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El técnico Jaume Ponsarnau (Tàrrega, 1971) va a completar tres temporadas consecutivas al frente del banquillo del Valencia Basket. Algo que no conseguía nadie desde ... la época del maestro Miki Vukovic. El catalán quiere escapar del debate enconado sobre su continuidad y centrarse en luchar por lo máximo en el playoff de la Liga Endesa
–¿Más allá de que acaben cuartos o quintos cómo llega su equipo al tramo final de la ACB?
–Reconozco que después de la eliminación de la Euroliga había un clima nada positivo, ni en el trabajo ni en la mentalidad. Eso se notó en los partidos a pesar de ganar. Desde la paciencia y con todo el mundo recuperando las sensaciones, energía, feelings y la mentalidad, vamos bien. Vamos a ver todo esto dónde nos lleva en el playoff de la Liga Endesa.
–¿Se le está haciendo la temporada especialmente larga?
–Más que larga es la temporada más dura. En lo personal he estado meses sin ver a mis hijos y a pesar de vivir una Euroliga tan apasionante, igualada, competitiva y de tanto nivel, la exigencia mental es dura. Este equipo, este grupo, ha tenido particularidades que todo lo ha hecho un poco más difícil. Queríamos hacer un paso competitivo, que lo hemos hecho, y el precio ha sido tener que gestionar más cosas a nivel de complejidad social dentro del grupo, más difíciles.
–¿Parte de todo el cabreo que se ha generado ha llegado por no explicar las cosas? Habla de que esta temporada están conviviendo muchos jugadores de personalidad, digamos, fuerte. También se ha utilizado lo de la plantilla de catorce cuando no ha sido así hasta este último tramo, primero por Colom y luego por las lesiones de Sastre y Marinkovic.
–Gestionar una plantilla de catorce, o de quince como ha pasado en alguna temporada, es muy complejo. No puedes conseguir el máximo de todo el mundo, ni el Valencia Basket, ni el Real Madrid ni el Barça. Ir construyendo confianzas de jugadores es difícil y en esta temporada habíamos hecho una apuesta sumando tres jugadores de un perfil físico más alto del que teníamos. Es cierto que en algunos momentos nos ha faltado energía pero tampoco se podía garantizar que hubiera llegado con jugadores nuevos en ese momento porque tiene que ir de la mano de confianzas.
–Pero sí que no han podido compaginar al mismo nivel la Liga Endesa y la Euroliga, ahí están las rachas de resultados en la hemeroteca. Ahí sí que puede haber una incidencia física.
–Cuando tuvimos los casos de coronavirus sí que fue un problema añadido porque no sólo fue el perder durante un tiempo a un jugador sino el tiempo, si ha tenido síntomas, para recuperar su nivel. Hemos tenido más de un caso y eso sí que nos condicionó muchísimo. Si hubiésemos tenido más jugadores a lo mejor hubiéramos trampeado mejor ese momento pero no creo que haya sido un tema de longitud de plantilla. Este año se hizo una apuesta clara de sumar un jugador como Pradilla para que entrase en toda esta dinámica. Era una idea de crecimiento, de un proyecto de futuro para el club.
–Pradilla no ha tenido continuidad. ¿Qué reflexión hace con respecto al rol que le ha dado o a los minutos que ha tenido?
–Lo primero que tenemos que hacer es centrar las expectativas con él. Es un jugador que tiene un futuro, una ambición y una mentalidad impresionantes. Todo esto abre un panorama muy bueno pero lo que no se puede es equivocar las expectativas. La temporada pasada jugó en LEB, a un nivel de ir creciendo. Hubo un momento de la temporada que jugó en Zaragoza en el primer equipo con un impacto muy positivo en un espacio corto y esta temporada hay partidos que en la pista ha ayudado al equipo en energía y mentalidad, como en casa del Obradoiro.
–¿Cuál es el camino con él?
–Paso a paso. Lo que es muy importante para él ahora es que aproveche toda la experiencia que ha conseguido este año y siga creciendo como jugador. Las comparaciones son odiosas y él tiene que forjarse el camino como Jaime Pradilla estando en un gran club como es el Valencia Basket.
–¿Ha sido negativa la carga de presión de hablar en septiembre de la mejor plantilla de la historia y su visión de la mejor que ha entrenado en su carrera? A día de hoy no sé si diría lo mismo comparando con el rendimiento del equipo de 2019.
–Sigo defendiendo que es la mejor plantilla que he entrenado pero a día de hoy no el mejor equipo. Ese de la temporada 18-19 fue mejor, a pesar de jugar una competición menos exigente como la Eurocup. Ese equipo fue mejor pero no fuimos capaces de ganar al Barça, al Real Madrid y a todos los equipos que hemos ganado en Euroliga este año. Todo se tiene que poner en su contexto. Cuando hablé de la mejor plantilla utilicé ese concepto, el de plantilla. Aún nos queda temporada para demostrar cosas y también los medios de comunicación tenéis que hacer el análisis para entender si es la mejor plantilla.
