Mumbrú no era el único culpable en el Valencia Basket

Luis Arbalejo confirmó, con su discurso de que el objetivo en la Euroliga de la entidad no era el 'play-in' sino competir hasta el final en este caso en 33 jornadas, que Mumbrú ha dejado al equipo cumpliendo los objetivos marcados por la entidad. Incluida la ACB, el gran temor ahora mismo en el club. No sería justo que la presión para cumplir el listón de quedar entre los cuatro primeros (al acabar el playoff como ocurrió con la Copa que no terminó en el bombo del sorteo) recayera en Xavi Albert. Ese foco debe ir para los jugadores que, además, no querían un cambio de entrenador a estas alturas. «Están tristes», tal y como indicó el director deportivo el viernes.

El examen que siempre hace el Valencia Basket a final de temporada ya ha puesto una nota a nivel de club, suspenso para Mumbrú, pero el resto de áreas también deberán pasar ese filtro. Desde Luis Arbalejo, con el que Enric Carbonell sigue teniendo la máxima confianza como expresó en público hace dos días, con el rendimiento de los fichajes, al área de salud, donde la gestión de la lesión de Boubacar Touré ha generado mucho debate interno. Tras parar de jugar el 19 de enero tras el partido contra el Armani en la Fonteta, los plazos de regreso que no parecían tan largos llevaron a la decisión de no incorporar un refuerzo interior. Hasta entonces, el Valencia Basket tenía un balance de 11-11 en la Euroliga. Sin Touré, la referencia interior en la planificación, los taronja sólo han ganado 2 de sus 12 partidos en la Euroliga (un 16%). Con él teniendo minutos, 12 de 21 (un 57%). Una estadística que, a buen seguro, también analizará el club para determinar su impacto en la irregularidad del equipo, la pérdida de identidad en el estilo de juego y los dientes de sierra.

Lo que es seguro, y es otra de las variables del despido de Mumbrú, es que la enorme brecha abierta, y ya insostenible, entre el catalán y la grada ya forma parte del pasado. Se acabó ese eterno debate. Xavi Albert merece, y no es una forma de hablar, el apoyo sin fisuras porque es ahora el que lidera el banquillo del Valencia Basket quiere exprimir sus opciones en la Euroliga. El técnico, que entró en el club con nueve años como jugador, no escondió el orgullo que siente antes de su debut: «Estamos centrados en limpiar la cabeza y quitarnos el último partido lo más pronto posible. Tenemos la oportunidad de hacerlo en casa, de recuperar sensaciones, de quitarnos esa sensación del nivel mostrado el otro día, que no es el que refleja el trabajo de estos jugadores . Tenemos una deuda con nuestra gente. No solamente a nivel de esfuerzo, sino de jugar un mejor baloncesto».