La CEV despide a otros siete trabajadores y prescinde del chófer y el coche oficial

La patronal de Valencia CEV ha llevado a cabo su tercer recorte de plantilla en poco más de tres años. La organización que preside Salvador Navarro ha ejecutado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para siete trabajadores para reducir los costes de la organización y adaptar su estructura a la intensa caída de los ingresos de los últimos años, en particular las subvenciones para cursos de formación.

De esta manera, su plantilla queda reducida a 21 personas, muy por debajo de las 57 que formaban parte de la organización cuando Navarro tomó las riendas en diciembre de 2011. Ninguna de las salidas ha sido pactada, pero se pretende realizar algunas recolocaciones.

No es la única medida de ajuste que ha tomado la patronal. Su presidente también ha optado por prescindir del chófer y del coche oficial para reducir los costes. De ahora en adelante, Navarro se desplazará en taxi o en moto. Con estas medidas de ajuste, unidas a la reciente incorporación de varias empresas directamente asociadas, la CEV da por cerrado su proceso de adaptación al nuevo escenario económico-financiero, explicaron fuentes de la organización.

En su última asamblea general, el presidente de la patronal, anunció su renuncia a gestionar los fondos de formación como parte de su estrategia a medio plazo encaminada a reducir la dependencia de los fondos públicos y aumentar la captación de recursos privados.

No obstante, sus ingresos en 2014 correspondientes a subvenciones por planes formativos de la Conselleria de Economia fueron de 821.082 euros sobre un presupuesto total de 2,7 millones. Los presupuestos para 2015 serán aprobados por la asamblea prevista para dentro de dos meses, pero una parte del ajuste de plantilla que acaba de llevar a cabo tiene que ver con la decisión de acelerar la renuncia a gestionar los fondos de formación.

Desde diciembre de 2011, momento en el que comenzaron los ajustes de personal en la CEV, la plantilla se ha reducido un 67%. El primer ajuste fue una de las últimas decisiones que adoptó José Vicente González antes de dar el salto a Cierval. Salieron ocho personas -el equivalente al 16% de su plantilla-, fundamentalmente el personal de cuatro de las ocho oficinas comarcales que fueron cerradas.

El siguiente recorte, el más intenso que se ha llevado a cabo hasta ahora, se produjo en verano de 2012. La organización aprobó un ERE para 28 de los 57 trabajadores que integraban la Fundación Formación y Empresa (FFEM), Cepymev la propia CEV. A los empleados que quedaron en la casa se les redujo el sueldo y se cerraron todas las cuatro oficinas comarcales que aún quedaban abiertas.

Prácticamente ninguna patronal se ha salvado de tener que acometer ajustes de estructura, pero la de Valencia ha sido una de las que antes ha intentado suplir la caída de ingresos. Ya en 2013, año en el que la deuda bancaria se redujo de 4 millones a 1,6 millones, el porcentaje de ingresos procedente de la administración se redujo al 77% frente al 97% que representaban en ejercicios anteriores y la previsión de bajarlos al 69% al cierre de 2014.