un formato que no se ha visto nunca, con los equipos concentrados muchos días y es algo que nadie podía imaginar», reconoce el montenegrino, mientras el belga sigue la moción: «Si somos todos sinceros nadie había imaginado jugar un torneo así para decidir el campeón de la ACB, pero la situación sanitaria nos ha llevado a ello y ahora lo que tenemos que hacer es centrarnos en jugar. Es un torneo que es muy diferente pero al final es una competición más».
Los dos han vivido el confinamiento en un país extranjero pero las noticias que llegaban desde sus estados fueron polos opuestos. El drama y la tranquilidad. «Ha sido algo increíble, Montenegro es el último país que se infectó con coronavirus y el primero que ya no tiene más contagiados. En todo este tiempo sólo ha habido tres muertos y unos 200 infectados. Ahora todo el mundo vive como antes porque ya no hay virus allí», reconoce Dubljevic. Para Van Rossom la realidad fue más dura: «Bélgica sale muy mal en los números. Por desgracia nuestro país también lo ha sufrido fuerte y tenemos muchos muertos pero nuestro sistema sanitario siempre ha estado bastante bien y hemos podido atender a todo el mundo. Desde Valencia lo viví mal pero afortunadamente no he tenido a ninguna persona afectada por el virus entre mi familia y mis amigos. Siempre he tenido presente a las personas que lo han pasado mal, es un drama para las familias con casos de personas que no se han podido despedir de sus seres queridos y eso es algo durísimo».
Si algo preocupa a todos los jugadores es el riesgo de lesión en un torneo exprés tras estar parados desde marzo. El más claro es Van Rossom: «Es una situación que no tenemos que esconder. Después de tres meses de inactividad volver a jugar cinco partidos en diez días no es algo que sea normal. Para eso están las pretemporadas y los amistosos. Tantos partidos en tan corto plazo nos hace tener más riesgo de lesión. Una vez asumido eso, es nuestro trabajo. En Valencia somos afortunados porque hemos estado entrenando en unas instalaciones como L'Alqueria y en un club que ha hecho todo para que nos sintamos seguros en nuestro lugar de trabajo».
Para el belga, y el resto de jugadores que terminan contrato a final de junio, esa situación es aún más peligrosa. «Lo puedes comparar con un playoff», asume el de Gante, «porque si llegas sin contrato garantizado es lo mismo. El riesgo de lesión también existe en ese formato. Está claro que si te lesionas en esta parte final puede hacer que sea más complicado encontrar equipo pero tenemos que quitar eso de la cabeza. Hay que jugar con la mente libre. Me gustaría quedarme en el Valencia Basket pero es un tema del que hablaré con el club una vez que haya pasado la competición. Estoy muy contento en Valencia y que me gustaría seguir vistiendo esta camiseta».
Los dos capitanes reconocen que ahora el objetivo es ganar la Liga. Es compartido con once más puesto que el torneo es especial. «Los once equipos que han venido a Valencia también la quieren ganar, como nosotros. Todos tenemos una oportunidad. Después de tres meses sin jugar al baloncesto no hay ningún favorito en el torneo», reconoce Dubljevic, que lamenta la falta de público: «Jugar contra el Armani con la Fonteta vacía fue un momento muy duro y ahora lo va a volver a ser. Entendemos que es lo que toca ahora pero ojalá la temporada que viene podamos disfrutar de nuevo con ellos. La afición es nuestro sexto jugador». Van Rossom firma un escenario: «Celebrar un título sin público es algo que ningún deportista se ha imaginado nunca pero ojalá pase, significaría que lo hemos logrado. Si ocurre ya lo celebraremos con nuestra gente cuando se pueda».
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