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Quino Colom charla con Joan Sastre durante el entrenamiento de ayer en la Fonteta. iván arlandis

El desafío de Colom con Ponsarnau

El base sabe que parte como la ficha catorce y el Valencia Basket inicia el trabajo de grupo en la Fonteta al superar todos los jugadores con negativo las pruebas del Covid-19

Miércoles, 19 de agosto 2020, 23:04

El doble escudo diseñado por el Valencia Basket como protocolo propio contra el Covid-19 dio ayer sus primeros frutos. La plantilla fue pasando en las últimas semanas, de forma escalonada, los test de forma individualizada para que el primer contacto entre los jugadores no llegara hasta tener catorce negativos. Ayer, una vez que los resultados determinaron ese pleno, el Valencia Basket realizó en la Fonteta el primer entrenamiento de grupo de la pretemporada.

Con un nivel alto de intensidad, en un trabajo más corto con respecto a otros veranos y cuatro semanas antes del inicio de la ACB donde a los cinco fichajes (Hermannsson, Prepelic, Kalinic, Derrick Williams y Pradilla) se unieron los jugadores del filial Tomas Pavelka y Hilmar Henningsson. El conjunto taronja mantendrá esta dinámica de trabajo diario, con descanso el domingo 23, hasta que afronte su primer partido de pretemporada el viernes 28 de agosto frente al Joventut en Salou.

Sin lesiones ni convocatoria de selecciones, será la primera pretemporada donde el entrenador tenga a todos los jugadores disponibles desde el primer momento. Ese partido ante la Penya servirá, además, para testar el nuevo rol de Quino Colom. El andorrano sabe que lo tiene muy complicado para jugar y su gran reto en los entrenamientos es tratar de hacer cambiar de opinión a su entrenador. Ponsarnau, por su parte, ayer volvió a mostrarse muy claro al respecto: «Con Quino había un propósito, todos fuimos muy claros y la resolución es que tiene contrato. Sigue y es uno de los catorce pero hay una realidad que se lo pone difícil que es que tendrá tres bases por delante y trece jugadores por delante. Eso que podría ser un problema, estamos hablando de un jugador con una ética intachable, con el que hemos hablado y que sabe cómo está la situación. Estamos tranquilos. Aunque sea el catorce o el cuarto base, tener un jugador como él con ese rol es un lujo y vamos a aprovecharlo».

La realidad es que Colom es un veterano que ya sabe lo que es lidiar con un rol complicado –en el Mundial de China no tuvo casi participación pero se acabó colgando el oro– y su actitud en el primer entrenamiento del nuevo curso fue la misma, sumando, que en el último del anterior. Con los nuevos fichajes, y la renovación de piezas codiciadas en el mercado como Tobey, el técnico volvió a reconocer que ha subido el nivel de la plantilla: «Crecemos con respecto a la temporada pasada. Queríamos mejorar el equipo y hemos crecido, tenemos muchos argumentos para ser competitivos como versatilidad, físico y talento. Todo eso se tiene que conjuntar, la suma de individualidades son buenas y nos harán más competitivos. Tenemos que armonizar las virtudes para llevar como equipo ese proceso. Estamos muy ilusionados».

Ponsarnau reconoció que la actual plantilla es el mejor equipo que nunca ha entrenado «y en un club que ha confiado en mí después de cuatro años de estar trabajando. Los defectos y virtudes están claras y cuando tienes más posibilidades la exigencia de los resultados son altas». Mantener a veteranos como San Emeterio o Van Rossom es clave para crear ese pegamento con jugadores con el carácter de Williams, Prepelic o Kalinic. Si el Valencia Basket lo logra se ganará el derecho a aspirante a todo esta temporada.

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