El Valencia Basket supera el reto europeo de la pandemia

El deporte profesional por equipos ha interiorizado el protocolo previo a los partidos de la prueba PCR para poder disputar los mismos. Es una rutina más. Si en un equipo hay un brote, el protocolo interno es el que marca la pauta y ese grupo en caso de que el partido sea fuera de casa no viaja y se suspende el choque. Hasta ahí todo correcto. ¿Y si se detecta un contagio en un viaje al extranjero? Los equipos que han disputado competiciones europeas, además del protocolo de los partidos han tenido que sortear los protocolos sanitarios de los países y regiones a visitar. El de España, por ejemplo, exige para volver a casa un resultado negativo en PCR de menos de 72 horas antes del momento de la prueba presentada para salir. Alemania lo rebaja a 48 horas. Un sudoku que ha obligado a realizar, en este caso al Valencia Basket, muchas pruebas en los 14 partidos que ha disputado en Euroliga fuera de España. Fueron 15 exámenes, contando el viaje a Hungría del equipo femenino para ganar la Eurocup Women. Todos ellos saldados con ningún caso positivo en la expedición en el regreso. Un éxito.

La Euroliga montó un centro de coordinación médica con cada ciudad que tenía un equipo en la competición, con los servicios médicos locales como enlace para el acceso a los laboratorios para que los miembros de cada expedición pudieran hacerse todas las pruebas que las autoridades de ese país visitado, o del propio de origen, solicitaban para autorizar el regreso. Los datos de cada partido se unían a un fichero para tener todos los datos actualizados puesto que un brote en cualquiera de los equipos, por la densidad del calendario, podía afectar a un rival con el que se hubiera jugado la semana anterior al otro lado del continente.

«El viaje más problemático fue el Tour que hicimos a finales de febrero donde enlazamos el viaje a San Petersburgo con Andorra para acabar viajando desde allí a Estambul y Tel Aviv. Fue una prueba muy dura porque se tuvieron que hacer muchas pruebas pero ahí vimos que el protocolo de asistencia de la Euroliga funcionó, como el Valencia Basket ha ayudado a la logística de los equipos que han venido a jugar a la Fonteta para hacerse las pruebas», reconoce a LAS PROVINCIAS el doctor Ignacio Muñoz, jefe de los servicios médicos del Valencia Basket. 

Uno de los temores de la logística en esos viajes de Euroliga, por mucho que la expedición taronja se desplazara en un vuelo chárter minimizando riesgos, era que alguien hubiera dado positivo en la prueba realizada en el extranjero para regresar a España: «Teníamos un protocolo establecido por el cual si un jugador o cualquier miembro de la expedición daba positivo estando fuera de España no se quedara sólo en el país en cuestión la persona afectada a hacer la cuarentena correspondiente sino también la persona de los servicios médicos presente en ese viaje para acompañarle. Más que sufrir un positivo en un país lejano el mayor temor durante la temporada era tener algún caso grave como sí ha sucedido en otros deportes. Ese era el principal temor. Un positivo lejos de casa es verdad que hubiera complicado la logística pero estaba planificado. A nivel psicológico también era importante porque hemos visto que cuando han habido casos, aunque sea en otros equipos, al jugador le afecta esa información».

El doctor Muñoz, siempre desde la cautela de interpretación de los datos de la pandemia que aún arrojan muchas incógnitas por resolver, apunta aspectos importantes del protocolo deportivo para establecer algunos motivos de la baja incidencia de contagios y, en su caso, de la poca gravedad de los síntomas: «La incidencia ha sido con menor gravedad pero hay que tener en cuenta muchos factores y uno de ellos muy importante es que el deporte profesional ha estado muy controlado. En los viajes, los equipos no han tenido contacto con el exterior y han vivido en burbujas entre el hotel y los pabellones. Es un colectivo que, con tanto partido, ha pasado dos o tres PCR por semana durante toda la temporada. En ese sentido no se puede comparar a la población en general».

También ha ayudado que la entidad taronja, con L'Alqueria como sede logística, siempre ha puesto un extra más al protocolo exigido por las autoridades sanitarias desde el regreso del confinamiento: «Hemos extremado las medidas de cara la vuelta a la competición y más allá de las recomendaciones habituales haciendo todo tipo de pruebas, analíticas, pruebas de esfuerzo o cardiogramas. Hemos realizado un trabajo extra para dar tranquilidad y seguridad a los deportistas».

Por ejemplo, para los jugadores y jugadoras del club que han pasado la enfermedad una vez que tuvieron el resultado negativo del PCR que confirmó que estaban curados, antes de retomar la práctica del deporte profesional tuvieron que pasar un control exhaustivo y una incorporación gradual al entrenamiento. Antes de poder empezar a trabajar con el equipo, el deportista curado se sometió en días consecutivos a un electrocardiograma, analíticas de sangre y serologías, un ecocardio y una prueba de esfuerzo, como explica el prestigioso cardiólogo Jose Antonio Ferrero: «Hemos diseñado un protocolo para detectar posibles complicaciones post Covid-19. Usamos los tratamientos actuales preventivos para recuperar más rápido y buscamos localizar si existe alguno de los tres problemas más importantes que da esta enfermedad en la recuperación: la afectación cardíaca, la afectación pulmonar o la afectación trombótica».