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El Unicaja recibe al Valencia Basket para disputar el segundo partido de cuartos de playoff de Liga ACB, a las 16:30 horas en el Martín Carpena.
El conjunto taronja está obligado a ganar en Málaga tras el batacazo del viernes en la Fonteta que dejó un 0-1 a favor de los de Casimiro en la eliminatoria.
Jaume Ponsarnau cuenta para el choque con: Van Rossom, Sastre, San Emeterio, Dubljevic, Will Thomas, Vives, Diot, Rafa Martínez, Abalde, Doornekamp, Labeyrie y Mike Tobey.
El técnico local, Luis Casimiro, dispone de: Alberto Díaz, Milosavljevic, Fernández, Witjer, Lessort, Salin, Dani Diéz, Shermadini, Waczynski, Brian Roberts, Guerrero y Carlos Suárez.
Sigue minuto a minuto el partido de playoff de Liga ACB en lasprovincias.es.
Ganar o terminar la temporada. Ese es el órdago que tiene hoy el Valencia Basket en Málaga tras perder el viernes el primer partido de la serie de cuartos de final frente al Unicaja en la Fonteta (78-85). No hay que poner tiritas, en caso de una nueva derrota sería un epílogo amargo a la temporada, la ambición en el playoff era máxima con los protagonistas hablando sin complejos del sueño del doblete, pero si ocurre el árbol no deberá impedir ver el bosque, en forma de billete para la Euroliga y bandera de campeón de la Eurocup colgada en el techo de la Fonteta. Su rival de hoy se cambiaría con gusto de lugar en la mesa. Conviene no perder la perspectiva.
Si algo ha demostrado el conjunto taronja esta temporada, a eso se agarró ayer el vestuario tras levantarse del guantazo del viernes durante el viaje de camino a Málaga, es que se revuelve ante la adversidad. Cuando todo el mundo daba por amortizado a Ponsarnau, tras la humillación de Tenerife, una victoria de raza en Belgrado ante el Partizan fue el comienzo de la remontada. El Carpena debe ser el nuevo Pionir para los valencianos.
El reto que tiene hoy enfrente la entidad de Juan Roig es histórico. De esas batallas que requieren un paso al frente. El Valencia Basket nunca ha remontado una eliminatoria de playoff que comenzara 0-1. Le ha ocurrido en cuatro ocasiones y en tres de ellas con el actual formato de los cuartos de final. Dos terminaron por la vía rápida (0-2) frente, curiosamente, al Unicaja en 2010 con Spahija en el banquillo y un año después, en 2011, con Pesic y ante el Bilbao. En 1993 logró que el cruce volviera a la Fonteta. Fue ante el Natwest Zaragoza aunque en el histórico ante el Tecnyconta no aparece en la hemeroteca de la ACB puesto que el actual equipo de la capital maña es una refundación y no heredó el palmarés de histórico CAI. El triunfo en el Príncipe Felipe hace 16 años, por 73-84 con 28 puntos de Eric Johnson (5 de 10 en triples), y el dominio en la pintura de Branson (20 puntos y 6 rebotes) y Micheaux (16 puntos y 10 rebotes) fue clave para forzar el tercer partido. Una buena motivación para Dubljevic y Will Thomas puesto que sobre sus hombros pasan buena parte de las opciones de los valencianos.
Recuperarse de una derrota en el primer partido en casa en una eliminatoria al mejor de tres no sólo le ha resultado complicado al Valencia Basket. De las 18 veces en las que un equipo ha comenzado una serie ganando el primer encuentro fuera de casa, en 11 de ellas ha avanzado a la siguiente ronda el equipo que había conseguido robar el factor cancha. Con el 0-1 inicial, se ha producido ocho veces un 0-2 (44,4%), sólo tres veces un 1-2 (16,6%) y en siete ocasiones (38,9%) un 2-1. El segundo partido está totalmente abierto, con ocho oportunidades decidiendo la eliminatoria y diez enviando la serie a un tercer encuentro. Eso sí, con un 1-1 sólo tres veces el equipo visitante ha logrado dar un segundo golpe a domicilio. Lo consiguieron el Valencia Basket en 2015 ante el Bilbao Basket (en una serie de tensión máxima en los banquillos entre Carles Duran y Sito Alonso), el TDK Manresa en 1995 y el Joventut Massana, en 1984.
La gestión del cansancio será capital. El partido arrancará tan sólo 43 horas después de que finalizara el primer episodio de la serie, con los dos equipos viajando. El horario, impropio de la ACB, puede jugar a favor de los visitantes puesto que en el primer domingo de junio la previsión es de 30 grados en Málaga a esa hora, con un Carpena muy cerca de la playa de Guadalmar.
En toda eliminatoria que se precie, los ajustes con respecto al primer partido serán fundamentales para decidir el ganador del partido. A buen seguro que Luis Casimiro no habrá preparado un encuentro que gire sobre Milosavljevic, que se merendó el primer envite con una actuación de otra época (28 puntos y 30 de valoración). En el bando taronja, Alberto Abalde está inédito en el playoff con lo que seguró que tendrá un hueco en la rotación. La duda será conocer, en caso de que el gallego tenga importancia en el Carpena, a quien le quita los minutos en pista en una rotación que Ponsarnau limitó el viernes a diez hombres más una pequeña aportación de Rafa Martínez. El juego de piezas será clave para volver a Valencia con el 1-1 en el zurrón.
