Valencia ya reina en el baloncesto femenino: supera en títulos a Cataluña

Para entender ese orgullo colectivo hay que viajar a la década de los ochenta, donde desde el equipo pionero en Torrefiel liderado por Merche Salvador, la valenciana que se convirtió en la primera entrenadora de la tierra en liderar un equipo en Primera División, tuvo continuidad en el Samoa Bétera, que llegó a tener a una leyenda como Cynthia Cooper en sus filas. Ese club, fundado por Ramón Romero que también era propietario del bingo que puso el nombre comercial, fue el gran embrión. El baloncesto femenino llegó a Bétera porque el Sagrado Corazón de Godella, el club de origen, no tenía pabellón para disputar los partidos en la máxima categoría. En 1990, entró en escena Dorna para que aquel equipo volviera a L´Horta Nord y cambiara, para siempre, la historia del baloncesto femenino español.

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Con la llegada del maestro Miki Vukovic, comenzó a contar el marcador de los títulos valencianos. El primero no tardó en llegar, en la Copa de la Reina de 1991. Tras eliminar en semifinales al anfitrión, el Xerox Vigo por 76-62, el Dorna Godella se impuso en la final al Canoe Caja Postal por 76-72, remontando el 31-37 de la primera parte. Lideradas por Kim Hampton, con 24 puntos, y con la dirección de Anna Junyer, se abrió aquel 5 de mayo en el Pabellón de As Travesas, una historia que se ha ido hilando en el tiempo hasta que, 33 años después, ha permitido a la Comunitat tener más títulos que ninguna otra federación de baloncesto. Todos ellos de equipos de la provincia de Valencia.

El Dorna, antes de que Guimaraens se llevará el club a Getafe en 1996, conquistó 10 títulos nacionales, donde destacaron las seis Ligas consecutivas. Un registro histórico que el Ros Casares no pudo alcanzar en su momento, se quedaron con cuatro consecutivas entre 2007 y 2010, y que se convierten en un bonito reto para las taronja. Siendo realistas, puesto que el dominio del Dorna en el arranque de los noventa fue aplastante y se extendió fuera de nuestras fronteras con las dos Copas de Europa y el Mundial de clubes, el baloncesto valenciano ya estaría en lo más alto desde hace unos años de haber existido en ese momento la Supercopa. El torneo, que ha permitido vivir tripletes nacionales tanto para el Ros Casares como para el Valencia Basket esta temporada, se instauró en 2003. El primer campeón del torneo que abre desde entonces los cursos fue, precisamente, el conjunto acerero, imponiéndose en la Fonteta al UB Barcelona por 69-60, con la australiana Sandy Brondello como MVP.

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El aspecto más emotivo de la foto de gloria es que en los tres nacimientos de los equipos campeones ha habido un trabajo, poco reconocido, para evitar que se apagara la llama del baloncesto femenino valenciano al máximo nivel. En el verano de 1996, cuando Dorna se marchó a Getafe para crear el Pool, una asamblea en el Teatro Capitolio, con figuras destacadas como la de Dolores Escamilla, propició que el pueblo liderara la creación de otro club, el Popular Basquet Godella, que partiendo desde Primera Nacional con jugadoras de la casa como Piluca Alonso, Merche Aloy, Laura Chinillach o Lorena Nestar, se logró el ascenso a la Liga Femenina en una histórica fase disputada en el pabellón que ahora tiene el nombre, merecido, de Dolores Escamilla. Al finalizar la temporada 98-99, la empresa Ros Casares se hizo con el control del club, iniciando una inversión que permitió conquistar 21 títulos nacionales (8 Ligas, 7 Copas de la Reina y 6 Supercopas). La primera bandera de campeonas llegó con la Liga Femenina de 2001, con Ramón Márquez de entrenador y Manolo Coloma de director general, frente al Universitari de Barcelona. Fue la última vez que se disputó un partido de máxima división femenina en Godella, puesto que la siguiente temporada la entidad se trasladó a disputar sus partidos en la Fonteta. El primer triplete nacional, de los cinco que consiguió, llegó en el curso 2003-2004, con Mingo Díaz de entrenador. El título más emotivo fue el de la Liga de 2007. El 2 de mayo falleció Paco Domenech, expresidente e histórico directivo de Burjassot, y el equipo conoció la noticia de viaje a Salamanca. Fue icónica la imagen de Elisa Aguilar, ahora presidenta de la FEB, levantando el título con una camiseta en homenaje al que fuera presidente del club. La llama del Ros, que se apagó en 2012, la volvió a encender el Valencia Basket. Para permitir que la leyenda continúe, honrando a todos los que trabajaron por ella.