Un triunfo al límite y que deja regusto amargo

La Euroliga va de ganar partidos, no de jugar bien. Es una máxima de la Copa de Europa y más desde que se juega en formato de liguilla única. El Valencia Basket arrancó con victoria y lo más importante es que ya luce el 1-0 en su casillero (la pasada temporada tuvo que esperar al sexto partido para ganar). A partir de ahí, el triunfo 65-63 deja mucho que analizar y las mismas dudas en el ambiente que la de hace cinco días en Manresa. Al conjunto valenciano le falta aún mucho rodaje, un buen porcentaje es lógico en el arranque de temporada, pero sigue con falta de consistencia en ataque. Ponsarnau intentó alargar las rotaciones para encontrar más sensaciones en sus jugadores... pero el partido se resolvió en un cara o cruz ante uno de los clubes más limitados de la Euroliga.

Con 63-60, ya en los últimos segundos, Sastre cayó lesionado de la rodilla derecha (en la primera exploración tiene afectado el ligamento lateral interno de la rodilla al caerle dos jugadores encima y abandonó la pista sin poder apoyar la pierna) y con el balear en el suelo, cinco contra cuatro, el Valencia Basket no paró el partido con una falta de equipo. Con un defensor menos la bola le llegó a Lacombe para anotar un triple (63-63). Van Rossom encestó rápido (65-63) y los locales se la jugaron a defender con el bonus, haciendo tres faltas sobre Cole dejando 5.5 segundos para el tiro final. El americano logró romper la defensa y sacar un buen pase para Noua que lanzó un triple frontal que valía la victoria. Su tiro en el último segundo no entró y el Valencia Basket firmó su primera y sufrida victoria.

El conjunto taronja ya se marchó al descanso con el morro torcido puesto que no aprovechó su mejor momento (37-25 tras una canasta de Tobey). Un parcial de 0-8 llevó al Asvel al inicio del tercer cuarto con opciones de victoria (37-33). El mal porcentaje de tiro, 2 de 12 en triples, impidió a los de Ponsarnau golpear más duro en la renta a favor a un conjunto francés que vivió de los brazos interminables de Fall y sus 218 centímetros.

Tras el 6-9 inicial la conexión entre Kalinic y Williams, en tres minutos recordaron sus mejores momentos en el Fenerbahce, revolucionaron el juego con un parcial de 12-2 (18-11). Desde ese momento, la primera parte fue haciendo la goma hasta llegar al descanso con un +4 taronja.

Las rotaciones casi por cuartos y por parejas (Dubljevic con Williams y Tobey con Labeyrie por dentro) se le siguieron atragantando a los de Ponsarnau y cuatro pérdidas en el arranque del tercer cuarto permitieron al Asvel remontar (41-43). La defensa y la falta de acierto de los galos salvaron, al menos, la victoria. Lo peor, la lesión de Sastre.