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Durante el confinamiento han nacido muchos niños y niñas en España pero tan sólo hay un caso que afecte a dos hermanos que juegan en la Liga Endesa y que, además, se enfrentan en la Fase Final de la ACB compartiendo hotel. La postal es completa porque Quino Colom y Guillem Colom aún no conocen a sus respectivas sobrinas pero, además, el protocolo les está impidiendo tener el contacto normal que hubiera ocurrido en cualquier evento del mundo del basket en el que coincidieran sus respectivos equipos.
El partido que enfrentará hoy al MoraBanc Andorra y al Valencia Basket en la Fonteta supondrá el primer enfrentamiento entre los hermanos Colom desde que Quino regresara a España para enfundarse la camiseta taronja, ya que en la primera jornada de la Liga Endesa, que terminó con victoria de los de Ponsarnau por 89-68, el recién en aquellos días campeón del Mundo no pudo participar.
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Cuando los dos hermanos supieron que andorranos y valencianos iban a compartir hotel en la Fase Final nunca pudieron imaginar que el reencuentro iba a ser tan surrealista. «Cada vez que le veo o le doy dos besos o un abrazo. Era un no te acerques y con las mascarillas y con tanta distancia casi ni le escuchaba porque había mucho ruido de fondo. Fue algo extraño, si alguien me llega a decir que me encuentro a mi hermano y me quedo a tres metros no me lo creo. Una experiencia que contaremos a la familia», rememora Quino. Una videollamada desde las habitaciones tenía más calidad de sonido y de imagen que el encuentro en el hall del Hotel Barceló.
El 13 de abril, un mes después del decreto del Estado de Alarma, nació en Valencia Alessandra. «Al principio nos sirvió bastante de apoyo a los dos porque con el coronavirus estaban todos los hospitales desbordados y nos dábamos consejos de cómo lo podíamos hacer mejor o cómo iba a ser con todas las medidas de seguridad», confiesa el base del Valencia Basket. Las situaciones para los dos hermanos fue diferente porque «yo pude estar en el parto pero él no pudo y creo que sólo vio a su hija el primer día y luego se fue a casa. Fueron situaciones diferentes».
A cien metros de casa
El taronja reconoce que «es raro» no haber conocido aún a su sobrina ni su hermano lo mismo pero es un reflejo de lo que ha pasado en miles de familias con la pandemia. «Estamos a cien metros de mi casa y no la puede ver. Es algo extraño», reconoce haciendo un gesto hacia la calle. Quino vive en la zona de la Ciudad de las Ciencias y allí está Alessandra. Su tío no la puede ver.
El internacional reconoce que es más extraño para dos hermanos «porque al llegar al hotel tenía ganas de salir corriendo a su habitación y hablar largo y tendido aunque es verdad que mantenemos el contacto a diario desde hace muchos años». Para hacer el triple salto, les separa una planta. El MoraBanc está en la novena y el Valencia Basket en la octava. Carla es la hija de Guillem Colom y nació antes que su prima, el 27 de marzo. «Ha sido raro porque estamos en el mismo hotel y no nos hemos podido ver mucho. Tenemos unas partidas a la Play pendientes», bromea el del MoraBanc, que reconoce que tiene «muchas ganas» de conocer su sobrina: «Estamos contentos de que los partos salieran bien porque era una situación atípica para que nacieran las niñas». Quino y Guillem. Hermanos, padres en el confinamiento y de nuevo encerrados en una burbuja sanitaria sin poderse abrazar.
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