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Tras la dura derrota en la pista del Real Madrid, el Valencia Basket salió con sus opciones para disputar la Copa del Rey casi al límite. Por su mal balance de victorias y el pobre average. Los partidos contra el Girona y el Granada eran finales dobles, por los triunfos y la diferencia. Esa pequeña horquilla la han completado con nota, puesto que dos semanas después su balance es de 6-6 y tras sumar un +64 de average en esos dos partidos su global es de +15. La Copa sigue estando a una victoria pero el Bilbao tiene un average de +13 y el siguiente rival, el Gran Canaria, un balance de 7-5 y un average de +33. El último partido de la ACB para los valencianos será en Las Palmas, con lo que tendrá una opción de terminar el 2022 en puestos de Copa del Rey.
La contundente victoria, los 110 puntos están entre las máximas anotaciones de la historia del club en la Liga sin prórroga, tuvo en el regreso de Jones una de las mejores noticias. Tras su descanso médico en Múnich, terminó con dobles figuras (10 puntos y 11 asistencias). Mumbrú aclaró tras el partido que sus descansos no están siendo por motivos técnicos sino por recomendación médica (por sus molestias en la rodilla) y que si no existe ningún contratiempo ya tendrá continuidad en el próximo partido de Euroliga, el viernes 23 contra el Barça en la Fonteta.
Otro de los jugadores más destacados fue López-Arostegui. Conviene destacarlo porque el vasco está siendo clave durante todo el curso en intangibles como la defensa pero ayer, además de ese trabajo con Bropleh, lo acompañó con brillo ofensivo. El alero terminó con 17 puntos, 5 asistencias, 26 de valoración y el mejor ratio de su equipo en la estadística del +/- en pista, con un +32.
El conjunto taronja se nubló con su gran arranque desde el triple (6 de 9 en el primer cuarto) y desaprovechó una gran oportunidad de romper el partido con su máxima renta en el segundo (22-41 tras el octavo triple). Ya no volvió a sumar de tres en lo que restó del primer tiempo el equipo de Mumbrú y no aprovechó la gran superioridad interior con el rival. Cada vez que metió un balón dentro, hizo daño con Dubljevic, Rivero o Webb III. Al descanso, el ratio de puntos en la pintura era de 16-18 con los exteriores del Granada haciendo mucho daño en el bloqueo directo y anotando demasiado fácil. El 34-47 al descanso fue un aviso. Lo bueno, es que se entendió el mensaje. El Valencia Basket subió el listón defensivo en el tercer cuarto, repartió más opciones en ataque y se marchó al arranque del último cuarto con el triunfo finiquitado (53-80). Sólo restaba no bajar el pistón para asegurarse un buen average para la calculadora de la Copa.
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