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El decisivo tercer partido de la semifinal de la Eurocup que enfrentará este miércoles al Valencia Basket contra el Hapoel Tel Aviv cerrará la puerta ... a los ultras del equipo de Israel. La entidad taronja anunció este lunes una histórica decisión, como es la de renunciar a la venta de entradas para un partido, como medida más efectiva para evitar que entren al partido los mismos ultras que amedrentaron a la expedición valenciana el viernes en Samokov. «Ante la situación acontecida en el segundo partido de la eliminatoria de semifinales en Bulgaria, y atendiendo a precedentes, el Valencia Basket ha tomado la decisión de no sacar entradas a la venta para el partido del miércoles y que sean solo sus abonados los que puedan disfrutar del encuentro», reflejó el club en un comunicado. Para el partido se anula también el servicio de 'asiento libre', a través de la venta de la entrada correspondiente de un abonado que no pueda acudir a un partido, para evitar que seguidores del Hapoel utilicen ese sistema para acceder a la Fonteta.
En la decisión ha sido clave el análisis de los lamentables incidentes del 20 de diciembre de 2023, cuando los ultras del Partizan invadieron el sector 219 del pabellón, amenazando a los abonados que querían utilizar sus localidades pagadas, y provocando una carga policial que terminó con 16 expulsados del recinto y cuatro denuncias por vulnerar la Ley del Deporte. Los gestos de odio y los graves insultos proferidos por los radicales del Hapoel a los miembros de la expedición del Valencia Basket, teniendo en cuenta que muchos de ellos se habían organizado para hacer el doble viaje de Bulgaria y España, han sido argumentos de peso para tomar una decisión sin precedentes. Más allá del insulto coral, repetitivo y en español de «Valencia, hijos de puta» el equipo se tuvo que recluir en el vestuario tras el partido porque su autobús estaba rodeado de ultras y no había presencia policial. El director general, Enric Carbonell, resumió el sentir general de todos los trabajadores, directivos y aficionados del club presentes en el pabellón búlgaro: «Sentimos miedo y eso es inadmisible en un partido de baloncesto. Al escuchar los insultos contra Valencia, cantados por todo el público, vergüenza e indignación. Al final del partido no sentíamos seguridad para poder salir del vestuario y exigimos que la policía protegiera la salida de los jugadores».
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El Valencia Basket confirmó que únicamente se atendrán a lo que marca como obligatorio la normativa de la Eurocup para evitar una sanción. Eso es «facilitar únicamente el mínimo de 50 entradas al que obliga la competición y puesto que no hay forma de controlar, sin hacer discriminación, la venta de entradas para el partido, esta no tendrá lugar». Por último, la entidad valenciana ha aprovechó para lanzar un mensaje de tranquilidad a sus aficionados de cara al partido: «El club anima a todos sus abonados a que no se rebajen a responder en ningún momento al comportamiento que tocó sufrir por parte de los aficionados rivales en el segundo encuentro de la eliminatoria, y que hagan gala, una vez más en este partido decisivo, de los valores que siempre caracterizan a la afición taronja». El Hapoel aterrizó este lunes por la tarde en Manises, con una escolta de cuatro motos de la Policía Nacional, y se desplazó al hotel de concentración en el autobús del Valencia Basket, que como es habitual realiza el servicio de cortesía a los clubes rivales. Comenzaron la visita con más seguridad que los taronja, que no tuvieron ninguna escolta policial al aterrizar en Sofía.
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