El Valencia Basket llega a la recta final de la temporada regular de la Liga Endesa con una dinámica no muy positiva tras el resultado conseguido en el Nou Congost ante un BAXI Manresa, que está jugándose la permanencia en la ACB. La derrota por 87-82 ante el conjunto catalán entrenado por Pedro Martínez deja abierta la posibilidad de que el conjunto taronja se tenga que jugar la presencia en los play-offs por el título en las últimas tres jornadas del campeonato regular. La decimoquinta derrota supone un paso atrás para estar cerca de certificar la presencia en la postemporada y deja prácticamente imposbile el alcanzar la séptima plaza.
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BAXI Manresa
87
-
82
Valencia Basket
Y fue un tropiezo en el que el Valencia Basket tuvo que viajar a Manresa con cinco bajas: Sam Van Rossom, Klemen Prepelic, Xabi López-Arostegui, Millán Jiménez y Jared Harper. Este último, por unas molestias musculares en el muslo izquierdo. No es excusa, pero la plantilla que dirige Álex Mumbrú no está al 100% y el rendimiento del equipo lo está notando, especialmente fuera de casa. Los últimos tres triunfos consecutivos en la Fonteta ante Betis, Bilbao y Obradoiro abrieron las esperanzas pero un nuevo tropiezo como visitante —el octavo consecutivo— dibuja una realidad más que evidente: este equipo rinde bajo el calor de la Fonteta, pero lejos de él, sufre. Y de cara al play-off —si no hay debacle—, lo pasará mal sin el factor cancha a favor.
El primer cuarto tuvo un inicio potente del Manresa, que se llegó a poner nueve por arriba en el electrónico (22-13) pero el Valencia Basket respondió en los instantes finales con un parcial de 0-10 para terminar los primeros diez minutos por delante en el marcador (22-23).
El segundo cuarto del partido estuvo marcado por la jugada en la que Adam Waczynski, alero polaco del Manresa, cayó lesionado de su rodilla. Un choque con Jaime Pradilla, que fue señalado como falta antideportiva, dejó al jugador local cojeando y finalmente no pudo continuar entre notables gestos de dolor. En el lado taronja, la nota positiva la puso Jasiel Rivero en su vuelta a las canchas tras estar ausente la pasada semana con una sobrecarga en el gemelo. El segundo cuarto fue un período en el que el conjunto taronja se mostró muy fallón ante un Manresa eléctrico que encontró en Brancou Badio una anotación imparable. El parcial de los segundos diez minutos fue de 22-13 para los locales, que se marcharon al descanso ocho por encima (44-36).
Saltaron las alarmas precisamente antes del tiempo intermedio cuando Chris Jones se marchó tocado con molestias tras la última posesión, pero se quedó en un susto ya que el estadounidense siguió jugando sin aparentes problemas. El tercer parcial estuvo muy igualado (23-21 para los locales), aunque estuvo marcado por el calor del Nou Congost, que explotaba en júbilo a cada canasta de su equipo, especialmente con los mates espectaculares de los manresanos. El Valencia Basket no conseguía recortar distancias pero tampoco permitía a los locales alejarse, manteniéndose lo suficientemente cerca como para permanecer con opciones de pelear por el partido en el tramo final. Y es que con el 67-57 se llegó a los diez últimos minutos reglamentarios.
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El último cuarto del partido fue de claro color taronja. El equipo de Mumbrú tuvo finalmente la reacción que se esperaba, apretando al Manresa para recortar la distancia por debajo de los dobles dígitos, llegando a ponerse a cuatro de desventaja (76-72). Con Webb y Jones inspirados, el ataque del Valencia Basket conseguía penetrar en la dura defensa local, que se empezaba a resquebrajar ante el desacierto en la parcela ofensiva. Los minutos finales, especialmente los tres últimos, fueron de auténtico caos. Un triple de Webb recortaba distancias pero el fallo de Evans en una bandeja que hubiese colocado a los taronja a tres puntos permitió al Manresa respirar.
Los locales jugaban con el reloj y se tomaban su tiempo con las posesiones, hasta que una canasta de Harding que le permitía llegar a los 18 puntos abría un margen que parecía irrecuperable a falta de 46 segundos para el final. El tiempo muerto de Mumbrú, con el equipo siete abajo, alargaba más todavía el agónico intento de remontada que nuevamente se quedaba en la orilla sin éxito. La reacción del equipo en el último cuarto fue tardía. El Manresa estuvo acertado en los tiros libres finales y no dejó escapar un triunfo muy necesitado en su lucha por alejarse de la zona baja de la clasificación. Pese a que el último parcial fue taronja (20-25), no fue suficiente para decantar la balanza y el triunfo se quedó en el Nou Congost. Lejos de la Fonteta cuesta más.
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