Baño de realidad en la Fonteta

Juan Carlos Villena

Valencia

Domingo, 26 de septiembre 2021, 12:22 | Actualizado 20:09h.

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Los últimos tres días de competición para el Valencia Basket han permitido tener una fotografía bastante real de su dura situación. Con cinco bajas sostenidas es imposible mantener el nivel competitivo en una liga de tanto nivel como la ACB si juegas dos partidos con 39 horas de diferencia. En Manresa, el ímpetu de los jóvenes y el nivel defensivo le valió a los taronja para llevarse el triunfo pero ayer, cuando las piernas comenzaron a flojear fue literalmente imposible. Así lo entendió la Fonteta, que despidió con aplausos a sus jugadores. Un triste consuelo.

«Había que apretar los cuarenta minutos porque en algún momento podían pecar de cansancio», reconoció Sito Alonso tras el triunfo. Traducido a la realidad, había que esperar a que los siete jugadores de la primera plantilla sanos no pudieran con el alma para rematar. El parcial de 46-60 del segundo tiempo así lo atestiguó. Cuando estás tieso no puedes defender. El buen tono atrás del primer tiempo ya no volvió. Juan Roig presenció los dos partidos. El de Manresa y el de la Fonteta. Con el club en la búsqueda de un nuevo director general, y con la decisión a día de hoy que sigue siendo no fichar temporeros, lo que está claro es que hasta que no regresen los lesionados lo de la heroica no basta.

El mejor ejemplo llegó con el desgaste de Claver y Dubljevic. Los dos jugaron un partidazo pero no fue suficiente. El valenciano firmó sus mejores números en la ACB, donde ha disputado 321 partidos, con 26 puntos y 32 de valoración. El montenegrino se fue a los 22 puntos, 9 rebotes, 5 asistencias y 29 de valoración. Entre los dos valoraron 61 de los 84 dígitos de su equipo, además de acumular 67 minutos en pista. Números de otra época por obligación. En caso de no recuperar pronto efectivos, el problema puede eternizarse puesto que se pondrá en peligro el físico de los siete jugadores que actualmente están activos. Un bucle peligroso.

Antes de que se evidenciara en la Fonteta ese puñetazo de realidad, Peñarroya pudo combinar en pista quintetos con los jugadores del primer equipo y los refuerzos del filial para, gracias a una defensa agresiva, dominar el primer cuarto y medio. Con un Valencia Basket muy metido en el partido, la máxima renta llegó a tres minutos del descanso (36-19). Fue el momento en el que el UCAM Murcia subió aún más, si cabe, su nivel habitual de agresividad en pista para comenzar a hacer saltar algunas costuras del rival. El parcial de 6-12 hasta el descanso fue el primer aviso (42-31). Para entonces, Peñarroya ya se vio obligado a tener un quinteto con Dimitrijevic, Jiménez, Puerto, Pradilla y Bressan. Sólo hay que sumar sus edades.

Lo malo para los valencianos es que esa tendencia, a medida que la gasolina fue desapareciendo, ya fue la constante hasta el final del encuentro. El parcial arrastrado de los últimos 23 minutos fue de 50-72 y el de la segunda parte 44-61. Una auténtica sangría defensiva donde Webb III o Taylor acabaron anotando cada posesión que tuvieron ante la impotencia de sus pares de parar su mayor energía.

Aunque el Valencia Basket siguió dominando en el arranque del tercer cuarto (44-33), la inercia del desgaste comenzó a hacer su camino. Peñarroya intentó exprimir al máximo quintetos que estuvieran basados en sus siete jugadores profesionales disponibles pero los murcianos lograron recortar hasta ponerse a cinco a tres minutos del final del tercer cuarto (57-52). Al menos, los locales lograron defender esa ventaja hasta el inicio del último periodo, con un Claver agresivo que gastó una técnica por protestar una falta no señalada en una de sus anotaciones (65-60).

Sin Tobey ni Rivero, con Labeyrie fuera de ritmo y con Dubljevic dando muestras de cansancio, el problema en el rebote defensivo fue el último puñal para los taronja. De las 27 capturas en su aro, el 40% fueron a parar a manos de jugadores de Sito Alonso. Un porcentaje demasiado elevado. Las pérdidas (21) fueron el lastre definitivo para un parcial de 8-22, donde los murcianos lograron remontar gracias a un mate de Webb III (70-72) y poner una ventaja que ya nunca perdieron (73-82). Tres triples seguidos de Hermannsson hicieron soñar con el milagro en los segundos finales (82-84) pero el triunfo se fue para Murcia.