–Eso entra en el terreno de la opinión. En la mía la mejor fue la plantilla de la 03-04, la del debut en la Euroliga con Oberto, Tomasevic o Rigaudeau. Eso no cambia nada de la realidad actual.
–Las expectativas altas en algún momento no nos han ayudado pero aquí hay un trabajo de análisis que se tiene que hacer.
–El objetivo del Valencia Basket esta temporada era el Top 8 de la Euroliga y no se consiguió. La RAE define fracaso como resultado adverso de una empresa o negocio. ¿Se puede definir por tanto como fracaso?
–No se ha conseguido el objetivo en un contexto de una competición más exigente e igualada que nunca. ¿No es conseguir el objetivo perder sólo cinco partidos menos que el mejor equipo de la fase regular de la Euroliga?.
–¿Considera que si el club tuviera Licencia A se hubiera rebajado a decepción?
–El foco se pone no contemplando que esto es deporte y que jugamos contra 17 equipos que también hacen todo lo posible por ganar. Creo que en la competición lo hemos hecho muy bien y eso no quita que la ambición y el gran objetivo del club era jugar la temporada que viene la Euroliga. Nuestra realidad es que para tenerlo debemos quedar entre los ochos primeros. Desde el deporte no lo hemos conseguido por muy poco porque con una victoria más éramos sextos. Así es el deporte y así se tiene que transmitir.
–¿Por qué cree que no llega entonces ese mensaje?
–Una de mis guerras es que las cosas que transmito a veces no son dentro del estándar. Lucho contra el estándar, en un momento en el que todo el mundo para hablar se tira los platos a la cabeza y todo se tiene que hacer desde el menosprecio. También pasa en la gente que lidera este país, que cuando se ponen a dialogar debaten menospreciándose unos a otros. Quiero transmitir una forma de ser para conseguir el máximo de todo el mundo, juntos y desde el compromiso. Respetándonos.
–Se habla mucho de si el Valencia Basket debe renovarle o no. ¿Usted tiene ganas de seguir una cuarta temporada como primer entrenador taronja?
–De lo que tengo muchas ganas es de ser entrenador del Valencia Basket este final de temporada. Nos quedan muchos retos.
–Ha cambiado la respuesta con respecto a otras temporadas, sin ir más lejos la del año pasado.
–Sí pero con respecto al año pasado lo que he aprendido es que le tengo que dedicar menos tiempo al futuro y más al presente.
–No ha contestado en la pregunta que su deseo es renovar.
–Tampoco he dicho que no quiero seguir. Quiero transmitir que ahora mismo no es lo trascendental, ni se me pasa por la cabeza analizar ahora si quiero seguir o no. Lo que quiero es acabar esta temporada de la mejor manera y ayudar al equipo a ser lo máximo competitivo posible.
–¿Le duele pensar que si no sigue en el Valencia Basket haría feliz a mucha gente?
–Estamos en una sociedad que tiene una crisis de valores brutal y la gente no interpreta lo que hay detrás de la realidad, les da igual que haya personas.
–Derrick Williams. Más allá del enganchón público que tuvieron tras su declaración en Andorra, la sensación que dan es que nunca han conectado.
–Lo primero que diría es que no hemos conseguido la máxima compenetración posible a pesar de que lo he intentado y en ese intento no he acertado en todo. Es un buen chico y lo que pudo hacer ese día contestando erróneamente fue un error y ahí se quedó. Sus estadísticas son mejores esta temporada que la pasada.
–¿Su sensación no es que en muchos partidos no está en la misma dinámica que la mayoría de compañeros?
–Una de las cosas que podemos analizar es si era el perfil adecuado para una forma de jugar como la que tenemos pero su rendimiento no ha sido malo. Hay una marca que ha dejado este Valencia Basket en la Euroliga y es su juego colectivo. En este juego colectivo las características de Derrick Williams no encajan tanto pero eso no quiere decir que no hayamos sacado rendimiento. Su aportación numérica ha sido buena. Nos hubiera gustado convencerle de que hubiera tenido por ejemplo más presencia en el rebote ofensivo pero en un curso donde hemos jugado mucho y entrenado poco era difícil conseguirlo. Mi relación con él ha sido buena.
–¿Qué autocrítica hace en lo que llevamos de temporada?
–Probablemente que la idiosincrasia de personalidad del tipo de personas que forman este grupo quizá hubiera tenido que tener en mi persona una mayor adaptación a cómo dirigirlo. He sido persistente en mi forma de ser y buscando esa manera y filosofía.
–¿Eso le ha creado problemas?
–Dificultades pero al final la dinámica del grupo ha sido suficientemente buena. Si empezáramos de nuevo alguna cosa haría diferente. Con esta experiencia sin duda alguna lo cambiaría
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