Borrar
Urgente Hacienda deja fuera del presupuesto de 2025 algunos de los recortes exigidos por Vox para aprobarlos

El regadío gasta un 14% menos de agua

Los buenos datos del aprovechamiento de caudales tienen la contrapartida de que, para conseguirlos, hay que gastar más energía

VICENTE LLADRÓ

Lunes, 13 de junio 2016, 00:19

Si se consultan manuales un poco anticuados para conocer qué porcentaje de agua gasta la agricultura de regadío en España, o se atiende a datos que repiten la cantinela acostumbrada, o quizás prefieren difundir interesadamente la idea del despilfarro hídrico en el campo, les dirán que se trata del 80%. Pero eso era antes, hace tiempo. Hoy existen evidencias -aunque hablamos de algo que es difícil de estimar- de que ya se ha bajado del 70%; incluso hay autores que aventuran que se está cerca del 65%.

Lo que resulta más fácil de calcular es lo que se ha conseguido ahorrar respecto a lo que se utilizaba en el regadío español, porque ahí existen cuentas más concretas de lo que gastaba y lo que se gasta. Datos que permiten a la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) sacar pecho y asegurar que el uso de agua para riego viene reduciéndose del orden de un 14% de media desde el año 2000, llegando a superar el 25% en algunas zonas regables.

Actualmente, el volumen de consumo neto se sitúa en el entorno de los 14.500 hectómetros cúbicos anuales de media, lo que supone una reducción de más de 2.360 hectómetros cúbicos al año. Y eso que la superficie agrícola regada no ha parado de aumentar en los últimos años. Si tres décadas atrás la cifra estaba en alrededor de los tres millones de hectáreas, hoy son 3,6 millones, es decir, un 20% más. Y pese al crecimiento, se consume un 14% menos.

La clave de esta evolución tan positiva está en el enorme esfuerzo inversor para modernizar todo tipo de estructuras hidráulicas y productivas. Un esfuerzo desplegado por parte de las Administraciones públicas (autonómicas, estatal y europea) y desde luego de los propios agricultores, que no han parado de modificar sus métodos productivos para implantar sistemas de riego localizado que hoy son práctica común en cualquier actuación agrícola.

El cambio ha sido tan radical -y también tan poco reconocido desde muchas instancias sociales y políticas, pese al enorme esfuerzo de los agricultores-, que España es hoy el segundo país del mundo con mayor porcentaje de riego localizado (el 49,2%), y si se afinara más en tal concepto aún sería el dato muy superior, pues por riego localizado no sólo ha de entenderse lo que utiliza tubos y goteros, sino también muchos sistemas de cuidado riego por bancales o caballones que no desperdicia agua en absoluto.

En todo el mundo sólo supera a España en este porcentaje Israel (75%) y por obvias razones históricas y sobre una superficie regable muy inferior (225.000 hectáreas). Los dos 'gigantes' mundiales, Estados Unidos y China, están muy por detrás, con el 22% y 1,2% , respectivamente., Y la media mundial se sitúa en el 6%. Por ello el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, ha proclamado en el XXXIV Congreso Nacional de Riegos, celebrado en Sevilla, que «España se sitúa a la cabeza en capacidad de producir más con menos agua». Sólo hay una contrapartida adversa: para conseguir tanto ahorro en agua hay que gastar más energía, que cuesta cara, más cara en España que fuera y aún más gravosa para los agricultores. Una asignatura pendiente que no se quiere resolver.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias El regadío gasta un 14% menos de agua