Con 40 años recién cumplidos, la de este lunes en la Fonteta será la tercera vez que Rafa Martínez regrese a disputar un partido contra el Valencia Basket (20:30 horas, Movistar Deportes. Será la segunda con el BAXI Manresa pero la primera con público, ... con las gradas llenas y, además, con un partidazo entre dos rivales directos en la Liga Endesa. La leyenda taronja, defendió once temporadas la camiseta del Valencia Basket y será su eterno capitán junto a Víctor Luengo, atiende a LAS PROVINCIAS antes de viajar desde Manresa a una ciudad que sigue pensando que es su segunda casa.
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-¿Se imagina cómo será un nuevo recibimiento de la afición valenciana?
-Ya viví un momento muy especial la primera vez que regresé, con la camiseta del Bilbao Basket. Es cierto que las primeras veces siempre son especiales, se te queda grabado, pero seguro que va a volver a ser un momento especial. Tengo muchas ganas de disfrutar otro partido en Valencia.
-¿Ha pensado mucho que puede ser su último baile en la Fonteta?
-Nunca puedes decirlo pero está claro que está cerca con lo que puede ser, está claro. Intento saborear al máximo cada momento que pueda estar en la pista o en los entrenamientos ayudando a los compañeros. Es la manera que tengo de despedirme poco a poco de una cosa que he hecho durante muchos años y que apasiona, que es jugar al baloncesto. Aún no me sale decir la palabra último pero sí que está cerca.
-He dicho 'puede ser' con toda la intención porque viendo cómo está el BAXI Manresa esta temporada no es descabellado pensar en un cruce de playoff con el Valencia Basket.
-Sí. es verdad. Estamos haciendo una gran temporada y creo que nadie esperaba algo así al principio, ni nosotros mismos. Nos lo hemos ganado con el trabajo diario y porque somos un equipo competitivo. Todo el mundo tiene hambre de seguir compitiendo y ganar partidos. La situación que tenemos no es normal en un club como el nuestro.
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-¿Lo de retirarse después de los 40 es para que sus hijos puedan ver más creciditos el homenaje que le brindará el Valencia Basket, con la subida del 17 a lo alto de la Fonteta?
-No, no (sonríe). Este año ha sido un extra. La pasada temporada me sentía bien con el rol que tenía y decidí darme un año más. Aquí estoy, dando guerra y saborearlo hasta el último momento. Cuando acabe la temporada, decidiré. Aún no lo tengo decidido porque no me gusta ser protagonista. Prefiero no pensar mucho y disfrutar el día a día. Lo del homenaje con la retirada de camiseta es algo que ni me imagino porque es mucho más que un sueño. Poder decir que me retiran la camiseta después de once años en el Valencia Basket va a ser un orgullo, como siempre lo ha sido defender esos colores, en los momentos buenos y en los malos porque siempre nos hemos levantado. Tengo una hija valenciana, voy a la ciudad cada vez que puedo y Valencia siempre va a formar parte de mi vida.
-Tiene mucho mérito lo que están haciendo. Tras el 69-89 de la ida en el Congost, con los taronja llenos de canteranos por las lesiones, nadie podía imaginar un temporadón así, con Copa del Rey incluida.
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-Es normal que hubieran dudas al principio de la temporada porque teníamos mucho jugador nuevo en la ACB y sin experiencia. Era normal que tuviéramos un periodo de adaptación porque en la Liga Endesa se juega de otra manera y es muy competitiva. En los primeros partidos lo pasamos mal porque éramos muy irregulares. Poco a poco ha salido el trabajo. Dimos un golpe en la mesa en el partido de Sevilla y a partir de ahí cogimos confianza en el juego que quería hacer Pedro Martínez. Aún tenemos margen de mejora.
-Será su cuarto regreso a la Fonteta, contando la Fase Final Excepcional de la ACB de 2020, pero la primera junto a Pedro Martínez. ¿Han hecho alguna broma sobre a quien le van a aplaudir más?
