Luengo y Rodilla siguen jugando en el Valencia Basket
historias del baloncesto ·
Hijos de leyendas. Pablo, con el 15, y Marc, con el 11, honran en el junior taronja a las dos camisetas que cuelgan de la Fontetahistorias del baloncesto ·
Hijos de leyendas. Pablo, con el 15, y Marc, con el 11, honran en el junior taronja a las dos camisetas que cuelgan de la FontetaPablo y Marc se llevan 40 días. A buen seguro que sus padres, Víctor y Nacho, hicieron en su momento alguna broma al respecto puesto ... que compartían equipo. Camiseta. La del Pamesa. Eran Luengo y Rodilla. Dos apellidos de leyenda, con camiseta retirada y pista en L'Alqueria, que siguen jugando en el Valencia Basket. Con el 15 y el 11 del Junior A taronja que entrena Guillem González. Si alguno logra dar el salto al primer equipo, ya sabe que tendrá que buscarse otro dorsal. «Es un orgullo que nuestros hijos hayan acabado jugando en el mismo equipo, que lleven el mismo número que nosotros, y que además sea en el Valencia Basket. Es algo que nunca pensábamos que fuera a ocurrir y es magnífico», reconoce Luengo, el jugador que más partidos (643) ha defendido la camiseta del club. Lo que más le gusta a Víctor de Pablo y Marc es que además de compañeros «son amigos. Conectan muy bien, tanto en la pista jugando como fuera de ella en el día a día. Es algo curioso, que además de todo también coincidan las personalidades para ser amigos». El de Zaidía tiene claro que no hay nada más bonito «que ver jugar a tu hijo en una pista de L'Alqueria que lleva tu nombre, te llena de orgullo. Es algo que no se puede pagar. Miki decía mucho que el dinero se gasta y los títulos quedan. En este caso, nuestro nombre en una pista». El director de primeros equipos del club tuvo el lujo de coincidir en la pista con Pablo. Fue en el torneo 3x3 que se organizó en L'Alqueria: «Jugar junto a mi hijo un torneo oficial es lo más bonito que me ha pasado. Ese momento lo tendré grabado siempre». Pablo tuvo que convivir en el colegio con aquello de ser el hijo de Luengo. «La información sobre su padre era muy grande. Ser el 'hijo de' es un añadido con el que ha tenido que convivir y crecer. Muchas veces ha tenido que sufrir cosas negativas por ello. Estoy contento por cómo lo ha sabido gestionar siempre, con tranquilidad y madurez», reconoce antes de atreverse a hacer un 'scouting' sobre su hijo: «Es un tirador y lo bueno es que siempre se ha creído un tirador. Eso ha hecho que, a pesar de tener una mecánica extraña o que le hayan querido cambiar el tiro, ha seguido a lo suyo. Es un tirador letal».
Publicidad
Pablo y Marc afrontan, a sus 17 años, un año crucial. En los estudios y en el parquet. «No puedes olvidar los estudios pero tampoco que puedes tener ese sueño de ser profesional» apunta Víctor porque «los jóvenes ahora son más conscientes de que puede haber una puerta que les permita dar el salto. Tener un equipo en LEB Plata ha abierto esa posibilidad. Todos son conscientes de que ahora pueden llegar a tener una oportunidad en el primer equipo».
En esa etapa también está Marc Rodilla. Su padre, MVP de la Copa del 98, evoca el camino que ha tenido junto al hijo de su compañero, leyenda, del Pamesa: «Cuando los ves jugar te sientes muy orgulloso y ahora que están en el mismo equipo más. Son del mismo año con lo que han vivido etapas juntos. En la primera Marc estaba en Llíria y Pablo en Valencia con lo que llegaron a enfrentarse en la pista. Son cosas bonitas de ver». El edetano también se acuerda en la charla de Miki «porque cuando hablaba con él siempre preguntaba por Marc. Me transmitía cosas para que yo se las dijera y al mismo tiempo el mensaje que me estaba mandando era que yo estuviera con él disfrutando del baloncesto». Ese es el legado que transmite a su hijo: «Todos los chavales que se ponen la camiseta en cualquier categoría de formación forman parte de la historia del Valencia Basket y consolidan el crecimiento de L'Alqueria. Cuando les veo entrenar, esa ilusión que tienen también es una semilla para el futuro del club».
Nacho reconoce que el consejo que siempre le ha dado a Marc es «que disfrute y que intente cada vez hacer las cosas mejor porque siempre hay que tratar de superarse. Es algo que también le puede servir para los estudios». Algo que ha aplicado a la pista: «Siempre ha tenido bastante cabeza para jugar y ha sabido buscar tiros abiertos, con amenaza en el tiro de tres. Tiene esas cosas de haber vivido el baloncesto desde niño y en casa, saber controlar la toma de decisiones que es determinante en el baloncesto».
Publicidad
«Cuando nació yo estaba en mi época italiana y era tremendo. Cuando terminaban los partidos en casa, Marc pasaba por encima de los brazos de 500 tifosi que estaban en la pista hasta llegar a los míos. En sus recuerdos tiene que tener momentos tremendos», evoca para analizar lo distinto que fue para su hijo crecer sin que le recordaran, cada segundo, que era hijo de una estrella: «Hoy en día con las redes sería una locura. Ahora todo es más desproporcionado y para los hijos de los jugadores hace que todo sea más complicado de gestionar. Recuerdo hablar con él no sólo de los títulos. En 1999 fuimos a Zaragoza a jugar una final y llenamos el pabellón de aficionados de Valencia. Perdimos el partido pero no sólo es importante el resultado. Ver cómo estaba Zaragoza ese día fue algo para estar todos orgullosos».
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.