El nombre de Jordi Bertomeu como director ejecutivo de la Euroliga, tras 22 años en el cargo, está amortizado. Para su relevo, los perfiles que más cotizan son los de Dejan Bodiroga, jugador entre otros de Real Madrid y Barça, y Chus Bueno, vicepresidente de la NBA en Europa y que vistió la camiseta del Llíria o el Pamesa. Precisamente, el nombre del Valencia Basket figura en uno de los informes que se están confeccionando para que la nueva dirección general, tras el Board que se celebrará en las próximas semanas para diseñar la temporada 2022-2023, plasme el modelo de la próxima campaña. La decisión clave, que aún no se ha tomado, es si se va a permitir que el CSKA y el Zenit disputen la Euroliga del próximo curso, puesto que la plaza con derechos por la Eurocup 20-21 a la que aspiraba el Unics Kazán es para el Mónaco, que disputó esta temporada el Top 8 y que, por lo tanto, seguirá en el torneo.
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En la reunión que mantuvieron el miércoles los equipos propietarios de la competición, los que tienen por tanto Licencia A, no se llegó a ningún acuerdo vinculante con respecto a la decisión con los equipos rusos (la FIBA ya ha anunciado que no disputarán sus competiciones de la próxima temporada) ni, por tanto, quienes serán los equipos elegidos en el caso de que no participen. Lo que a día de hoy está descartado es disputar una competición de 16 equipos el próximo curso puesto que a medio plazo la idea sigue siendo la expansión y el contrato televisivo con 34 jornadas de Liga Regular sigue vigente y, por lo tanto, necesita a 18 equipos para poder realizarse.
En ese primer borrador, tal y como ha podido confirmar este periódico por fuentes conocedoras del caso, está el nombre del Valencia Basket como candidato a una wildcard de una temporada. Ese primer paso ya es una novedad puesto que es la primera vez que ocurre. Junto a la entidad de Juan Roig, el equipo que pierda la final de la Liga Adriática (el campeón tendrá plaza) es otro de los candidatos, es decir Partizán o Estrella Roja. El tercer equipo que aparece en ese informe es el Bursaspor. En contra del equipo turco juega su actual presupuesto, que está por debajo del mínimo exigido para la Euroliga. A favor, la presión económica de los patrocinadores de la competición, como Turkish Airlines, que verían con buenos ojos la inclusión de un tercer equipo turco. No es una opción descartable y más en una temporada complicada de patrocinios por los efectos de la pandemia.
El título de la Eurocup de la Virtus de Bologna ha jugado a favor del Valencia Basket. Con dos equipos italianos, dos franceses, dos alemanes, dos griegos y tres españoles con billete asegurado en la Euroliga 22-23, en caso de ampliar el mercado para una de esas ligas la fuerza del proyecto taronja es mayor que la del tercer italiano, francés, alemán o griego. Así lo entienden varios altos cargos de la competición en una calibración en la que se tiene en cuenta tanto la realidad deportiva del club (que rozó el pase al Top 8 en su última participación en el torneo y tiene cuatro títulos de la Eurocup) como el proyecto a largo plazo, con la construcción del Casal España Arena Valencia que será una realidad en 2024. Es cierto que el retraso de un año resta alguna baza para la posible wildcard 22-23 pero la Euroliga ve en el recinto una posible sede futura de la Final Four.
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