-No, no (se ríe fuerte). Tanto para él como para mí la Fonteta es un lugar muy especial y seguro que será un momento que disfrutaremos. Si la afición nos brinda ese cariño de nuevo será de agradecer. Hablo desde mi punto de vista, y sé que también para Pedro porque lo hemos hablado, el Valencia Basket siempre será especial porque una Liga ACB no se gana todos los años. Para mí, después de once temporadas jugando en el Valencia Basket es mi casa. Tengo amigos y todo lo que envuelve al club es familiar. Para mí es volver a casa y siempre es especial. Incluso cuando vamos con el autobús camino de Murcia con el equipo y pasamos por Valencia me hace ilusión. Al final no es normal que un jugador profesional, no siendo de Valencia, esté once años jugando allí. Me han pasado muchas cosas en todo ese tiempo, nació mi hija y he crecido como persona. Siempre llevaré Valencia en el corazón.
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-¿Ese cariño que le tiene la afición y todo el entorno vale mucho más que todos los títulos del mundo?
-Sí, lo he pensado mil veces. Está claro que cuando fiché por un club como el Valencia Basket mi sueño siempre fue primero ver un pabellón lleno, porque cuando llegué la Fonteta estaba medio vacía, y luego ganar algún título. Después de once años, sentirme en Valencia como en casa es el mejor título que he conseguido. Quiero darle las gracias a toda la gente que conocido allí, por cómo me han tratado. Me siento una persona muy afortunada.
-Es amigo personal de Lishchuk. Siempre han dicho que son como hermanos. Un hermanos que está sufriendo mucho con la invasión de su país.
-Cuando ves a uno de los tuyos estar en una situación de peligro, sufres. Lishchuk, para mí y mucha gente de Valencia, es de los nuestros. Lo paso mal viendo las noticias y lo primero que se me pasa por la cabeza es cómo está él. Es una pena que estemos viviendo algo así y cuando pienso en Lishchuk me emociono porque lo estará pasando muy mal. De la noche a la mañana toda tu vida cambia, es algo muy triste lo que estamos viendo. Es culpa de los políticos que hacen que esto ocurra, no encuentran soluciones y después de lo que hemos vivido con la pandemia que pase ahora esto es una mala noticia.
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-Hasta en los momentos malos ha tenido ese cariño. Por ejemplo, la fiesta de celebración de la Eurocup de 2019 se convirtió en un homenaje de sus compañeros para sacarle una sonrisa porque sabían del dolor que sentía por no jugar el partido final contra el Alba.
-Yo también hubiera hecho lo mismo por otro compañero. He jugado muchos años con Sam (Van Rossom), Dubi o Fernando (San Emeterio) y eran más que compañeros. Son amigos. Estoy muy agradecido por momentos así porque ellos sabían que con lo que pasó se acababa una etapa. Tanto los compañeros como los aficionados siempre me han apoyado y es de agradecer. Fue como aquel momento de mis últimos segundos en la pista con la camiseta del Valencia Basket que fueron muy especiales, contra el Real Madrid que es uno de los grandes y con el cariño de Sergi Llull que es uno de mis mejores amigos. Fue algo muy emotivo, sobretodo la reacción de la gente porque tampoco se había anunciado que no continuaba. Fue un momento tan natural y tan bonito que lo tendré en mi cabeza toda la vida.
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-¿Cómo afronta la final de la Copa del Rey de fútbol una familia bética como la Martínez Aguilera?
-Está claro que quiero que gane el Betis pero al final si no gana el Betis pues lo mejor es que la gane el Valencia. Como si estuviera el Villarreal o el Levante. Si no gana el Betis no estaré tan cabreado como si fuera contra el Real Madrid o el Barcelona, que siempre son los que ganan. Mis hermanos ya lo tienen todo, el viaje y el hotel. Sólo les faltan las entradas. A ver si Pedro Martínez me da un permiso y puedo ir a Sevilla (se ríe).
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