La calificación de clásico de la Liga ACB tendrá hoy más sentido que nunca puesto que será el partido número 77 entre ambos equipos, con lo que para los taronja ya será su partido más repetido superando los 76 precedentes contra el Real Madrid. El histórico en el Carpena aún es favorable para el Unicaja (21-16) pero los hombres de Ponsarnau se aferran a la buena dinámica en los últimos años, donde la entidad de Juan Roig ha adelantado en la pista a la cajista como alternativa al dominio futbolero en la Liga Endesa. De los últimos once partidos en la Costa del Sol tan sólo cinco han terminado con triunfo local. El último precedente en playoff fue un rotundo 59-88, con un imperial Justin Hamilton, en el segundo partido de los cuartos de final de 2016.
Otro dato que explica la complicada empresa que arranca hoy el Valencia Basket es su balance en eliminatorias donde comenzó perdiendo en el primer partido. En los quince precedentes su balance es de 1-14. La única vez que logró remontar una derrota inicial fue en la final de la ACB de 2017 ante el Real Madrid. Sin duda, el mejor dato para motivarse y lograr la machada.
El Valencia Basket viajó en noviembre a Belgrado con el proyecto de Ponsarnau cogido con alfileres. Lo salvó el vestuario, los jugadores. Porque al final, el baloncesto es de los deportistas. Aunque haya gente que piense lo contrario. Tras aquella victoria en el Pionir se borraron cientos de tuits. Más de medio año después, los valencianos se desplazaron a Málaga para disputar el segundo partido del playoff ante el Unicaja con un 0-1 tras perder 78-85 en la Fonteta. La dudas, ahora, eran sobre un equipo que con el objetivo conseguido de la Euroliga parecía quererse ir de vacaciones. Más cientos de tuits por el aire, puesto que ayer en el Carpena los taronja pudieron haber perdido igual que acabaron ganando, pero se demostró que el sueño del doblete no era una milonga. El órdago va en serio y no será posible si la Fonteta no convierte el martes el pabellón en el mismo infierno que ayer se vivió en la Costa del Sol. En ese tercer partido, el Valencia Basket buscará algo que no ha conseguido en su vida, levantar una serie que comenzó perdiendo por 0-1. Esa será otra historia.
El último cuarto de los hombres de Ponsarnau en el Carpena, donde ha ganado siete de sus últimos doce partidos, ya forma parte del imaginario colectivo del club. El 16-24, levantándose cuando la temporada se escapaba de los dedos como un azucarillo en un café, fue la demostración, una vez más, del equipo que nunca se rinde. Todos los honores, merecidos, fueron para San Emeterio, pero la determinación de Vives, el temple de Tobey aguantando con cuatro faltas, o la defensa de Sastre también contribuyeron a la épica victoria. El Unicaja se lo jugó todo al triple y cuando no entraron no encontró un segundo plan. Cuando Jaime Fernández puso el 65-64 los valencianos dieron el definitivo paso al frente. Seis puntos seguidos de San Emeterio, dos buenas defensas y una última canasta de Will Thomas (67-72) decidieron la victoria ante un Unicaja tan desquiciado por el arreón final de su rival que ni siquiera hizo una falta para intentar una remontada desesperada. La ley del 1-1 ya estaba escrita, donde el campeón de Europa volvió a demostrar que no va de farol por mucho ruido que se escuche de fondo.
Unicaja
Fernández (9), Waczynski (4), Milosavljevic (8), Lessort (12), Wiltjer (7) -cinco inicial-, Suárez (4), Díez (4), Díaz (9), Shermadini (2), Guerrero (0), Stilma (0) y Roberts (10)
69
-
76
Valencia Basket
San Emeterio (12), Vives (10), Abalde (7), Dubljevic (6), Labeyrie (5) -cinco inicial-, Martínez (0), Sastre (4), Van Rossom (7), Thomas (11), Diot (0), Doornekamp (0) y Tobey (14)
PARCIALES: 12-20, 20-17 (32-37), 21-15 (53-52) y 16-24 (69-76)
ÁRBITROS: García González, Manuel y Caballero
INCIDENCIAS: Segundo partido de los cuartos de final de la Liga Endesa disputado en el Palacio José María Martín Carpena de Málaga ante 9.055 espectadores
Con la victoria, se puede analizar con más calma a la nueva escuela de entrenadores tiene a gala no abusar de los tiempos muertos para que sus equipos solucionen los problemas sobre la pista, o hacerlo a través de cambios. La teoría es buena en muchos escenarios. A buen seguro que en un ambiente infernal en un partido de playoff no lo es. El Unicaja estaba a punto de caer sobre el parquet en el ecuador del segundo cuarto, con un Valencia Basket dominante en defensa que le había endosado hasta entonces un 16-32 a su rival. El trabajo maravilloso de quince minutos se tiró por la borda en los siguientes cuatro, con un parcial de 16-3 hasta que Ponsarnau procedió a hacer el gesto en el olvido de la palma de una mano y un dedo de la otra solicitando a la mesa un tiempo muerto. Con Lessort endureciendo el partido y Jaime Fernández enloqueciendo los ataques malagueños, se llegó a los últimos segundos de la primera parte con un 32-35. Una canasta, de Van Rossom, al límite del segundo cuarto permitió respirar al conjunto taronja (32-37) aunque los gestos eran de que el partido ya era absolutamente nuevo, donde el 8-16 del inicio ya formaba parte del pasado.
El 2-6 con el que se inició el tercer cuarto (34-43) demostró la rabia visitante por lo ocurrido al final de la primera parte. El Unicaja, con los puntos de Roberts y la fuerza de Lessort, logró remontar (45-43) y marcharse arriba al último cuarto (53-52). No contaban con San Emeterio ni con el orgullo del campeón.
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