El Valencia Basket y Rebecca Allen separan sus caminos

El Valencia Basket y Rebeca Allen anunciaron este sábado la decisión, consensuada, de romper el contrato que les unía hasta final de la actual temporada. Dejando una puerta abierta. Si algo no podrá reprochar nunca la jugadora es que su club ha aguantado al máximo para intentar que vistiera de taronja esta campaña. Tras casi seis meses de lesión, y con una recuperación que sigue impidiendo a la jugadora subirse a un avión, las dos partes han pactado separarse. La baja médica, la que aún incapacita a la alero ejercer su profesión, ha sido el motivo tal y como reconoció la entidad taronja en un comunicado: «Los resultados de las últimas pruebas a las que ha sido sometida Rebecca Allen determinan que la jugadora debe continuar con su proceso de recuperación en tierras australianas. Ante esta situación, la internacional y el club han acordado, buscando lo mejor para ambas partes, rescindir su contrato para la presente temporada, con el objetivo de que la jugadora pueda centrarse en tener una tranquila recuperación y volver a su mejor estado de forma».

Ahora, la entidad taronja busca un refuerzo para completar la plantilla, dejando claro que para el futuro seguirán «atentos» a la evolución deportiva de Allen. Con ese fichaje, el Valencia Basket busca "elevar el nivel del equipo en la parte decisiva de una temporada en la que una vez más el proyecto femenino está compitiendo por todos sus objetivos". Es decir, la lucha por los dos títulos nacionales en juego (la Copa y una Liga donde hasta la fecha el equipo de Rubén Burgos es líder de la tabla) y una Euroliga donde se han ganado el derecho a soñar.

El gran momento deportivo de las valencianas ha ayudado a sobrellevar mejor un caso inédito que ha sido muy frustrante y donde, por momentos, los hechos y la falta de información por parte de la Federación Australiana han elevado la dosis de cabreo en la Fonteta. En septiembre, durante un partido del Mundial celebrado en Australia frente a Serbia, Allen recibió un fuerte golpe en las costillas. Tras las pruebas médicas, la seleccionadora Brondello afirmó que solo necesitaría "un par de días de descanso" tras descartar los médicos de la selección cualquier lesión grave.

Así, saltó a la pista en los cuartos de final contra Bélgica para jugar dos minutos. No aguantó más. Pese a todo, no se le paró. En la semifinal frente a China disputó 14 minutos. Los últimos que ha podido disputar hasta ahora. Jugó lesionada dos partidos. Con un parte grave. Unas pruebas más amplias realizadas días después determinaron que sufría una fractura en las costillas y el Valencia Basket, no la Federación, pidió entonces un examen completo antes de que viajara a España, puesto que lo siguiente que debía producirse era su regreso para cumplir el contrato con la entidad de la Fonteta para la temporada 22-23. Es ahí donde se descubrió que Allen sufría un neumotórax, una dolencia grave que se produce cuando el aire se filtra dentro del espacio que se encuentra entre los pulmones y la pared torácica, que hubiera puesto en riesgo serio a la jugadora en caso de subirse a un avión para hacer un vuelo desde Australia a España. Allen fue operada el 10 de noviembre para intentar ayudar a su recuperación pero sigue sin poder hacer deporte de contacto y sólo se ejercita a nivel aeróbico de forma controlada. La buena comunicación entre las dos partes abre la opción a que la relación se retome en el futuro, aunque en el Valencia Basket ya se trabajaba desde Navidad con la hipótesis de que fuera imposible que la alero visitera de taronja este curso.