Elisa Aguilar, el icono de la generación que cambió el basket femenino

Elisa Aguilar López (Madrid, 1976) es el estandarte de una generación de oro para el baloncesto español que, ahora, sigue vinculada a primer nivel al deporte de la canasta. Cuando Jorge Garbajosa accedió a la presidencia de la FEB apostó por ella como directora de competiciones, siendo la primera mujer en ostentar uno de los puestos de más responsabilidad del ente federativo. «Cuando reflexionas, o te llaman para dar una charla, te das cuenta que hay mujeres que están llegando a puestos donde nunca había habido. Son pasos que tienen que ser naturales. Las mujeres hemos empezado mucho más tarde que los hombres en el deporte, en la práctica, consumo o gestión y era normal que la mayoría de esos puestos fueran más masculinos que femeninos. Hace tiempo que eso está cambiando y lo que tenemos que darle es normalidad y naturalidad», analiza a una semana de que arranque la Copa de la Reina en Valencia.

La que fuera capitana del Ros Casares, su casa entre 2002 y 2010, entiende que su ejemplo debe servir para que, a corto plazo, ya no se tenga que subrayar el dato de ser la única mujer en un determinado puesto de máxima responsabilidad dentro de una organización del nivel de la FEB: «Es importante que hayan referentes en todos los equipos o estamentos para que las mujeres que vienen detrás se den cuenta de que con esfuerzo y trabajo se puede llegar hasta donde una considere que tiene que llegar. Ese techo de cristal lo estamos rompiendo poco a poco y también es con la ayuda de los hombres. Esto no es un tema feminista, por lo menos por mi parte. He tenido una suerte enorme con las personas y, ya que estamos hablando de temas de género, con los hombres que me he encontrado en la vida; con Jorge Garbajosa desde que cogió la presidencia y a nivel personal tengo padre, hermanos y amigos que me han apoyado siempre. Esto es ir de la mano de los hombres, juntos, para ir progresando»

Elisa, que defendió 222 veces la camiseta de España, es la punta de lanza de un grupo de exjugadoras que han sabido labrarse una realidad laboral tras colgar las botas. Con Anna Montañana rompiendo barreras como entrenadora o Amaya Valdemoro y Marta Fernández en el mundo de la comunicación como otros ejemplos. Algo que debe servir como espejo para las tomen ese relevo en unos años, como Cristina Ouviña o Queralt Casas: «Hemos estado jugando durante muchos años, el baloncesto es nuestro mundo y cada una en su área teníamos ganas de seguir progresando. Somos una generación que fue de las más visibles a nivel mediático, ganamos mucho con los clubes y la selección. Entre eso y la formación académica, que también es importante, te hace tener muchas más oportunidades para poder trabajar en lugares donde antes no había mujeres».

Aguilar, que ganó cinco Copas de la Reina con el Ros, tiene claro que las taronja deben intentar aprovechar la parte buena de ser anfitrión del torneo, tras una pasada edición casi sin público en las gradas: «En el Ros la mayoría de veces íbamos como favoritos y para el anfitrión siempre te pones un poco más de presión en la mochila pero si el Valencia Basket logra tener una Fonteta llena será un plus de motivación».

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